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Bioasfalto, la innovación vial derivada del biodiesel que cubre baches con menos costos y más sustentabilidad


El bioasfalto, un innovador compuesto derivado del biodisel, el biocombustible que se mezcla con el gasoil de petróleo, ya se utiliza en bacheos y reparaciones y representa una solución más sostenible y rentable para desafíos de infraestructura.


Ya se está implementando en Córdoba, como plan del gobierno provincial desarrollado en conjunto con una empresa privada y la Facultad de Ciencias Exactas Universidad Nacional de Córdoba,


Por ahora, el bioasfalto se aplica en obras viales de pequeña y mediana escala, con la intención de homologarlo para obras a gran escala.


Este desarrollo, que comenzó a emplearse hace pocos años, podría convertirse en una alternativa viable a los sistemas tradicionales utilizados en infraestructura vial.


La característica principal del bioasfalto es que reemplaza el uso de hidrocarburos por biodiesel, lo que lo convierte en un material más amigable con el ambiente.


El bioasfalto es una alternativa innovadora

El bioasfalto no solo es ecológico, sino que también simplifica el proceso de aplicación, ya que no requiere tanto despliegue de maquinaria pesada como los sistemas convencionales.

Este producto ya se utiliza en trabajos de bacheo y reparación de carpetas asfálticas en varios municipios, entre ellos la Municipalidad de Córdoba, que adquirió 20 mil toneladas.

Afema, la empresa que lidera este desarrollo, lleva años investigando y perfeccionando el uso de bioasfalto.


“Cada paso fue muy positivo, lo que hizo que hoy tengamos confianza en el producto”, explicó Daniel de la Rubia, jefe de laboratorio de Afema.


La empresa además puso en marcha una mini planta de producción de biodiesel a principios de 2024, financiada por la Provincia para incentivar la transición energética en sectores estratégicos como la industria y la construcción.


El compuesto no solo se está utilizando a nivel local, sino que también comenzó a exportarse a países vecinos como Uruguay, Bolivia y Paraguay.


Mientras tanto, la Provincia y Afema trabajan en la homologación del producto para permitir su uso a gran escala, apuntando a transformar el panorama de las obras viales en la región y reducir el impacto ambiental del sector.


Una opción ecológica para reducir la huella de carbono

El ministerio de Infraestructura de Córdoba, la empresa Afema y la Facultad de Ciencias Exactas de la UNC firmaron un convenio para avanzar en la homologación del bioasfalto, una mezcla más amigable con el ambiente al estar elaborada con biodiesel.


Como parte del acuerdo, se realizaron pruebas en un tramo de la ruta E 57, donde se alternaron biomezcla y asfalto tradicional, cubriendo aproximadamente 1.000 metros.

Los investigadores analizarán el rendimiento de ambos compuestos durante un año para comparar su desempeño.


La biomezcla presenta ventajas operativas frente al asfalto tradicional, ya que puede ser aplicada con cuadrillas más pequeñas y no requiere el uso intensivo de maquinaria pesada.

A diferencia del asfalto en caliente, que exige plantas cercanas y afecta el tránsito urbano por su despliegue, el bioasfalto es ideal para zonas urbanas o rurales con infraestructuras limitadas.


Esta alternativa promete simplificar la logística de las obras, con menor interrupción de la vida cotidiana y menos requerimientos técnicos.


El uso de bioasfalto no solo trae beneficios logísticos, sino que también tiene un impacto positivo en el ambiente.


Al utilizar biodiesel en su elaboración, se reduce un 27% el uso de asfalto a base de petróleo, y disminuye así las emisiones de gases de efecto invernadero.


El proceso, además, se lleva a cabo a temperaturas más bajas, lo que reduce la emisión de vapores nocivos.


Esta innovación representa un avance significativo hacia la construcción de infraestructuras más sostenibles y alineadas con la lucha contra el cambio climático.


Del laboratorio a la ruta

Lucas Crespi, responsable del Laboratorio de Estructuras de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (UNC), explicó que las pruebas de bioasfalto en la ruta E 57 forman parte de un proyecto multidisciplinario.


Durante el proceso, los investigadores tomarán muestras a lo largo de tres meses para analizar el desempeño de las biomezclas en comparación con el asfalto tradicional.

Es un proyecto que abarca aspectos ambientales, químicos, estructurales y viales”, detalló Crespi. Y resaltó la innovación en el uso del bioasfalto como carpeta de desgaste.


Crespi subrayó que, si bien el bioasfalto ya se emplea en bacheos, su aplicación como pavimento es novedosa en la región.


“La bibliografía muestra resultados alentadores, pero el desafío ahora es usarlo como superficie de rodamiento. Las expectativas son altas”, afirmó.


El objetivo es validar este compuesto en Córdoba, una provincia que busca posicionarse a la vanguardia en la implementación de materiales más sostenibles en infraestructura vial.


Una experiencia sin precedentes en la región

El uso de bioasfalto en obras viales no tiene antecedentes en la región, lo que sitúa a Córdoba en una posición de liderazgo en la adopción de tecnologías innovadoras.

Este proyecto se enmarca en la creciente necesidad de reducir emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en las obras públicas, objetivo central en la lucha contra el cambio climático.


La implementación exitosa del bioasfalto podría marcar un cambio de paradigma en la construcción vial en Argentina.


La empresa que encabeza el proyecto también se destaca por su planta de producción de biodiesel en Villa Retiro. Con una capacidad de 6.000 litros diarios, esta planta abastece tanto las obras viales como su propia flota de maquinaria.


Desarrollada por la firma Power Bio de Villa María, la planta puede generar soluciones locales para reducir la dependencia de combustibles fósiles en la obra pública.


Políticas públicas que fomentan la innovación

De la Rubia destacó el papel clave del estado provincial en el desarrollo de este proyecto, mencionando que el marco regulatorio y los incentivos a los biocombustibles fueron fundamentales para su implementación. “Las políticas de fomento han sido clave para alentar este proyecto”, señaló.


Se refirió a las facilidades fiscales y al financiamiento ofrecido por la provincia de Córdoba, lo que permitió que la empresa avance con firmeza en la producción de bioasfalto.


Córdoba cuenta con un sólido marco regulatorio para el impulso de biocombustibles, entre ellos la Ley 10.721 que promueve el uso de energías más limpias en la obra pública.

Además, existen beneficios fiscales, como la exención de Ingresos Brutos y la reducción de tasas para vehículos que utilicen biocombustible.


A esto se suma la línea de créditos Dale BIO de Bancor, que financia proyectos de infraestructura vinculados a la producción y uso de biocombustibles, facilitando así la transición hacia una economía más sostenible.

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