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Foto del escritorEquipo OB

A mi casa la construye una impresora 3D

EL País España.


La búsqueda de soluciones a la crisis global de la vivienda ha puesto el foco en los procesos de industrialización. A estas alturas, pocos dudan de que en el futuro se construirá de manera diferente a como se hace hoy. La falta de oferta y de mano de obra obligan a dirigir la mirada hacia una edificación más sostenible, respetuosa con el medio ambiente y competitiva.


Con esa premisa, está ganando protagonismo la impresión en 3D, donde los plazos, en términos generales, se pueden acortar hasta un 70% y los precios se llegan a reducir hasta un 25% respecto al método convencional. La impresión 3D ofrece una manera automatizada para construir. A partir de un modelo digital, la impresora deposita material capa por capa. “Permite una libertad en el diseño que los procesos tradicionales no ofrecen y fabricar piezas únicas acortando plazos de entrega de varias semanas a horas”, dice Roger Uceda, consejero delegado de Aridditive, empresa dedicada al diseño y fabricación de impresoras.

En el mundo hay unos pocos cientos de construcciones ejecutadas con impresión 3D, aunque muchas son prototipos.


“Esta tecnología se ha enfrentado a múltiples desafíos relacionados con el alto coste tecnológico, la escalabilidad y la normativa”, dice Daniel Lorenzo, fundador de Evocons. A pesar de ello y gracias al gran margen de mejora, “es cada vez mayor el interés”, añade Lorenzo, que pone especial énfasis en una nueva normativa de impresión 3D, la ISO ASTM 52939, que abre la puerta a construir en España con este método. Aunque no exime del cumplimiento del Código Técnico de la Edificación (CTE), que no contempla específicamente estos sistemas. Aun así, “permite soluciones alternativas siempre que se justifique que el edificio proyectado cumple las exigencias básicas”, según el departamento técnico del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.


Aunque se están dando pasos en este campo, el uso de grúas robóticas para imprimir casas sigue en una fase de desarrollo muy temprana, sobre todo en España, donde la construcción tiene un historial de baja automatización —aunque el 68% de las tareas podrían ser automatizadas— y procesos muy contaminantes —entre el 17% y el 20% de las emisiones de CO2 provienen de esta industria—.


Por esto, cada avance es casi un hito. La empresa española Evocons ha desarrollado y patentado un sistema de construcción que va más allá de la actual impresión 3D, utilizada únicamente para hacer muros y paredes. Además, es capaz de construir hasta 40 metros de altura. “La tecnología, bautizada Evoconstructor, es un robot que además de imprimir el muro permite realizar tareas sobre él automatizando los procesos de acabados (enfoscados, fracasados, alicatado…)”, explica Daniel Lorenzo, el también consejero delegado de Evocons. La empresa está construyendo un edificio modelo de dos plantas y 120 metros cuadrados en el municipio de Agüimes (Gran Canaria) para Ecoaga (Entidad de Conservación del Polígono Industrial de Arinaga). Será el primero de una serie de construcciones.


Pero el historial en España se remonta a 2018, año en el que se fabricó la primera vivienda impresa en 3D en 12 horas. Fueron 24 metros cuadrados que imprimió la empresa Be More 3D en un espacio de la Universitat Politècnica de València. Y el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) presentó en 2022 un edificio realizado con barro y una impresora 3D.


Es decir, casi todo lo que se ha hecho hasta ahora han sido prototipos, experimentos para probar la tecnología y demostrar una prometedora técnica que abre una posible puerta a solucionar los problemas de acceso a la vivienda. En esas está Wasi 3D, cuyo plan es poder empezar a construir en 2026 viviendas de dos alturas y 120 cuadrados como máximo que estén ubicadas en áreas suburbanas. Al frente están Elinore Cruz y Diego de la Torre, dos peruanos cuyo proyecto de casas asequibles impresas en 3D de la incubadora de EAE Business School en Barcelona ganó la competición Babson Collaborative Challenge en mayo. Acaban de lanzar una ronda de financiación para captar 350.000 euros para montar un laboratorio de I+D y construir su primer prototipo. Ya buscan una nave en Barcelona donde poder levantarla.


Tierra y aditivos

Wasi 3D, que funcionará como contratista principal, usará como material la tierra, a la que se añadirán aditivos. “Hemos experimentado con almidón de papa, almidón de arroz, fibras de yute, de plantas naturales, de mate, e incluso de cáscaras de arroz”, cuenta De la Torre. La automatización del proceso constructivo de obras grises (paredes, muros, pilares…) que hacen —a un coste de 30.000 euros para casas de 100 metros cuadrados— disminuye un tercio el tiempo de construcción y tiene un 60% menos emisiones con respecto a la manera convencional. Y busca desarrollar materiales imprimibles a base de tierra hasta un 30% más baratos que el hormigón especial que se usa normalmente en impresión 3D.


En el ámbito global, empresas como WASP en Italia y Azure Printed Homes o ICON en Estados Unidos están liderando el camino para fabricar casas. En EE UU —donde existe un déficit de cinco millones de viviendas nuevas— y en México opera ICON, una empresa que desarrolla sistemas robóticos y de inteligencia artificial. Pionera en la impresión 3D a gran escala, irrumpió en el mercado residencial vendiendo las primeras casas impresas en Austin (Texas) en 2021. También ha desarrollado varios proyectos de carácter social (personas sin hogar, familias en situación de extrema pobreza que residen en zonas sísmicas y de inundaciones, barracas para el ejército…).


Viviendas construidas con impresora 3D por la empresa americana ICON en Georgetown, Texas.


La empresa ha recaudado 451 millones de dólares en financiación hasta la fecha y en 2022 recibió 57,2 millones de la NASA para desarrollar un sistema de construcción en la superficie lunar. Además, está construyendo el primer hotel impreso en 3D del mundo en Marfa, al oeste de Texas. El hotel, llamado El Cósmico, presenta formas curvas y cúpulas orgánicas que solo se pueden lograr mediante esta técnica. El proyecto, de 24 hectáreas, también incluye residencias privadas de hasta 232 metros cuadrados.

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