Infobae.
La recesión económica que marcó el primer semestre del año no detuvo el avance de los pagos electrónicos en su diversas variantes, en desmedro de la utilización del dinero en efectivo. Aún con el pico inflacionario del verano y la retracción del consumo, las operaciones con tarjetas de débito, de crédito, los pagos con transferencias, con código QR y toda clase de transacciones digitales siguieron en crecimiento.
Según datos del BCRA del primer semestre del año, “cada persona adulta realizó, en promedio, más de 40 pagos electrónicos por mes, un 73% más que en el mismo periodo de 2023″. A modo de referencia, Brasil registró en promedio 47 pagos electrónicos mensuales por habitante y economías desarrolladas como EEUU o Suecia hay un promedio de 50 transacciones.
El monto promedio por operación fue de $30.231 y, a valores constantes, fue un 32% más bajo que en el primer semestre de 2023. Dentro del universo de pagos electrónicos, aquellos de acreditación inmediata y menores costos ganaron participación. Asimismo, “la disminución constante del monto promedio por operación muestra que cada vez más personas usan estos medios para sus transacciones cotidianas de bajo valor”, dice el BCRA, que destaca varias medidas que potenciaron el uso y mejoraron la la experiencia de consumidores y comercios. Entre otras, destacó la interoperabilidad de los códigos QR para pagos con tarjetas de crédito, las transferencias inmediatas pull para el fondeo entre cuentas propias y la eliminación de retenciones impositivas (IVA y Ganancias) en los pagos hasta 10.000 UVAs.
Las transacciones crecieron más en cantidad que en monto, lo que según el BCRA “sugiere un avance de la digitalización en operaciones cotidianas y de bajo monto que mayormente se realizaban en efectivo. Esta tendencia, más cantidad de pagos electrónicos y de menores montos promedio, es consistente con la contracción observada en los montos de dinero extraídos en cajeros automáticos (ATM) y otras terminales (como bocas de supermercado), indicador que suele utilizarse para aproximar el uso de efectivo en pagos”.
El informe del BCRA confirma la reducción en la utilización de billetes: “En los últimos semestres, tanto el monto extraído por adulto como el monto promedio por extracción mostraron tasas de variación interanuales negativas (y cada vez mayores). Ello reflejaría la menor necesidad y uso de efectivo de la población para realizar pagos minoristas, aunque pueden incidir otros factores como el impacto de la actividad en el ingreso real de las personas. La reducción de la participación del efectivo en las ventas en supermercado y de electrodomésticos son claros ejemplos de esta dinámica”.
En la misma línea, el Índice Payway determinó que en el tercer trimestre del año se expandió el uso de la tarjeta de débito en detrimento de la utilización del cash, evaluado a través de las extracciones en la red de cajeros Banelco y el retiro a través de la línea de cajas de supermercados, estaciones de servicio y otras cadenas comerciales.
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