Forbes.
La sequía, el control de las importaciones, la restricción externa y el impacto de la devaluación hacían prever un fuerte golpe en el nivel de actividad económica sobre el final de la campaña electoral de cara al balotaje. Sin embargo, los analistas están viendo una contracción menor a la esperada, en parte, a partir de las políticas del Gobierno para impulsar el consumo y el contexto inflacionario que incentiva la anticipación de compras.
“Desde la óptica de la demanda doméstica, detrás de este comportamiento creemos que prima un efecto “act now”: en un año electoral, con una fuerte aceleración inflacionaria, un contexto de elevada incertidumbre y un restrictivo cepo cambiario, siguieron imponiéndose los efectos “los Pesos queman”, al tener en cuenta que las compras de bienes (y también pueden ser determinados servicios) se utilizan como alternativa de ahorro o como formas de adelantar consumos”, dicen desde Ecolatina.
Para priorizar el mercado interno, el Gobierno apeló a diversas fuentes de financiamiento e incremento del crédito comercial para mantener cierto caudal de importaciones a costa de sacrificar reservas. La contracara es una deuda comercial con importadores de bienes que ya supera los 44.000 millones de dólares, con un crecimiento entre enero y septiembre de casi 13.000 millones.
“Más allá de alguna recuperación puntual post sequía, vemos estancamiento. Hubo una mejora de consumo en la previa a la elección de octubre, pero ahora parecería haberse calmado probablemente por el exceso de gasto preelectoral”, analiza Pablo Repetto, de Aurum Valores.
Ese “veranito” de la actividad se reflejó en los datos de julio y agosto, dos meses de crecimiento mensual consecutivo en términos desestacionalizado y un salto interanual tras tres meses seguidos de caídas.
En ese lapso, se vio un fuerte empuje de la actividad energética y minera y un incremento de 206.000 puestos de trabajo respecto al mismo período del año anterior.
No obstante, las cifras de septiembre se anticipan un poco más complicadas. Según el informe que publicó el Indec este martes, la construcción cayó un 4,5% de forma interanual y un 0,1% contra el mes previo. Por su parte, la industria tuvo una contracción del 3,6% en relación a septiembre del 2022 y un leve avance del 0,2% contra agosto.
Nuevamente, el repunte intermensual se vio traccionado por el sector petrolero (3,6%) que, junto a textiles (3%), otros equipos (1,7%) y automotores (0,2%), fueron los únicos cuatro de nueve sectores que tuvieron un comportamiento positivo.
“Tenes una industria estancada y un agro muy golpeado. Hubo un adelantamiento de consumo de quien tenía un gasto previsto y podía adelantarlo. Pero lo que está teniendo mayores problemas no es la demanda sino la oferta por el faltante de insumos importados. Este mes, lo vimos en casi todos los sectores industriales y eso generó muchos parates. Eso hace que octubre seguramente tengamos un resultado mucho más magro y veamos una contracción más importante”, subrayó Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.
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