Clarín.
Durante la campaña electoral, el candidato libertario Javier Milei hizo pública su idea de cortar las relaciones con China y con Brasil, si accede a la Presidencia, tras tildarlos de países “comunistas”. "Las relaciones comerciales es un asunto de los privados y el Estado no se tiene que meter. El Mercosur es algo que no avanza y si China no nos compra, podemos utilizar la triangulación para llegar a esos mercados", fundamentó Milei.
La visión, cuanto menos polémica por tratarse de los dos principales socios comerciales de la Argentina, hizo que el candidato oficialista Sergio Massa, aprovechara para filtrar el tema en el último debate presidencial. Entonces, le retrucó a su adversario que, esa medida pondría en riesgo los puestos de trabajo y las economías regionales argentinas, ya que “el 90% de las exportaciones de cinco provincias son a China”, señaló el actual ministro de Economía.
El punto de discordia entre ambos candidatos puso en el tapete un nuevo planteo: ¿Cómo afectaría a la economía la puesta en práctica de la decisión que tiene en mente Milei? El canciller Santiago Cafiero le puso un número al impacto: dijo que la Argentina perdería US$ 22.000 millones por exportaciones hacia esos dos países.
Entre los productos exportables que más se sentirían en las arcas locales, figura el litio, hoy muy demandado internacionalmente para la fabricación de baterías necesarias para la electromovilidad y la industria electrónica.
Fue así que, la secretaria de Minería, Fernanda Ávila, salió a advertir en las redes sociales: “Por si todavía hay dudas sobre el valor del vínculo comercial entre Argentina y China: 38% de las exportaciones de litio se venden al país oriental. Cuando Sergio Massa habla de relaciones internacionales estratégicas no es una cuestión ideológica, es política exterior”, escribió en X.
La funcionaria también señaló que “en los primeros nueve meses de 2023, China y Brasil importaron 293 millones de dólares de minerales argentinos. El impacto de romper estos vínculos no solo sería enorme para la industria, sino que también lo sería para toda la cadena productiva asociada al sector”. Sobre la incidencia del mercado chino en la minería de la región, se estima que el 90 % de los proyectos de inversión de litio en Latinoamérica proceden de China y que casi toda la producción regional de este metal se exporta a ese país, con lo que el gigante asiático se asegura el control del suministro y hegemonía en la zona.
En particular, la Argentina es el cuarto productor mundial de litio, tiene un portfolio de 49 proyectos, de los cuales solo tres están en producción: Olaroz (de la australiana Allkem), Fénix (de la estadounidense Livent) y Cauchari Olaroz (de la china Gafeng). Según los datos de la secretaría de Minería, en los primeros ocho meses de 2023 se exportó un 36 % más de litio que hace un año (US$ 538 millones), y para 2025 podrían ascender a US$ 7.000 millones, según un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario.
En cuanto a la importancia del comercio con Brasil, la consultora Grant Thornton recordó en un informe reciente que en 1991, con la conformación del Mercosur, "Brasil pasó a posicionarse como el principal socio comercial de Argentina, tanto en importaciones como en exportaciones, permaneciendo siempre por delante de China y Estados Unidos".
"La facilidad logística y los beneficios que otorga el Mercosur permite que Argentina exporte a Brasil productos que no puede ubicar en otros lugares del mundo, como los industriales; especialmente de la industria automotriz. De hecho, el 59% de las exportaciones realizadas a este país en el primer semestre del 2023 corresponde a manufactura industrial (MOI), de los cuales el 67% es material de transporte terrestre", resaltó la consultora.
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