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La construcción cayó en septiembre 4,5% y la industria retrocedió 3,6%, informó el Indec

La Nación.


En medio de la incertidumbre electoral que provocaron las PASO, tras la devaluación del tipo de cambio oficial, el dólar blue que aumentó $41 en el mes y trabas a las importaciones cada vez más duras debido a la escasez de divisas, la construcción y la industria siguieron en septiembre sin poder levantar cabeza. La primera cayó 4,5% en relación con igual mes del año pasado (y 0,1% respecto de agosto), mientras que la segunda retrocedió 3,6% en la medición interanual (y creció 0,2% con respecto al mes anterior).


Los datos surgen del indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) y del Índice de producción industrial manufacturero (IPIM), que publicó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Además, el organismo estadístico oficial indicó que en el acumulado del año la construcción cayó 2,9% y la industria bajó 0,4%.


Para el economista Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos, la conclusión global de los dos informes es que la actividad económica está virtualmente estancada. “Hay un contexto de debilidad en el que se alternan meses de subidas desestacionalizadas con otros de caídas, con lo cual si se mira la tendencia se concluye que lo que hay es estancamiento. La que está peor relativamente es la construcción, la industria resiste un poco más, pero siempre en un escenario de fragilidad”, señaló el especialista.


Según Tiscornia, en el caso de la construcción, la serie de la superficie en los permisos de construcción ya viene cayendo desde la segunda mitad del año pasado. “Y eso por lo general anticipa lo que va a pasar. El tema es que sigue cayendo esa serie, lo que indica que la actividad va a continuar en baja durante un tiempo”, proyectó el economista.



En tanto, en el caso de la industria manufacturera se sigue viendo una gran influencia de la sequía. “Esto se observa en que uno de los rubros que más explica la caída es la parte de molienda; y otro muy relevante es el de gaseosas, donde no tengo una explicación concreta pero creo que tiene que ver con la caída del salario real. También es muy importante la caída de maquinaria agrícola y en otros sectores relacionados con el agro, donde también puede haber un problema de disponibilidad de insumo por el cepo a la importación”, argumentó Tiscornia.


Por su parte, el economista Matías de Luca, de la consultora LCG, señaló que, siguiendo la recuperación de agosto, durante septiembre la industria creció modestamente un 0,2% mensual, marcando una desaceleración en su ritmo de actividad. “Respecto a un año atrás, su nivel de actividad se ubicó un 3,6% por debajo”, agregó. Y subrayó: “La industria de alimentos (que representa el 25% del índice industrial) fue la que más sintió el golpe, cayendo 10,4% respecto a septiembre de 2022. Por sí sola restó tres puntos de caída a la industria total”.


Un panorama similar es el que describió Eugenio Marí, economista de la Fundación Libertad y Progreso, quien remarcó que la construcción cayó a su nivel más bajo desde febrero y, en septiembre, se ubicó 9,1% por debajo del máximo alcanzado en enero de 2018. “Cuando se observa la tendencia de largo plazo, lo que se ve es que la actividad está estancada. Lo mismo ocurre con los datos de permisos de construcción otorgados y superficie autorizada, que están por debajo de los registrados en la segunda mitad de 2021 y 2022, cuando la economía rebotaba tras la crisis asociada al Covid-19″, analizó.


El economista Gustavo Vallejo, jefe del Departamento de Estadísticas del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), opinó que con el último dato del Indec se confirmó una menor actividad en le ejecución de obras que comenzó a visualizarse desde comienzo de año. Sin embargo, aclaró: “Esto aún no ha impactado en el nivel de empleo del sector, que en mayo alcanzó un record histórico y luego disminuyó levemente en los tres meses siguientes”.


Desde la óptica de Marí, no obstante, no hay que perder de vista que, con controles de cambios y una inflación que se acelera, la construcción se ha transformado en una alternativa de inversión para mantener el valor de la riqueza tanto de las personas como de las empresas. “Pero incluso con esta distorsión a favor, el sector está en caída”, concluyó.


En cuanto a lo que se puede esperar para los próximos meses, salvo una sorpresa luego de las elecciones, el horizonte no promete nada mejor. “En lo que va del año, la política impulsada por el ministro de Economía [Sergio Massa] se centró en garantizar el nivel de actividad a costa de un deterioro en el resultado comercial externo. Si bien se mantiene vigente, el acceso a dólares líquidos para pagar las importaciones se viene acotando, lo cual podría incidir en la disponibilidad de insumos para el último bimestre del año”, estimó De Luca.

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