La citrícola San Miguel accedió a un préstamo por US$15 millones para saldar deuda

La Nación.

La citrícola San Miguel cerró una línea de financiamiento por US$15 millones. El préstamo fue otorgado por sus propios accionistas, el denominado “grupo de control”, mediante una línea sindicada con el objetivo de diversificar sus fuentes de financiamiento y mejorar su estructura de capital.

Según informó la empresa a la Comisión Nacional de Valores, el préstamo tendrá un plazo inicial de seis meses, con renovaciones automáticas por períodos iguales hasta un máximo de 48 meses. Los prestamistas podrán optar por capitalizar la deuda, convirtiéndola en acciones ordinarias clase B o preferidas, a un precio calculado por el promedio de cotización de los últimos 10 días hábiles previos al desembolso.

En caso de no optar por la capitalización, el monto de capital se reembolsará íntegramente en dólares estadounidenses en un solo pago al final del plazo. La tasa de interés será la mayor entre una tasa fija del 9,5% nominal anual o una variable compuesta por el índice SOFR más un margen de 520 puntos básicos, con capitalización semestral.

La operación se concreta en un momento clave para San Miguel, que debe afrontar el próximo 26 de junio el vencimiento de obligaciones negociables simples por más de US$50 millones.

Fundada en 1954, San Miguel es propiedad de las familias Miguens-Bemberg y Otero Monsegur. En 1962 inauguró su primera planta de envasado, y en 1967 concretó su primera exportación de cáscara deshidratada. En 1973 comenzó a exportar fruta fresca y abrió oficinas en Buenos Aires. En 1997 ingresó a la Bolsa de Buenos Aires e instaló su planta en Famaillá. Durante la década de 2000 se expandió a Uruguay y Sudáfrica, y en 2017 llegó a Perú. En 2022 salió del negocio de fruta fresca en Perú y Sudáfrica tras vender esas operaciones a la española Citri & Co, y encaró una transformación del negocio. Como parte de esa reestructuración, recientemente abrió dos plantas de procesamiento de limón en Uruguay y Sudáfrica.