Infobae.
No solo fue el virtual feriado cambiario y la suba en las cotizaciones del dólar minorista que registraron algunos bancos, en los últimos días continuaron las remarcaciones preventivas de precios mientras que en algunos casos ya se registra una “pausa en las entregas” en productos de consumo masivo, pero también en otros rubros. Los agentes de la economía se encuentran a la espera de los primeros anuncios de Luis “Toto” Caputo, con la expectativa de una devaluación acompañada del incremento en rubros sensibles como tarifas y combustibles.
Ante la consulta de Infobae, desde una firma importante en el sector de retail estimaron los aumentos que recibieron por parte de sus proveedores con aumentos de hasta el 50% en segmentos como alimentos, bebidas, ferretería, materiales para la construcción, productos electrónicos, entre otros. “Hacia el fin de semana tocaron algunos productos entre 5% y 25%”, sostuvieron.
La novedad fue que en paralelo se registraron algunos frenos en las entregas. En una cadena de supermercados contaron: “Hasta que no estén las medidas [económicas del nuevo Gobierno] los fabricantes avisaron que no van a mandar listas nuevas”.
El representante de una de las principales cadenas de supermercados comentó a este medio que el viernes de la semana pasada había recibido listas para aplicar desde este lunes con entre 20% y 35% de incremento. La explicación la encontraron en la diferencia entre lo acordado tras el balotaje con la Secretaría de Comercio, en el marco del ya caído Precios Justos, y el recambio de Gobierno: “Tenían autorizado 12% en noviembre y 8% en diciembre. Estamos empezando a recibir la diferencia”.
“Los que más están insistiendo con los pedidos son los de bebidas, gaseosas, aguas y como bebidas con alcohol; lácteos y panificados. Esos son, hasta acá, los más complejos. El total es, más o menos, la brecha entre canales. Están buscando recomponer esa diferencia. La industria ya lo dijo: la idea es que luego de las Fiestas, a partir de enero, el volumen caiga. Probablemente a partir de ahí sí aparezca una mayor inversión por parte de los proveedores en promociones dinámicas comerciales que en algún punto bajen un poco los precios. Pero en primera instancia van a ir a buscar la diferencia entre canales y eso está quedando bastante claro”, agregaron.
Un hombre del supermercadismo y los autoservicios mayoristas resumió: “Hoy estuvo tranquilo, a la espera de los anuncios de mañana. La semana pasada hubo muchas listas nuevas en promedio el 15% pero con mucha dispersión, con subas de entre 5% y 40%”.
En el comercio minorista se sintió la dinámica de incertidumbre. Consultado por Infobae, el vicepresidente de la Confederación General Almacenera Nacional, Fernando Savore, dijo: “Durante la semana pasada tuvimos subas impresionantes, de entre 30% y 50 por ciento. Empezaron a faltar los aceites. El fin de semana vimos remarcaciones en mayoristas e hipermercados porque aprovecharon que la gente estaba adelantando sus compras para cubrirse. Una harina leudante estaba $900 y ahora la vimos $600, hay que ver cómo se acomodan los precios”.
Los aumentos se notan en los primeros datos de inflación. Por caso, en la Ciudad de Buenos Aires el Índice de Precios al Consumidor tuvo una variación del 11,9% en noviembre y del 160,6% en el último año. El dato va en línea con las consultoras privadas, que habían estimado una aceleración y vuelta a los dos dígitos. Los alimentos habrían tenido una suba en torno al 15% promedio. Para diciembre comenzaron a revisar sus proyecciones a la zona del 20% mensual en el nivel general. El Indec dará a conocer este miércoles el dato oficial del mes pasado a nivel nacional.
Los primeros números del mes corriente van en ese sentido: el relevamiento de precios de alimentos de la consultora LCG arrojó una inflación de 7,4% solo en la primera semana, aceleró 4,1 puntos respecto a la anterior, promedió 12,3% en las últimas cuatro y 17,5% en el mismo período. El mayor impacto lo sufrirán los sectores de menores ingresos, que dedican mayor parte de sus recursos a productos de la canasta básica, en el marco de una pobreza que alcanza al 45% de la población según los últimos números de la Universidad Católica Argentina (UCA).
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