I Profesional
Bajo la premisa de que el tiempo es dinero es que ha proliferado en la Argentina la modalidad de obras modulares realizadas con contenedores. La demanda se despliega como un abanico que contempla desde la vivienda única o la casa de fin de semana, hasta oficinas y locales comerciales. La historia del desarrollo de las denominadas tiny houses o casas diminutas está vinculada a motivos diversos. En Latinoamérica, principalmente en Colombia y Perú, se conecta con la problemática habitacional y la escasez de crédito hipotecario, escenario que también se replica en la Argentina. En los países desarrollados, en cambio, las razones fueron otras. Japón hizo punta a partir del concepto del uso mínimo del espacio debido a su escasa superficie para construir viviendas, mientras que en los Estados Unidos el paso del huracán Katrina, en 2005, instaló la idea de cuán pragmático sería la posibilidad de contar con casas transportables en caso de sufrir nuevas inundaciones.
En la Argentina el crecimiento de la construcción con contenedores es una realidad, aunque primero hubo que romper la coraza cultural. "Fue creciendo la actividad, la gente se fue afianzando a este tipo de construcción. El primer impacto que tenía el container se veía como una casilla de chapa, pero con diseño quedan buenísimos", recalca Mariano Sueldo, gerente de Containers Necochea.
Desde Containers Necochea ya hacen casas con dos pisos.La construcción modular con contenedores escala en las medidas de 15 metros cuadrados hasta una superficie de 180 metros cuadrados, en desarrollos que implican seis unidades, tres o cuatro ambientes y, a veces, planta baja y primer piso. "Para nosotros casi toda la demanda viene por el lado de la vivienda. Puede ser primera vivienda de pareja joven o gente que busca hacerse una casa en un lote para disfrutar del fin de semana", recalca Alejandro Lenton, socio gerente de Hometainer.
En términos de tiempo, la construcción con contenedores no tiene rivales. Mucho menos si se la contrasta con las obras convencionales. "Una persona compra el lote y a los 90 días ya tiene la casa para poder utilizarla. Eso para una superficie que oscila entre los 30 y los 90 metros cuadrados, en términos modulares", explica Lenton. En Hometainer la construcción mínima, de 15 metros cuadrados, ideal para un dormi o la oficina de un sereno, equipada con una cocina y un baño, ronda los US$ 14.500. El precio escala luego a, por ejemplo, los US$ 60.000 comprendidos en una construcción de 90 metros cuadrados, de tres y cuatro ambientes (N.d.E.: los precios de esta nota son a marzo de este año).
En líneas generales se trata de un negocio de entrega llave en mano. En caso de ser una construcción de un solo módulo, se realiza en la fábrica y se transporta terminada en camión. Si la obra requiere más contenedores, el ensamblado es en el terreno. Queda a cargo del dueño los estudios de suelos correspondientes, como así también la construcción de los pilotes sobre los que se apoyarán los containers y la conexión a la red de servicios.
El segmento fue mutando. Al comienzo se trató del tímido pedido para la utilización de módulos como oficinas o casillas, hasta lograr estándares de calidad impensados. "El primer impacto que tenía el container se veía como una casilla de chapa, pero con diseño quedan buenísimos", recalca Mariano Sueldo, gerente de Containers Necochea."Empezamos a trabajar con toda la industria petrolera de Vaca Muerta y ahora nos especializamos en hogares con terminaciones superiores a premium. No hacemos más las viviendas estándar económicas. Todas nuestras unidades son aptas para el código urbanístico de Capital Federal, que es el más estricto del país", cuenta José Vives, presidente de Dice Containers.
¿Hay buena demanda? "La tenemos frenada por una capacidad de producción. Casi no tenemos vendedores a la calle", contesta Vives. Una vez más, tiempo y costos se unen para volver atractivo este producto. "La gente no quiere renegar más con los albañiles, ese es un motivo para la construcción de segundas viviendas. Después por los tiempos que insumen y por último por los costos. Es una construcción mucho más económica que se ubica un 30 por ciento por debajo de una Steel Framing".
