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El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, dijo hoy que para su sector “el 2024 está irremediablemente perdido; no creo que haya ninguna reactivación este año”.
Entrevistado en el programa “A confesión de parte” por radio Millenium, Weiss señaló, con aire resignado: “veremos qué pasa en 2025″. Y alertó que incluso si se reinician las obras, no sería algo inmediato. “Hay que ver en qué condición están, los precios, el pago de deuda atrasada. El reiniciar obras públicas no es algo que ocurre mágicamente si hay dinero disponible; es un proceso que lleva tiempo, demora meses”, señaló.
Weiss señaló que en la etapa previa a la asunción del actual gobierno pensaban que habría una conversación sobre qué hacer en materia de obras públicas. Pero eso, dijo, “no ocurrió”. La decisión oficial, prosiguió, fue para 100% la obra pública nacional sin considerar si tal o cual obra estaba ejecutada al 25, el 50 o el 75 por ciento. “Hubo motosierra total, y no diría que fue sin advertencia. Antes de asumir (el gobierno) tuvimos entrevistas con Guillermo Ferraro (que durante poco más de un mes fue ministro de Infraestructura, función luego absorbida por Caputo en Economía) y seguimos teniendo reuniones con los secretarios: nos dijeron claramente que no había plata y que la prioridad es bajar la inflación”.
El titular de Camarco señaló además que el gobierno tiene un inventario de las obras paradas, con los porcentajes de ejecución de cada una. Y mencionó también -aunque no dio cifras al respecto- de “una deuda muy importante” de obras licitadas, empezadas a ejecutar y no pagadas por el gobierno anterior”
Weiss remarcó que la parálisis de las obras lleva a un rápido deterioro de lo ya ejecutado
“No es solo un problema de terminación de obras, sino que hay muchas obras no pagadas”, señaló, además de comentar que a pesar de lo que marca la ley de Obra Pública, según la cual las deudas deben actualizarse en función de tasas e intereses que publica el Banco Nación, “hay muchísimos años que el Estado incumple la ley y no paga intereses, paga a moneda corriente; esa es la foto de hoy”.
En diálogo con la periodista Romina Manguel, Weiss reiteró que el sector de la construcción ya perdió 100.000 empleos directos, que el sector tiene relaciones con otras 140 actividades y que el total de potencialmente afectados por el parate de la obra pública nacional en términos de empleo es de 300.000 personas. A su vez, aclaró que los despidos directos en el sector “de ahora en adelante serían muy pocos”, porque las constructoras ya tomaron las decisiones de despidos en función delas obras paradas.
Reinserción
Sobre las posibilidades de reinserción del personal despedido señaló que algunas provincias, entre las cuales mencionó Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, si están ejecutando obras públicas provinciales con fondos propias, “no así las provincias más pobres”. Y mencionó también oportunidades en la “obra privada grande” en sectores de gran inversión, respecto de lo cual enumeró “petróleo, minería, empresas como Edenor y Edesur, comunicaciones”. Pero para que eso ocurra, subrayó, “tiene que haber un crecimiento importante y actividad como para absorber 100.000 trabajadores”.
El dirigente estimó que de las 100.000 personas que perdieron trabajo en el sector, un 80% son trabajadores encuadrados en la UOCRA que cobran del fondo de indemnización que se constituye mes a mes mientras trabajan en una caja de ahorro, y el 20% restante eran personal mensualizado en las empresas.
“Sería muy interesante que junto con la aprobación de la ley de Bases evaluar un plan de desarrollo económico para los próximos años”, dijo Weiss, quien puntualizó que cuando cierra una constructora se pierden cosas importantes: capacidad, conocimiento, gente importante”.
USD 6.000 millones que “no sirven para nada”
Además, enfatizó, “no hay país que se pueda desarrollar sin una infraestructura económica y social desarrollada”. La posición del gobierno central, reiteró, es que la infraestructura debe hacerla el sector privado. Pero a su vez marcó que hay unos USD 6.000 millones en obras ejecutadas y no terminada que al día de hoy “no sirven para nada, porque no están habilitadas”.
Como ejemplo citó la parálisis de las obras de las represas patagónicas sobre el río Santa Cruz, mencionó también que hay muchas obras viales inconclusas y que hay hospitales al 90 o 95% de avance de obra que no se terminan.
En las conversaciones preliminares al inicio del gobierno, recordó, “la idea era terminar las obras con más de 80% de ejecución y después analizar el resto, pero no ocurrió en la práctica”.
Al respecto, Weiss advirtió que la obra pública parcialmente ejecutada y parada “se deteriora muy rápidamente, y cuando se retoma hay que reparar parte de lo ejecutado”. En el diálogo que el sector mantiene con los funcionarios del gobierno, reiteró, el mensaje es la prioridad absoluta de ajustar el gasto y eliminar el déficit fiscal. “Es lo que nos han dicho y lo que está ocurriendo”, mencionó.
En diversos discursos de campaña, el ahora presidente Javier Milei se había referido a la Camarco, que preside Weiss, como “La Cámara Argentina de la Corrupción”, sin embargo el dirigente negó que haya animosidad oficial hacia el sector. “Obviamente se paralizó la obra pública, pero no por animosidad, sino por la decisión de privilegiar el tema fiscal. A nosotros nos afecta porque ha sido muy drástico. Pero vemos recortes que ha habido en otros lados, no solo a nosotros”.
La paralización de la obra pública, concluyó, alcanzó incluso proyectos que cuentan con financiamiento de organismos como el Banco Mundial, el BID y la CAF, pero también están parados porque no tienen presupuesto (por la parte que debe aportar el Estado argentino).
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