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La construcción creció 4,3% en enero y la industria tuvo un leve repunte de 0,7%

Fuente: La Nación.


contramano de lo que venían mostrando en los últimos meses de 2022, cuando evidenciaron una fuerte y constante desaceleración, la construcción y la industria arrojaron números positivos en el primer mes de este año. En el primer caso, las obras avanzaron 4,3% desestacionalizado en enero, respecto de diciembre, mientras que en el segundo, las fábricas tuvieron un alza de 0,7% en igual período.


Los datos fueron publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en sus informes sobre denominados Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) e Índice de Producción Manufacturera Industrial (IPIM), en los que también informó que tuvieron un crecimiento interanual de 2,6% y 6,3%, respectivamente. En tanto, el índice serie tendencia-ciclo de la construcción tuvo una variación negativa de 0,8%, y el de la industria exhibió variación cero.


Ambos sectores habían avanzado en el acumulado del año pasado 4,3% y 3,5%, respectivamente, pero los dos con muestras en los últimos meses una clara desaceleración en su ritmo de expansión, por lo que los economistas afirmaron que la cifra anual se explicó más por un efecto de arrastre estadístico que por la solidez de la actividad.


De los dos datos difundidos, el que más llama la atención es el de la construcción, que dio un salto de 4,3% luego de haber caído 3,5% en diciembre de 2022. La economista Natalia Motyl explicó que esto también se debe a que por el lado de la oferta desde mitad de diciembre se normalizaron las importaciones de componentes claves para producción de insumos y a que por el lado de la demanda se empezaron a reactivar obras. “Fundamentalmente, las públicas”, acotó.


Motyl agregó: “Cabe remarcar que la mayor estabilidad de precios en enero también contribuyó a la mayor previsibilidad del sector. Además, haber mantenido las tasas de interés también permitió abaratar el crédito en los últimos dos meses para la construcción”.


Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, opinó que, más allá de este crecimiento puntual de enero, que según él se debe a una recuperación después de la fuerte caída de diciembre, en líneas generales todavía sigue habiendo debilidad en el sector. “Eso se ve en que los permisos para construir están bajando. De hecho, si se ve el dato de diciembre, cae 31% interanual, respecto de diciembre de 2021, y todo el fin de 2022 fue más bajo, incluso la cantidad de permisos cayó. Esto habla de que hay una moderación en la construcción”, indicó.


En lo que respecta a la industria, Motyl señaló que el acceso a divisas para importaciones que permitió el dólar soja II, junto con una política monetaria local menos restrictiva y la estabilización de los precios de insumos necesarios para la producción local a partir del último trimestre 2022, trajo cierta calma para la actividad del sector industrial.


Asimismo, Motyl agregó que la mayor demanda del mercado interno, fogoneada en parte por el cobro de aguinaldo y la aceleración de la inflación que hace que la gente se deshaga más rápido de los pesos, también contribuyó al alza de los índices. “Esto lo podemos ver en los sectores de textil, muebles, alimentos, etc.”, detalló la economista.


Por su parte, Tiscornia analizó que el crecimiento de 0,7% mensual en la industria no alcanza para compensar la caída de diciembre que había sido de 1,2%. “Acá es más difícil avanzar en el análisis, porque si se quiere hacer comparación interanual, el problema es que se va a estar comparando contra enero de 2022, cuando hubo un brote de Covid que complicó bastante la actividad. Por eso, enero de este año contra igual mes del año pasado da 6,3% de alza, que es bastante fuerte para lo que venía mostrando. Hay una leve recuperación, pero cuando se mira con un poco más de perspectiva se ve que viene en caída desde mitad del año pasado”, afirmó el economista.


A la hora de hacer proyecciones para lo que queda del año en el caso de la industria, Tiscornia tampoco es muy optimista. “Veremos qué pasa en los próximos meses donde parte de la industria se va a ver afectada por las malas cosechas. Ya fue mala la de trigo, va a ser mala la de maíz y la de soja, y eso va a condicionar mucho toda la parte de molienda de cereales y oleaginosas; o sea que todo el componente dentro de lo que es alimentos y bebidas seguramente tendrá una pobre performance. Es decir, que más allá de que haya habido un crecimiento en enero, el arranque del año no parece muy auspicioso”, concluyó el especialista.


El economista Lautaro Mouschet, de la fundación Libertad y Progreso, comentó que si bien ambos indicadores mostraron aumentos, para sacar conclusiones hay que esperar al dato de febrero y comprobar que se consolida una reversión de la caída. “Esto se debe a que a comienzos de año las empresas suelen frenar su producción por la puesta a punto de sus fábricas y las vacaciones”, añadió.


En tanto, el economista Juan Delich, de la consultora EcoGo, señaló que, en términos generales, se vio un pico en julio/agosto de 2022, mientras que desde ese momento la actividad parece haberse estacando o caer levemente. “El IPI muestra una contracción de 2,6% en los últimos seis meses. Mirando a los meses venideros lo relevante será el efecto de la sequía y la disponibilidad de divisas, dos elementos altamente interconectados. Un fuerte impacto de la sequia afectaría no solo al sector agropecuario, sino también al transporte y al comercio. Por otro lado, el impacto negativo sobre el saldo exportable reduciría la disponibilidad de divisas y afectaría la disponibilidad de crédito para el sector publico como privado”, subrayó.

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