La Nueva.
La construcción es uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina, donde las mujeres empiezan a ganar espacios, rompen mitos y aportan su experiencia para fomentar una mayor inclusión de ellas en un rubro en crecimiento.
El 22 de abril se celebró el Día del Trabajador y la Trabajadora de la Construcción, establecido por la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra), en un contexto de incipiente incorporación de mujeres a un ámbito laboral masculinizado.
Ese crecimiento también se vislumbra en Bahía Blanca, donde ya hay más de 200 mujeres afiliadas a la seccional que conduce Carlos Boer.
“Estamos convencidos de la igualdad de género. Es un tema que nuestro secretario general, Gerardo Martínez, impulsa desde hace alrededor de 10 años. Y hoy se están viendo los frutos de esa apertura”, señaló el actual secretario general de la delegación bahiense.
Hay diversos datos que muestran la presencia de ellas en el sector: uno lo aporta la Encuesta Permanente de Hogares del tercer trimestre de 2022, que identificó que 50.313 mujeres trabajan en la rama de la construcción, cifra equivalente al 2,9% del rubro.
Este dato surge del relevamiento de las localidades de más de 2.000 habitantes, informó María Cecilia Cross, subsecretaria de Políticas de Inclusión en el mundo laboral del Ministerio de Trabajo.
Por su parte, el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que releva el total país, arroja una presencia de 28.490 mujeres que se desempeñan en la Rama de la Construcción como asalariadas registradas del sector privado.“Ya pasaron muchas capacit aciones y seguramente habrá muchas más, porque el abanico de ofertas laborales es cada vez más grande”, mencionó Boer.
A su vez, María Pía Villarino, directora de Institucionales del Ministerio de Obras Públicas, destacó que las mujeres participan en el 30% de las obras impulsadas por esa cartera nacional.
Desde el sector informaron que las principales tareas donde se puede visibilizar el avance de la mujer son aquellas relacionadas con la dirección, proyección de obras, el control, provisión y guardado de herramientas de mano, instalaciones eléctricas y terminaciones (colocación de algunos revestimientos) en general, oficiales de pintura, ayudantes de albañilería, incluyendo el emplazamiento de piezas de ajuste de los elementos de hormigón premoldeado. "Trabajan a la par del resto, lo cual es muy gratificante", señaló De Boer.
Una de las cuestiones a las cuales la UOCRA le dio preponderancia fue a generar las condiciones laborales adecuadas. “Nuestro gremio viene acompañando la incorporación de la mujer en la industria. Desarrollamos acciones y actividades con el objetivo de asistir las trabajadoras y delegadas, en diferentes temáticas relacionadas con la defensa de sus derechos laborales, con su formación profesional, derechos personales y los de sus hijos y familia”.
En ese tren, Carlos De Boer esgrimió que no hubo mayores problemas en el relacionamiento humano dentro de las obras. “Más allá que hicimos mucho énfasis en este tema, el respeto se dio en forma natural. Hubo algunos casos, pero fueron aislados y se resolvieron rápido”.
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