La Nueva.
Un estudiante de la carrera de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional del Sur trabaja en el desarrollo de una aplicación (app) que permitirá sacar provecho de los materiales provenientes de la demolición de edificios, teniendo en cuenta que la construcción es el rubro que más residuos genera en el mundo, la mayoría de los cuales no son aprovechados y además generan un impacto negativo desde el punto de vista ecológico.
El proyecto comenzó como un trabajo en la materia de Práctica Profesional Supervisada, en el módulo de medio ambiente, a cargo del docente ingeniero Juan Moro.
El objetivo era desarrollar una propuesta que incluyera la creación de una aplicación que atendiera problemáticas relacionadas con la afectación del medio ambiente. Fue en esa tarea que Emanuel Cuchán se concentró en buscar una que permitiese y facilitara dar un mejor uso y destino a toneladas de materiales de construcción que pudiendo ser reutilizados se desechan cada día. “La propuesta fue generar una herramienta práctica que facilite como darle una segunda vida a esos materiales. Lo interesante es que decidimos no sólo plantear la idea sino que buscamos llevarla a la realidad". Así surgió Forg
e (Forjar nuevas oportunidades), una plataforma diseñada para agilizar la compra y venta de materiales y elementos reutilizables en la construcción, conectando a ambas partes, al que demuele y al que construye.
Al detalle “La aplicación consta de un sistema Marketplace (un espacio virtual que sirve como intermediario entre compradores y vendedores) y Forge actúa como mediador en la compra-venta de materiales y la contratación de los servicios buscados. Lo que se aporta es una búsqueda simplificada de los mismos”, detalló Cuchán.
Como dato clave al justificar este desarrollo, su creador menciona que “el 80% de los residuos generados en una construcción son reciclables”, lo cual además es significativo cuando se menciona que el 45% de los residuos mundiales son ocasionados por esta práctica.
Selectivo La idea de separación en origen, como conducta para el tratamiento de los residuos en general, es una práctica que va teniendo cada vez más desarrollo.
En el caso de la construcción se la ha denominado “demolición selectiva”, y en lugar de separar basura orgánica e inorgánica, como se hace a escala casera, lo que se plantea es aislar los componentes de una demolición en distintas categorías, como primer paso para que sean reutilizables.
“Una aplicación de este tipo crea una base de datos de personas involucradas, tanto en una demolición como en las que se interesen en comprar materiales recuperados”. A la aplicación se podrá acceder a través de GooglePlay y AppStore, siendo su descarga libre y gratuita. Una vez descargada, cada usuario creará su perfil y podrá publicar sus artículos u oficios, aportando los datos que considere necesarios.
Hoy la conformación de la aplicación está en un 60% de avance, incluyendo los pasos necesarios para registrarla y darle una forma adecuada para que los usuarios dispongan de la mayor cantidad de alternativas al describir los servicios o materiales que ofrecen o necesitan.
Ejemplos de otros países Varios países del mundo han comenzado a reglamentar el manejo de los residuos de construcción generados en obra, los cuales se clasifican en varias categorías, como madera, hormigón, ladrillos, azulejos, cerámica, piedra, metales, vidrio, plástico y yeso.
También en elementos susceptibles de reutilización, como tejas, sanitarios o elementos estructurales. En España, por citar un caso, a partir de 2024 toda demolición deberá llevarse a cabo de manera selectiva con carácter obligatorio.
La esencia del trabajo reside en el desmantelamiento de un inmueble componente por componente, invirtiendo el orden de su construcción. Claro que esto tiene sus cuestiones a considerar. Uno de los obstáculos de la demolición selectiva es que los edificios y sus componentes no han sido diseñados para su desmantelamiento o desmontaje, lo cual exige una mano de obra cuidada y calificada. En contraste con la demolición tradicional, que genera de residuos que se acumulan, la selectiva permite la reutilización de sus componentes, dándoles una segunda vida como materias primas.
Si bien este método puede generar una disminución de los costos de la demolición al requerirse menos contenedores y obtener un ingreso con la venta de estas materias primas secundarias, el desmantelamiento requiere más tiempo y mano de obra cualificada, como también más espacio y la existencia de instalaciones de reciclaje o servicios de gestión.
Además, todo elemento reutilizado debe ser competitivo y aceptado por los usuarios. Incluso se da la circunstancia –como con muchos elementos reciclados- que son más caros que los nuevos, los cuales tienen además un período de garantía. Por eso el desafío de generar un mercado de reuso de estos materiales exige instrumentos que hagan a los materiales reciclados competitivos y accesibles.
Es además muy importante implementar este tipo de sistema, impulsarlo y ponerlo en marcha para mejorar las condiciones ambientales, una de las búsquedas que impulsa y justifica que las principales ciudades el planeta trabajen en su implementación obligatoria. Una aplicación bien diseñada, por simple que parezca, es un gran primer plazo para alentar su puesta en práctica.
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