Para muchos era impensado en 2023 que Javier Milei se convirtiera en el Presidente de Argentina. Sin embargo, la compleja situación económica, política y social de la nación, que se sumó a la promesa del outsider de un cambio a partir de un fuerte ajuste fiscal, lo llevaron finalmente a ocupar la Casa Rosada hace exactamente 100 días.
Este período, pese a llamarse en la política “luna de miel”, ha tenido algunos vestigios de amargura para el libertario. Ha enfrentado al menos tres manifestaciones de rechazo en las calles, un paro nacional -que no fue del todo exitoso- y, sobre todo, la fuerte oposición de sus adversarios en el Congreso, quienes han puesto freno a sus más importantes reformas
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Aun así, algunos brotes verdes han marcado su gestión y se han convertido en la mejor muestra de “una recesión con ilusión”, como lo definen desde la consultora local Adcap Grupo Financiero.
Señales de mejora
Tal y como prometió el libertario, el dato ha venido desacelerándose mes a mes, luego de tocar en diciembre su punto más alto desde 1991, a partir de una fuerte devaluación inicial.
“Milei hizo una lectura adecuada de la situación en Argentina y está implementando las medidas correctas”, dijo el economista jefe de Black Toro Global Investment, Fernando Marengo, a DFSUD.
A su juicio, estos primeros días han sido un “éxito” para un mandatario que “recibió una economía en terapia intensiva y logró estabilizarla”.
Con él coincidió el CEO de Carta Financiera, Miguel Ángel Boggiano, quien señaló que el gran logro ha sido “evitar una hiperinflación”, gracias a una fuerte restricción de la cantidad de dinero. Pero, además -dijo- “lo más importante fue equilibrar las cuentas fiscales y eliminar el déficit fiscal”.
Y es que el país logró en enero el primer superávit presupuestario en 12 años y lo repitió en febrero, a partir de un fuerte recorte en las partidas destinadas a jubilaciones y programas sociales, del gasto de capital, de los subsidios y luego del pago de intereses de la deuda pública, una maniobra que no se veía desde 2011.
Las cifras han sido bien recibidas por el mercado: los bonos han subido a máximos de cuatro años y el riesgo país ha caído a niveles de septiembre de 2021.
El aumento de la confianza también se ha trasladado al ciudadano, quienes han depositado más de US$ 2.300 millones en cuentas locales en moneda extranjera desde el 10 de diciembre.
Para los expertos, se ha disipado el temor a un “corralito” o medidas similares que, anteriormente, han llevado a los ciudadanos a retirar el dinero del país. El peso argentino se ha ido apreciando, se ha reducido la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, y el dólar financiero está en torno a los 1.000 pesos (desde máximos de 1.300 por unidad).
Paula Gándara, CIO de Adcap Asset Management, destacó esa estabilización del tipo de cambio y también la recuperación de las reservas internacionales que, aunque “siguen siendo paupérrimas, en torno a los US$ 28 mil millones, han estado al alza”. “Se ha hecho un gran trabajo con las reservas y la posición del Banco Central ha mejorado en forma significativa”.
Al debe
Al revisar las cifras de los primeros 100 días, tres indicadores dejan a la gestión al debe: la economía ha perdido tracción, el salario real está en mínimos históricos (ver gráfico al final de la nota) y la pobreza en enero superó el 57%, el peor registro desde la crisis de inicios de los 2000.
Al respecto, el socio fundador de Alberdi Partners y execonomista jefe para América Latina del Bank of America Merrill Lynch (BofA), Marcos Buscaglia, advirtió que la desaceleración de la inflación, “se está logrando a costa de una reducción de la actividad económica demasiado grande”.
Y apuntó que, con este esquema, realmente “lo que más me preocupa es el crecimiento”. “El problema es a qué costo (se está bajando la inflación). Creo que eso hará que la tensión vaya creciendo con el tiempo”, señaló.
Por eso, Buscaglia apuntó que Milei tiene dos desafíos. El primero es “mostrar que puede armar una coalición que le permita aprobar las leyes” y, en segundo lugar, “que haya un cambio en el plan económico, de pasar a una segunda etapa, para que la economía empiece a crecer”.
Según Marengo, “a Milei le jugaría a favor que a partir del segundo trimestre pueda empezar a mostrar esos resultados económicos positivos”, con una recuperación de la actividad económica ya no impulsada por cifras “distorsionadas” de un mejor desempeño del agro.
Gándara reconoció también ese como un gran desafío para el Ejecutivo y adelantó que “la recesión tan profunda todavía no está y se va a sentir a lo largo de este año”.
Si están los datos, coincidieron los expertos, será difícil que la oposición se niegue a aprobar medidas que apalanquen a la economía.
“Es mucho más fácil ser opositor a Milei cuando la inflación está en dos dígitos y la economía implosionada, que con la inflación en un dígito y la economía recuperada, como esperamos que suceda en los próximos tres meses”, concluyó Marengo.
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