Las construcciones modulares con contenedores tienen una vida útil de 20 años con un mantenimiento indefinido. La oferta de Dice Containers comprende una variada gama de precios y facilidades. Una vivienda de 15 metros cuadrados -un monoambiente con un baño- cuesta US$ 11.824 más IVA, y tienen opciones de cuotas. Insumos Sabido es que los precios de la construcción convencional aumentan semana tras semana en medio de un proceso inflacionario rampante. A las obras modulares también le toca lo suyo.
Si bien los constructores buscan la manera de reducir la cantidad de componentes importados, tanto que la grifería y la losa son Made in Argentina, lo cierto es que el aluminio tiene precio de commoditie, "con lo cual todo lo que son aberturas están dolarizadas. Los tornillos son importados, prácticamente no hay producción nacional de estos insumos para la construcción en seco", remarca Lenton.
Tal vez el punto de mayor tensión estuvo dado hasta hace poco en la compra de los contenedores usados que se utilizan para la fabricación de viviendas y oficinas. La salida de la pandemia produjo algo así como un efecto embudo y el comercio exterior sintió la falta de containers para transporte de mercaderías, muchos de los cuales habían quedado varados en los puertos de China, país que siguió implementado rígidas medidas sanitarias hasta hace apenas un puñado de meses.
"Puede ser primera vivienda de pareja joven o gente que busca hacerse una casa en un lote para disfrutar del fin de semana", recalca Alejandro Lenton, socio gerente de Hometainer.Los fabricantes agudizaron el ingenio para conseguirlos, en un mercado local concentrado que sólo tiene tres oferentes. "Los containers son importados y por eso hubo escasez. Debemos nacionalizarlos para utilizarlos. La escasez disparó los precios. El comercio internacional se suspendió durante un año y la cantidad de contenedores que se sacaban de circulación era mucho menor", sostiene Lenton.
Los contenedores se venden a precio dólar oficial. Uno reutilizado de 30 metros cuadrados o 40 pies cuesta US$ 5500 más IVA. El de 15 metros está aproximadamente US$ 4800. "No es sustancialmente más económico por ser la mitad de la estructura -agrega el ingeniero Lenton-. Mucha gente está acostumbrada a evaluar el precio de una construcción por el metro cuadrado, pero de repente el de 15 metros cuadrados es mucho más caro que el de 30, porque la estructura le pega de lleno mucho más fuerte al precio del metro cuadrado". Oficinas y más La construcción con contenedores ha venido a ser también una solución rápida para muchas empresas que necesitan montar oficinas en lugares distantes, tratando de afectar lo menos posible el desarrollo normal de sus actividades productivas.
"Hacemos muchas oficinas para empresas. Lo damos resuelto llave en mano. Generalmente se da mucho dentro de plantas que tienen que resolver de forma rápida y limpia esta necesidad para no entorpecer la operación. Mucho agro y mucha industria que no pueden parar la planta. Nos piden una oficina de 15 metros cuadrados y la tienen lista en 60 días", sostiene Lenton, de Hometainer. Y añade: "Entregamos un lunes y el martes ya tienen a la gente trabajando dentro de la oficina".
El tiempo y los costos son los factores que vuelven más atractivo a este producto.La logística también juega su partido al momento de sopesar costos. En zonas geográficas de difícil acceso, donde la utilización de maquinarias y la llegada de albañiles se transforman en un dolor de cabeza, la veloz solución del container es casi un alivio. "Una casa de 30 metros cuadrados no tardamos más de dos horas en bajarla. Hemos instalado casas en sitios remotos, en sierras y terrenos adonde es muy difícil llegar", cuenta Sueldo.
En materia de usos el espectro es amplio. Si bien el 70 por ciento de la demanda que recibe Containers Necochea es para vivienda, la empresa ha sabido diversificarse y abarcar otros segmentos del mercado. La firma es la responsable de la construcción de Puerto Gardella, un polo gastronómico compuesto por 35 contenedores adaptados en Puerto Quequén, desarrollo que se convirtió en un verdadero boom turístico durante el último verano.
"Ahora estamos avanzando en los trabajos para la ampliación de la terminal de ómnibus de Balcarce, además de las obras en la zona del podio y las oficinas en el autódromo Juan Manuel Fangio. En breve todo eso ya estará terminado", concluye Sueldo. Esta nota se publicó originalmente en el número 352 de revista Apertura.
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