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El hormigón que revolucionará la construcción: mucho más resistente y ecológico

Puntual.


El sitio Hipertextual publicó recientemente un hallazgo sorprendente. Un equipo de ingenieros de la universidad de RMIT (Real Instituto de Tecnología de Melbourne) se han asociado con la central eléctrica Loy Yang de AGL y la Asociación de Desarrollo de Cenizas de Australia, han dado con la forma de crear un hormigón, material comúnmente utilizado en la construcción, capaz de revolucionar la construcción al utilizar una menor cantidad de cemento. Lo que lo hace no solo más ecológico, sino también más resistente.

Tras meses de trabajo, los ingenieros de la universidad de RMIT han conseguido sustituir el 80% del cemento del hormigón por cenizas volantes de carbón. Es una buena noticia teniendo en cuenta que tan solo la producción de cemento representa el 8% de las emisiones mundiales de carbono, y que el hormigón, que normalmente utiliza una gran cantidad de material, está cada vez más demandado.

En la publicación, el redactor Rubén Chicharro señala que “si bien es cierto que ya existen compañías que fabrican hormigón ecológico, estos prescinden únicamente del 40 % del cemento, una cantidad considerable, pero aparentemente no suficiente para terminar con el impacto negativo que este material sigue teniendo en el medio ambiente”.


Un hormigón que usa un 80 % menos de cemento

El hormigón ecológico y resistente desarrollado por la universidad del RMIT, junto con la central eléctrica Loy Yang de AGL y la Asociación de Desarrollo de Cenizas de Australia, está compuesto por una mezcla de cenizas volantes bajas en calcio, con un 18% de cal hidratada y un 3% de nanosílice actuando, que actúan como agentes fortalecedores. Tras diferentes investigaciones, se dieron cuenta de que la combinación de estos materiales hace que el hormigón ecológico sea mucho más resistente que cualquiera de otro tipo.


Además, el uso de cenizas volantes bajas en calcio en el hormigón también permite luchar contra el cambio climático. La Dra. Chamila Gunasekara, líder del proyecto RMIT, destaca en las conclusiones de la investigación que “en comparación con las cenizas volantes, las cenizas de estanque están subexplotadas en la construcción debido a sus diferentes características. Y que “hay cientos de megatoneladas de desechos de cenizas depositados en represas en toda Australia y en muchos otros lugares del mundo”. El objetivo, por tanto, es reutilizar esas cenizas y evitar que los estanques se conviertan en un “peligro ambiental”.


El proyecto del uso de este hormigón ecológico sigue en pie, y los investigadores del RMIT están ahora trabajando con la Universidad de Hokkaido en un sistema (un software, concretamente) que permita comprobar y pronosticar el rendimiento de este tipo de material a lo largo del tiempo. Esperan que ese software también sirva para probar otros materiales.

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