El yeso laminado ha sido empleado en la construcción durante décadas. Este material, compuesto por una lámina de yeso y revestido por celulosa, posee múltiples virtudes, como una gran versatilidad, un coste reducido o un proceso de instalación relativamente sencillo. Además, es ligero, resiste al fuego y se puede utilizar para distintos fines, como para dividir espacios, para crear techos suspendidos o revestir paredes, entre posibles otros.
Sin embargo, también conlleva otros inconvenientes, como una elevada fragilidad, la necesidad de contar con un soporte o su sensibilidad a la humedad. Además, tampoco es el mejor aislante térmico o acústico.
Para paliar algunos de estos inconvenientes, el poliestireno expandido (EPS) surge como un material sustitutivo en algunas de esas funciones.
Ventajas del EPS
Este corcho blanco posee una mayor capacidad de aislamiento, tanto térmico como acústico. Es incluso más ligero y, lo mejor, es que ofrece una mayor resistencia frente a la humedad.
Por ello, el EPS se puede emplear como material aislante en techos, suelos o tejados. Del mismo modo, también puede ser utilizado como relleno en los bloques de hormigón para aliviar el peso de la estructura o para crear formas arquitectónicas complejas, como molduras, capiteles o rosetones, entre otros.
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