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Cómo se licuó, con el paso de los años, el valor de la moneda argentina

Lo que se puede comprar con un billete de $ 1.000.

“¿Qué podemos comprar hoy con $ 1.000? Una simple recorrida por el supermercado da cuenta que, con el billete que tiene en su anverso la figura de un hornero, se puede adquirir, por ejemplo, medio kilo de blando especial, dos kilos de pan francés, dos gaseosas de 2,5 litros de primera marca, cinco sachets de leche. Si va a la verdulería tal vez le alcance para adquirir dos kilos de papa, uno de cebolla y otro de tomate. En frutas, puede poner en la bolsa un kilo de bananas y otro de durazno. Si quiere una fruta de estación, tal vez pueda comprar una sandía de ocho kilos o un kilo y medio de mangos.


El billete de más alta denominación de la Argentina, que entró en circulación el 30 de noviembre de 2017 no pudo resistir a tanta inflación de un país que no le encuentra la vuelta a tanto incremento sostenido de precios. Lo que estamos viendo es que, desde la salida de la convertibilidad la cual restringía el accionar del Banco Central, la política monetaria ultraexpansiva terminó licuando el valor de nuestra moneda, afirma a LA GACETA Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso.


Tal es así que, a principios de la década de 2000, nuestro billete más alto, el de $ 100, equivalía a US$ 100. Sin embargo, tras la acumulación de inflación a lo largo de los años, hizo que, en 2016, aparezca el billete de $ 500 y un año más tarde el billete de $ 1.000. Ahora bien, por más que se haya multiplicado por 10 la nominalidad del billete más alto, su poder adquisitivo cayó casi a la mitad, dado que cuando se emitió el primer billete de $ 1.000, valía algo más de U$S 57.


Moschet dice que desde que salió el billete de $ 1.000 hasta ahora se acumuló cerca de 870% de inflación y el gobierno sólo propuso duplicar la nominalidad del billete. “Es decir, que ya nace con mucho menos valor que cualquiera de los anteriores. Incluso, si lo medimos en dólares, apenas alcanza los U$S 5”, acota. En otras palabras, la decisión va en la dirección correcta para facilitar las transacciones, pero lamentablemente queda muy corta y hubiese sido más adecuado lanzar billetes de al menos $ 5.000 y $ 10.000.





El peso fue creado hace 31 años y entró en vigencia el 10 de octubre de 1991, mediante el decreto del Poder Ejecutivo N° 2.128, a partir del 1 de enero de 1992. Se estableció una paridad de un peso ($ 1) equivalente a 10.000 australes. En ese período, la inflación acumulada ascendió a 25.600%, mientras que el tipo de cambio (Contado con Liquidación) escaló 33.800%, describe el economista Nery Persichini. “Si te quedas en cash, por cada $ 100 hoy tendrías sólo $ 0,40 de poder de compra. Con plazo fijo, te quedarías en $ 64,40, mientras que en dólares tendrías $ 131,80”, expresa.



FUENTE: LA GACETA.

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