top of page
Clipping_wpp.png

Construir hoy no baja de u$s1.500 por m2: qué esperan los desarrolladores y por qué apuestan a un reacomodamiento de precios

  • Foto del escritor: Equipo OB
    Equipo OB
  • 16 may
  • 4 Min. de lectura

Ámbito


El costo para edificar viviendas se duplicó en dólares en un año y medio, pero los desarrolladores prevén un reacomodamiento de precios. Anticipan más estabilidad, baja de insumos, apertura del cepo y financiamiento directo como claves para sostener nuevas obras y ampliar la oferta.


La construcción en Argentina atraviesa uno de los momentos más desafiantes de los últimos años. El costo por metro cuadrado se duplicó en dólares en apenas 18 meses y hoy no baja de los u$s1.500 en ninguna tipología. Sin embargo, los desarrolladores inmobiliarios afirman que el escenario comienza a mostrar señales de reacomodamiento. La combinación de mayor previsibilidad macroeconómica, baja inflación, reactivación del crédito hipotecario y apertura del cepo cambiario empieza a modificar los cálculos del sector.


“Aún estamos atravesando un proceso de acomodamiento de precios y costos. El salto fue muy fuerte, pero ya se nota una baja en insumos como hierro, metales o productos eléctricos”, explicó Martín Piantoni, CEO de Alton Desarrollos. Según su visión, la posibilidad de importar materiales y la aparición de opciones más competitivas en el mercado internacional, como los productos chinos, contribuirán a estabilizar los valores. “Se va a compensar con el aumento de la mano de obra, pero ese ajuste es lógico y necesario para sostener la capacidad de ahorro y consumo interno”, agregó.


El costo de construcción para un edificio en altura llegó a u$s1.500 por metro cuadrado, cuando hace un año y medio oscilaba entre u$s750 y u$s800. La inflación acumulada impactó en pesos sobre la mano de obra y materiales, mientras que el tipo de cambio oficial se mantuvo atrasado.


Beltrán Briones, gerente financiero de Estudio Kohon, detalló: “En ese contexto, el costo en dólares se duplicó, pero los precios de venta solo subieron un 15%”. Actualmente, el precio promedio de venta en pozo en la ciudad de Buenos Aires ronda los u$s2.370 por m², con un costo total de obra e impuestos que supera los u$s2.500. “Esto significa que muchos proyectos están por debajo de su valor de reposición. Por eso el usado parece barato, pero ese stock se va a agotar y el mercado va a tomar como referencia al pozo, que hoy se comercializa en promedio a u$s2.900 por m²”, afirmó.


A pesar de esta situación, los desarrolladores coinciden en que el ciclo puede cambiar. “El crédito hipotecario comenzó a moverse. Hoy representa el 20% de las operaciones en Capital, algo impensado hace un año. Y genera un círculo virtuoso: quien compra con crédito libera una unidad, y eso permite otra compra más”, sostuvo Piantoni. Su empresa incluso ofrece planes de financiamiento a 10 años para ingresar a proyectos en pozo sin necesidad de esperar un crédito bancario.


En zonas como Villa Devoto, el valor de un departamento de tres o cuatro ambientes a estrenar parte de los u$s2.300 por m², con anticipos del 30% al 50% y cuotas en pesos ajustables durante el avance de obra. La vuelta de estas tipologías también refleja un cambio de demanda: durante los años sin crédito, se construía para inversores. Ahora, vuelve a ser clave el usuario final que necesita mudarse, agrandarse o bajar de una casa a un departamento amplio. Con crédito, ese salto vuelve a ser posible.


Darío Balan, director de Grupo Uno en Uno, coincidió en que la herramienta crediticia ya tiene impacto, aunque todavía está limitada a unidades terminadas. “Hay muchas operaciones encadenadas: se vende una unidad con escritura y se reinvierte en un desarrollo en obra. Cuando se habiliten las hipotecas divisibles —es decir, que los bancos presten para comprar en pozo y financiar a desarrolladores—, el efecto también llegará al pozo”, anticipó.


Según Balan, la clave para sostener la recuperación está en el orden macroeconómico. “Hace falta inflación baja, tipo de cambio estable y previsibilidad política. Con esas condiciones, la gente invierte, y los bancos prestan”, afirmó. Su empresa desarrolla unidades premium en zonas como Belgrano, donde el m² se ofrece a u$s4.500, con anticipos del 30% y hasta 36 cuotas fijas.


También destacó un cambio cultural en el tipo de vivienda: volvieron los departamentos grandes, con dependencia, family y espacios amplios. “Ese público busca confort y no quiere convivir con tipologías chicas. Está presente tanto en CABA como en emprendimientos del Gran Buenos Aires bien posicionados”, señaló.


Briones subrayó que, más allá del encarecimiento de materiales y mano de obra, los fundamentos del mercado siguen vigentes. “El crédito genera demanda. Si de un millón de solicitudes se aprueba el 20%, hablamos de 200.000 personas en condiciones de comprar. Y cada operación con crédito genera dos o tres más. La oferta no alcanza”, sostuvo.

A futuro, proyecta una reactivación impulsada por varios factores: salarios que subieron en dólares, mayor acceso a materiales importados, repunte de la rentabilidad de los alquileres (que en marzo alcanzó el 5,6% anual) y una inflación que erosiona el ahorro en dólares guardado.


“El ladrillo vuelve a ser refugio. Y como los costos están altos pero con expectativas de baja, el que puede construir lo hace, esperando mejores precios de venta más adelante”, concluyó.

El mercado atraviesa una transición: construir cuesta más, pero los desarrolladores siguen adelante porque anticipan una recuperación. La clave está en el equilibrio: mayor estabilidad, condiciones más previsibles y financiamiento accesible. La demanda empieza a activarse, el crédito reaparece y el ahorro vuelve a orientarse al ladrillo como forma confiable de preservar valor.

Comentários


bottom of page