Dólar e inflación: qué factores explican el bajo "pass through" y qué puede pasar en julio
- Equipo OB
- 17 jul
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Ámbito.
La inflación de junio fue del 1,6% y quedó por debajo de las expectativas del mercado, según informó el INDEC. El dato se conoció en un contexto en el que, hacia fines de ese mes, el dólar comenzó a mostrar señales de inestabilidad que se intensificaron durante las primeras semanas de julio. La pregunta que surge es: ¿puede esta volatilidad del tipo de cambio impactar en los precios?
La primera respuesta es no —al menos no con la misma magnitud que en episodios anteriores—, ya que existen diversos factores que están actuando como amortiguadores. Entre el 18 de junio y el 14 de julio, el tipo de cambio oficial subió un 10%. Sin embargo, según estimaciones privadas, ese movimiento no tuvo un efecto significativo sobre los precios de los alimentos. El relevamiento semanal de la consultora LCG indicó que, en la primera semana de julio, el rubro alimentos subió 0,7%, mientras que en la segunda semana el aumento se desaceleró al 0,3%. Un comportamiento similar reflejó el informe de la consultora Analytica.
Este fenómeno señala un dato alentador: el "pass through" —es decir, el grado de traslado de la suba del dólar a los precios— fue considerablemente menor al observado en situaciones previas de volatilidad cambiaria, como las devaluaciones registradas durante las gestiones de Axel Kicillof (2014), Mauricio Macri (2016) o Sergio Massa (2023).
Suba del dólar y "pass through" menor: qué factores lo explican
Según un informe de Adcap Grupo Financiero, el traslado del tipo de cambio a precios fue “más débil y moderado”. El economista Federico Filippini atribuyó este comportamiento a tres factores principales:
Expectativas ancladas, sostenidas por el frente fiscal.
Desindexación debilitada, debido a la negativa del Gobierno a convalidar aumentos reales de salarios y al desarme de mecanismos de ajuste automático.
Debilidad económica, que limita la capacidad de las empresas para trasladar aumentos de costos en un contexto de demanda retraída y mayores niveles de desempleo.
Claudio Caprarulo, director de Analytica, sostuvo: “La devaluación de abril mostró que el traspaso a precios de la suba del dólar cayó. Sí se notó una aceleración en los precios importados mayoristas, pero no se trasladó a los minoristas. No estamos viendo una suba de precios al consumidor en nuestras mediciones durante las últimas semanas, a pesar de la aceleración del dólar oficial. Las causas son múltiples: mayor competencia por la apertura de importaciones, menores niveles de producción en la industria manufacturera local, consumo postergado en algunos rubros y expectativas sobre el dólar aún contenidas dentro de la banda cambiaria”.
¿Qué podría pasar si la volatilidad del dólar continúa?
Según Florencia Iragui, analista de LCG, “el consumo puede actuar como ancla. Si las cantidades no aumentan lo suficiente, el vendedor buscará ganar por volumen. Por otro lado, si el sector minorista logró recomponer márgenes en el pasado, puede hacer frente a aumentos mayoristas”. Sin embargo, advirtió que, si la volatilidad se consolida, “podríamos esperar que por lo menos cierta parte se traslade a precios”.
En la misma línea, Hernán Letcher, director del CEPA, explicó que, por primera vez desde la salida del cepo, el tipo de cambio superó el umbral alcanzado tras la unificación cambiaria. “Si yo fijé precios al dólar máximo de la salida del cepo, hasta fines de junio ese valor no se había superado. Por lo cual, es razonable pensar que no hubiese ido a inflación. No sé si se puede decir lo mismo en julio. Si el tipo de cambio sigue en una curva ascendente, efecto sobre precios vas a tener”, señaló.
Ese efecto podría comenzar a manifestarse, aunque con menor intensidad que en episodios de saltos cambiarios más abruptos. Será un factor clave a seguir durante el segundo semestre, en un contexto donde la inflación y el calendario electoral legislativo jugarán un rol central.
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