top of page
Clipping_wpp.png

Desarrolladoras inmobiliarias quieren aprovechar el boom importador para reducir costos

  • Foto del escritor: Equipo OB
    Equipo OB
  • hace 6 días
  • 3 Min. de lectura

Forbes.


Aunque la importación de materiales para la construcción aún está en análisis por parte de desarrolladores y proveedores, algunos indicadores del sector mostraron caídas en mayo. Por ello, ciertos referentes esperan una baja mayor en los próximos meses, sin dejar de evaluar qué materiales conviene adquirir en el exterior, dónde y cómo.


La mano de obra, los insumos y los gastos generales son los principales componentes del costo. En el contexto inflacionario de 2022 y 2023, con represión de precios, los valores comenzaron a cotizarse en dólar libre en lugar del oficial. Muchos proveedores se cubrieron con el contado con liquidación, generando un fuerte aumento de costos. Como resultado, estos se duplicaron en un año y medio.


Federico Gagliardo, CEO de Vitrium Capital, explicó que el riesgo cambiario empezaba a reducirse: “Si sé que no existen probabilidades de que el tipo de cambio se dispare, ese margen que había fijado ‘por si acaso’ lo puedo eliminar. En cierto modo, ya comenzó a pasar”.


En mayo, el Índice Construya descendió un 12,1% mensual desestacionalizado, aunque creció 8,9% interanual. Acumula entre enero y mayo un alza del 10,5% frente al mismo período de 2024. Este índice incluye productos como ladrillos cerámicos, cemento, cal, aceros largos, carpintería de aluminio, adhesivos, sanitarios, calefacción, grifería, pisos y materiales eléctricos.


Desarrolladores locales viajaron a fines de mayo a la Feria de Cantón en China para establecer vínculos con proveedores, con vistas a futuras importaciones. Allí, detectaron artículos entre 50% y 80% más baratos que los locales, aunque deben sumarse costos de logística, impuestos y posibles reclamos en destino.


Mali Vázquez, directora ejecutiva de la Cámara Empresaria de Desarrollos Urbanos (CEDU), señaló que aún no se tomaron decisiones de compra en China, y que el proceso es complejo. "Las necesidades de cada desarrollador dependen de sus propios tiempos de obra".


En Argentina, donde predominan el ensamblaje y la mano de obra cara, insumos como cables, tableros, ascensores, porcelanatos y grifería resultan más costosos que en países como China, India o Brasil.


Vázquez explicó que, en algunos rubros, como terminaciones, la diferencia de costos puede ser apenas del 7%, lo cual no justificaría el esfuerzo y los gastos adicionales de importar.

Los costos de flete tampoco son menores: un contenedor de 20 pies desde Shanghái a Buenos Aires cuesta entre US$5.300 y US$5.500, mientras que uno de 40 pies cuesta entre US$5.500 y US$5.700. A estos valores se suman gastos locales e impuestos.


Silvia Notte, directora de SN Estudio Aduanero, detalló que productos como inodoros de porcelana pagan un derecho de importación del 18% más base imponible, y los porcelanatos un 12,6%, más una tasa estadística del 3%.


Desde Brasil también llegan oportunidades: ciertos pisos cuestan la mitad que en Argentina, y sanitarios o grifería, apenas un tercio. El traslado por camión desde Santos a Buenos Aires para un contenedor de 40 pies ronda los US$700–US$800.


Beltrán Briones, director financiero de Estudio Kohon, señaló que los costos asociados a la logística y la importación totalizan entre el 10% y el 20%, dependiendo del producto. Por eso, es necesario llenar los contenedores para amortizar gastos, lo cual requiere gran volumen.


Algunos distribuidores ya están visitando fábricas en China: uno de grifería y sanitarios, otro de materiales eléctricos y uno de aberturas de aluminio y PVC. Briones también observa que algunos corralones no bajan precios, pero aplican promociones, descuentos o beneficios por pago al contado.


Otro desafío es amortizar los costos fijos. “Una cosa es traer pisos para un edificio de 1.000 m² y otra para uno de 100.000 m²”, remarcó Gagliardo, quien también destacó que los proveedores internacionales ofrecen plazos de pago más largos que los disponibles en el país.


Algunos referentes creen que los precios internos de materiales tenderán a bajar si la macroeconomía se mantiene estable. Vázquez comentó que, ante la amenaza de los desarrolladores de importar, algunos distribuidores podrían ajustar sus precios para no perder mercado.


Argentina sigue siendo uno de los países con mayor carga impositiva: entre el 30% y el 45% del costo final de una obra. Para Gagliardo, se necesita tiempo y reformas estructurales, incluyendo una reforma laboral, para reducir ese peso.


Solo en aportes laborales, la diferencia con otros países es del 30% al 40%. Además, en muchos casos falta tecnología de producción, por lo que bajar aranceles para importar maquinaria podría ser clave para mejorar la competitividad.


“Todo esto conforma un proceso complejo de transformación que llevará cierto tiempo”, concluyó Gagliardo.

Comments


bottom of page