Ámbito.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, en la actualidad habitan en ciudades 4.400 millones de personas, que representan el 56% de la población global. Se estima que para 2050 esta población urbana se duplicará, con casi siete de cada diez individuos viviendo en entornos urbanos.
Estos números resaltan los desafíos de la urbanización y la necesidad de prácticas para promover la sostenibilidad ambiental, la funcionalidad, la seguridad social y económica, para poder afrontar esta expansión acelerada que agota los recursos escasos de las ciudades. Entre los retos más visibles, se destacan la urgencia de satisfacer la creciente demanda de viviendas asequibles, infraestructura de servicios y su gestión optimizada, de manera de reducir la brecha de desigualdad y acercar a las ciudades latinoamericanas al futuro.
En este marco, las ciudades inteligentes, o smart cities, están modificando la forma en que habitamos nuestros entornos urbanos, fusionando la funcionalidad con la sustentabilidad y la búsqueda del confort en medio de la dinámica acelerada diaria. Como líder de una compañía que centra sus esfuerzos en acercarnos a un futuro más sostenible e innovador, tengo el privilegio de observar de cerca cómo estas innovaciones están cambiando el paisaje urbano en todo el mundo, pero en especial en América Latina.
Una ciudad inteligente no solo incorpora tecnología avanzada que eficientice la operatividad urbana, sino que también se centra en crear espacios que mejoren la calidad de vida de todos sus habitantes. A través de la iluminación conectada, la ciudad puede adaptarse a las condiciones del entorno, mejorando la visibilidad y la seguridad en las calles. Como argentino, me siento orgulloso de la evolución de la Ciudad de Buenos Aires. Hace una década, Buenos Aires decidió cambiar de la iluminación convencional a la tecnología LED e incorporó a su infraestructura una plataforma de software que le permite telegestionar y optimizar su iluminación urbana de manera inteligente, convirtiéndose así en la primera Smart City de América Latina. Desde entonces, más de 100,000 puntos de luz están monitoreados remotamente para garantizar el óptimo funcionamiento de las luminarias, en tanto contribuyen al ahorro energético.
Sin embargo, la ciudad porteña no solo optimiza el consumo de energía, sino que también crea escenas dinámicas que la embellecen y le dan la posibilidad de marcar una identidad propia que fomenta el orgullo de los vecinos y atrae turistas sin descuidar su bienestar
En Chile, las autopistas interurbanas en Rutas del Pacífico, Autopistas los Andes y Rutas del Elqui, la autopista Intervial Ruta 5 Sur y la comuna de Lago Ranco, ya cuentan con tecnología LED. Además, y recientemente, la comuna de El Bosque, en Santiago, incorporó más de seis mil luminarias LED Philips, junto con el sistema de iluminación inteligente Interact para dar un paso adelante en términos de seguridad, eficiencia y sostenibilidad, sumándose a los beneficios de implementar el concepto de Smart Cities.
En Perú, tanto en el distrito de San Martín de Porres en Lima, como en regiones del interior, ya se renovó el alumbrado público con luminarias de tecnología LED, garantizando más eficiencia, mayor vida útil y calles más iluminadas y dando un paso adelante en la transformación hacia una Smart City.
La sustentabilidad es otro pilar fundamental de las smart cities: en ciudades como Buenos Aires, Lima, Santiago de Chile o Montevideo, la integración de sistemas de iluminación conectados no solo reduce el consumo de energía, sino que también disminuye la huella de carbono, contribuyendo a un entorno más limpio y saludable. La combinación de tecnología LED y otras fuentes de energía, como, por ejemplo, la energía solar, junto con la gestión inteligente, puede reducir el consumo eléctrico hasta en un 80% lo cual beneficia tanto a los municipios como al medioambiente.
Adicionalmente, en medio del “aceleramiento diario” en el que vivimos, el confort es un elemento esencial. Las Smart Cities están diseñadas para ofrecer un entorno más cómodo y, remarcando uno de los puntos anteriores, seguro para sus habitantes. La iluminación adecuada puede reducir la criminalidad en las calles y mejorar la seguridad nocturna tanto vial como peatonal. Además, la capacidad de gestionar la iluminación de manera remota permite a las autoridades responder rápidamente a cualquier problema, mejorando la calidad de vida de todos y todas.
En conclusión, las Smart Cities representan una nueva forma de habitar nuestros entornos urbanos, donde la funcionalidad, la sustentabilidad, la seguridad y el confort se fusionan para crear espacios más eficientes, seguros y agradables. Me enorgullece ser parte de esta transformación que hace que, a través de la tecnología, las ciudades sean una respuesta a la realidad que viviremos en las próximas décadas y sean mejores lugares para vivir.
General Manager de Signify Sudamérica
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