La Nación.
Muchos argentinos tienden a abandonar el peso y buscar protección de sus ahorros en otras monedas, a partir de la inestabilidad económica que arrastra el país y la inflación de triple dígito que evapora el poder compra. En ese contexto, año a año se incrementa el monto de dinero que los ciudadanos atesoran fuera del sistema local: según las últimas estimaciones oficiales, la cifra ya supera los US$261.795 millones.
Ese monto millonario, que crece trimestre a trimestre según las estimaciones del Indec, contempla los fondos alojados en cuentas bancarias declaradas en el exterior, el dinero atesorado en cajas de seguridad o los billetes guardados “en el colchón”, tanto en dólares como en otras divisas. Y el incremento de ese monto año a año grafica la desconfianza que los argentinos mantienen en el peso y en el sistema financiero local.
El dato corresponde a las últimas estimaciones del Indec para el último trimestre de 2022, y se publicó hoy en el informe de Balanza de Pagos, posición de inversión internacional y deuda externa, que contempla el flujo financiero de la Argentina con el exterior.
La cifra es un 2,7% superior (US$6863 millones) con relación al monto estimado por el Indec un año atrás (US$254.932 millones). No obstante, si bien en términos nominales refleja un crecimiento, esa alza se ubica por debajo de la inflación registrada en los Estados Unidos (6,5% interanual en diciembre).
El dinero guardado fuera del sistema, contemplado dentro del segmento ‘Otras inversiones’ en la Posición de inversión internacional, se incrementó en US$301 millones con respecto al tercer trimestre de 2022.
La dolarización de los ahorros y la huida del sistema local es una tendencia que hace años marca a la economía argentina y no distingue gobiernos y administraciones. La acumulación de sucesivas crisis económicas, cepos, confiscaciones de depósitos, inflación, cambios de moneda, déficit fiscal, emisión y pérdida del poder adquisitivo configuraron un escenario de desconfianza hacia el sistema financiero local y de desconfianza en el peso como refugio para los ahorros.
Mientras la inflación local ya superó el piso de 102% interanual, el registro anual más alto desde 1991, los argentinos intentan huir del peso para evitar el impacto de su pérdida de poder adquisitivo. De esta manera, la moneda local es usada para concretar pagos y transacciones cotidianas (si bien algunas operaciones, como la compraventa de propiedades, se cotiza y se realiza en dólares), y perdió su rol como reserva de valor. En consecuencia, muchos de quienes tienen capacidad de ahorro recurren al dólar u otras divisas para mantener su capital.
El crecimiento del stock de ahorros fuera del sistema local cobra mayor peso cuando se coteja ese dato con otras variables de la economía. Por ejemplo, la cifra informada por el Indec equivale a más de seis veces las reservas brutas del Banco Central (BCRA): al cierre de ayer se ubicaron en US$37.157 millones.
Los números de la deuda
Por otra parte, la deuda externa bruta alcanzó a fines del año pasado los US$276.694 millones, por encima de los US$266.740 millones del mismo período de 2021.
En tanto, los movimientos de mercancías, bienes y servicios con el exterior dejó un déficit de US$3788 millones al cierre de 2022, lo que revirtió un resultado superavitario de US$6708 millones de fines de 2021. En lo que respecta a las reservas internacionales, el informe precisó que el monto fue de US$44.598 millones al 31 de diciembre de 2022, un alza motorizado por los dos programas de dólar soja.
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