La Gaceta.
En un contexto post pandémico, el ingeniero civil Jorge Garber, Presidente de la Cámara de la Construcción de Tucumán, dialogó con LA GACETA sobre el nuevo aniversario de la entidad y reflexionó sobre obra pública y responsabilidad social empresaria.
El 4 de julio de 2019, el ingeniero Garber asumió la presidencia de la Cámara en un periodo que, no sabía, sería el principio de un largo mandato. Por la voz de sus socios, la CTC reeligió en 2021 a Garber como su máxima autoridad, proceso que se repitió en la última asamblea, realizada el 22 de mayo, por lo que el actual presidente estará frente a la cartera de construcción hasta el año 2025.
Los valores en la gestión de Garber
Tras cuatro años de gestión transitados, el presidente de la entidad reconoció los que, para él, son los valores que deben destacar en un empresario de la construcción. “En la provincia existen grandes constructoras con excelentes profesionales, por eso siempre he apelado a que confíen en las empresas tucumanas, porque a veces con poco han hecho grandes cosas”, sostuvo Garber.
Las corporaciones de la CTC nacieron de esfuerzos personales y familiares y fueron siempre sostenidas por el trabajo de hombres y mujeres que se entregaron con pasión a la actividad, según indicó el empresario. “Estos comprovincianos siempre han apostado a invertir en Tucumán y aún en los momentos más difíciles jamás han abandonado las obras y pusieron todo su capital para sobreponerse a las adversidades, ya que sentimos que tenemos un compromiso con nuestra provincia”, dijo Garber en reconocimiento de sus socios.
Responsabilidad social empresaria En relación a ello, el concepto que el exponente de la Cámara destaca es el de responsabilidad social empresaria y la define como la forma de gestión que se define por la relación ética de la empresa y por el establecimiento de metas empresariales compatibles con el desarrollo sostenible de la sociedad.
La responsabilidad social empresarial además, destaca, busca “preservar recursos ambientales y culturales para generaciones futuras, lo que implica un amplio conjunto de políticas, prácticas y programas integrados que renuevan la concepción de empresas superando los objetivos puramente económicos y posicionándose en una visión más amplia y sistemática que articula lo económico, lo social y lo medioambiental”.
En consonancia al compromiso social que Garber destaca, la Cámara Tucumana de la Construcción elaboró un programa a seguir con claros objetivos. En primer lugar, busca promover la convergencia de esfuerzos para mantener los puestos de trabajo, peticionando a las autoridades para hacer realidad el derecho que asiste, según el artículo 14 de la Constitución Nacional, y presentando proyectos que sustenten la actividad. En segundo lugar, la entidad apunta a capacitar a todos los recursos humanos que posee la empresa, tanto en los planos gerenciales como obreros. Para ello, se suscribieron convenios de capacitaciones con universidades locales.
Por último, la Cámara busca procurar que las autoridades dispongan del monto correspondiente a la coparticipación federal para la obra pública a fin de logar un piso de trabajo anual y procurar una profesionalización de las estructuras de las empresas con la intención de evitar altibajos típicos de la obra pública.
La obra pública y su relevancia Las obras públicas, según Garber, “deben considerarse políticas de estado ya que son la base del desarrollo sustentable de los pueblos, aparte de generar un gran número de empleos de manera directa e indirecta, uniendo actividades en el entramado de lo económico y lo social”.
En nuestra provincia, la construcción llegó a tener en un momento determinado más de 30.000 trabajadores dentro del sector de manera directa, más un número impreciso de forma indirecta.
Además, contribuyó siempre a fortalecer la industria nacional en sus procesos de producción, distribución y comercialización, volviendo al país más productivo y competitivo.
Respecto a la relevancia de la obra pública, el presidente de la Cámara destaca que “el gran generador de mano de obra y dinamizador de la economía, por su efecto multiplicador, es la vivienda social”. La CTC estima que, del total del presupuesto destinado a la construcción, el 43% se usa para compra de materiales que se ofrecen en más de 70 ramas económicas de la cadena productiva de la construcción.
El saludo de Jorge Garber a los socios de la CTC
Me enorgullece presidir este acontecimiento, como lo es el 60° Aniversario de una Institución tan importante como esta Cámara, en donde aprovecho para rendir homenaje y destacar a todos los empresarios que la integraron a través de estos años y especialmente a sus directivos, quienes aportaron compromiso y tiempo trabajando por el desarrollo de la actividad del sector en la provincia, con prescindencia de partidismos, ideologías y dogmatismos, siempre sumando al interés común. Su realidad es el resultado positivo de la continuidad en el tiempo en la lucha por esos valores.
Las empresas pequeñas y medianas, lo vamos a decir hasta el hartazgo, son los verdaderos motores de la generación de empleo en el país. Y son estas empresas las que más apoyo necesitan. La Cámara Tucumana de la Construcción quiere ser su institución referente en su rubro, diseñando y prestando servicios, para ayudarlas a adecuarse a las complejas realidades de la globalización.
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