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El “colchón” y los dólares argentinos al aire libre, en primer plano

News Euro.


Si hay alguna certeza sobre el futuro económico de mediano plazo de Argentina es que en el horizonte hay una devaluación de peso y un ajustamiento de las cuentas públicas.


Tras la primera vuelta electoral en la que se impuso el ministro Sergio Massa sobre el líder libertario Javier Milei Hubo interrogantes que cambiaron, pero el nivel de incertidumbre sigue siendo alto.

Las expectativas sobre una posible dolarización se moderaron, en parte porque Milei, que esperaba ganar en la primera vuelta, quedó en segundo lugar. Y en parte porque la idea de la imposibilidad de dolarizar sin apoyo de US$ 40.000 millones que hoy parece poco probable que pueda conseguir ningún político argentino.


El dominio de Massa revive la posibilidad de reforzar su “Plan Pladita” después de haber demostrado haber contribuido al resultado electoral.


Los datos a septiembre muestran que el gasto público en salarios creció 146% en un año, que en jubilaciones y pensiones fue 116%, que en planes sociales creció 136% y que las transferencias a provincias aumentaron 276% mientras que “otros gastos corrientes” aumentaron un 200% según un informe de Blacktoro del economista Fernando Marengo.


Mientras el aumento del gasto público presiona, el dólar fijo mayorista de $ 350 está precios calmantes y tras el aumento del 12,7% del coste de la vida en septiembre, la consultora Marina Dal Poggetto pronostica un Aumento del 9,8% en octubre con un aumento del 9,5% en alimentos,

La inflación cae desde las alturas y luego de que los salarios perdieran 5 puntos en términos reales en septiembre. Subieron un 7,6% en promedio, según el INDEC.


Después de las elecciones del 22 de octubre, el mercado cambiario se descomprimió en parte debido a la distancia respecto de la posibilidad de la dolarización, pero también porque después de la súper cobertura tipo de cambio de empresas y particulares, surgió la necesidad de deshacer posiciones en dólares para pagos en pesos.


En la tensa transición hasta la segunda vuelta del 19 de noviembre (la brecha cambiaria se mantiene en el 180%), los ojos del mundo económico ya están puestos al día siguiente.

Con la segunda vuelta por delante, la incertidumbre es qué harán Massa o Milei si ganan para avanzar hasta el 10 de diciembre, día de la toma de posesión.

Si gana Milei, es lógico pensar en un aumento de presión para Que el que devalúe sea Massa y así entrar al gobierno con el camino iniciado para un levantamiento del tipo de cambio y culpando a la herencia recibida de la necesidad de un ajuste fiscal y monetario.


Si gana Massa, es obvio que intentará no hablar del peso de la herencia por la necesidad de una corrección cambiaria, pero ya ha dado señales de recurrir a una devaluación y aplicar devaluaciones sectoriales ante la evidencia de la extrema falta de moneda extranjera.


Massa ya vivió la amarga experiencia inflacionaria de tener que devaluar sin un plan fiscal que ancle las expectativas, pero hasta ahora continúa sin presentar un plan.


Sus familiares hicieron saber que un impuestos de sucesión y otro al patrimonio de argentinos en el exterior Son parte de su posible paquete fiscal.


¿¿Podría Massa desarrollarse? ¿El mercado cambiario con un dólar oficial controlado para el comercio exterior y uno libre para el resto de actividades?


El candidato a ministro ya ha demostrado ampliamente su predilección por una política intervencionista en el que no destacan reglas claras ni siquiera en los controles.


Un caso evidente es el control de los pagos de importaciones, que con una brecha cambiaria tan amplia, el dólar de $350 sigue siendo uno de los mayores premios de la economía argentina.


Tanto Massa como Milei tendrán que enfrentarse a la buscar dolares ya que recibirán un Banco Central con reservas netas fuertemente negativas (se estima que podrían caer a menos de 11.000 millones de dólares a finales de año) y Los dos tendrían la mira puesta en los dólares argentinos en el colchón y en el exterior.

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