Los 6 pilares de las viviendas del siglo XXI: construcción y qué rol cumplen los ambientes y terminaciones
- Equipo OB
- 14 ago
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Ámbito.
En el siglo XXI, la vivienda dejó de ser un simple refugio para convertirse en un espacio que debe adaptarse a nuevas rutinas, necesidades y estilos de vida. Desde cómo se distribuyen los ambientes hasta qué materiales se eligen, la forma de construir hoy responde a una demanda concreta: lograr hogares funcionales, confortables y preparados para los cambios que impone el presente.
La arquitectura actual ya no se define solo por la estética o la cantidad de metros cuadrados. Los hogares que se construyen entre 2025 y 2027 apuntan a combinar diseño, tecnología, eficiencia energética y una lógica estratégica que pone a la persona en el centro.
“Diseñar una vivienda funcional ya no empieza con un plano, sino con una pregunta: ¿cómo vive esta persona?”, explicó Santiago Peña Fiorda, arquitecto, Co-Founder y Director Creativo del estudio Experiencia Dogma. El estudio trabaja con herramientas propias del diseño de experiencia —como empathy canvas y customer journey— para mapear rutinas, fricciones y deseos cotidianos que luego se traducen en decisiones espaciales.
Empathy canvas (lienzo de empatía): permite entender qué siente, piensa y necesita el usuario para diseñar en función de su vida real.
Customer journey (viaje del usuario): traza el camino del usuario desde que conoce el proyecto hasta que lo habita, etapa por etapa.
Los seis pilares de la vivienda actual
1. Diseñar desde la experiencia: la casa empieza en la persona
Cada metro cuadrado debe tener sentido. Desde un espacio para dejar llaves junto a la puerta hasta la circulación entre ambientes, todo parte de entender cómo vive quien habitará la vivienda. La clave está en diseñar con empatía, método y foco en la funcionalidad.
2. El ingreso, el verdadero ambiente clave
Según Peña Fiorda, lo que se experimenta al entrar y salir de casa impacta en la percepción general del espacio. Integrar elementos como vegetación, texturas naturales y luz en el hall de entrada mejora no solo la estética, sino también la experiencia emocional.
3. Cocinas pensadas desde los vínculos
La cocina se consolida como el corazón emocional del hogar. Más allá de lo técnico, hoy se la diseña en función de momentos reales: el café compartido, la cena cotidiana, la charla de fin de jornada. Una isla, una coffee station o una buena iluminación pueden transformar un ambiente habitual en un espacio significativo.
4. Integración o delimitación, según el estilo de vida
No existe una única respuesta sobre cómo organizar los ambientes. Integrar cocina, comedor y escritorio puede ser práctico, pero también generar ruido o falta de privacidad. Para Peña Fiorda, esa decisión debe basarse en cómo vive la familia, no en fórmulas repetidas.
5. Materiales nobles y sofisticación sin excesos
Maderas auténticas, piedra, lino y luz cálida componen una tendencia que prioriza la calidad sobre el impacto visual. El llamado “lujo silencioso” se traduce en ambientes equilibrados, cómodos y duraderos, con foco en la experiencia cotidiana.
6. Concepto integral: la columna vertebral del diseño
Un buen proyecto necesita coherencia. Tener un concepto fuerte da sentido a cada decisión, organiza lo estético y lo funcional, y genera valor. Según el arquitecto, esa solidez conceptual convierte a una vivienda en un producto que se diferencia y perdura.
Qué buscan quienes compran hoy
Mariana Lucángeli, arquitecta y experta en Real Estate, dijo: “La demanda actual prioriza viviendas funcionales que respondan a criterios de eficiencia energética, sustentabilidad y diseño flexible”.
Agregó que los compradores eligen propiedades que mejoran el confort, reducen el consumo y se adaptan a distintas rutinas, incluyendo el trabajo remoto.
"En los últimos dos años se consolidó una tendencia hacia viviendas con distribución abierta, mayor ingreso de luz natural, ventilación cruzada y materiales que requieren menos mantenimiento. A diferencia de décadas anteriores, hoy se valoran espacios amplios, integrados y reconfigurables", acotó Lucángeli.
La incorporación de amenities, sectores verdes, zonas de coworking y espacios comunes pensados para el descanso o la actividad física también modificó los estándares. La vivienda ya no se limita al interior de las unidades: lo que ocurre en el entorno inmediato gana peso en la decisión de compra.
Materiales, tecnología y terminaciones
El diseño moderno avanza en paralelo con el desarrollo de nuevos materiales y soluciones tecnológicas. Se utilizan cerramientos con doble vidriado hermético, pisos de porcelanato símil madera, revestimientos vinílicos, piedra natural en muros y griferías con sistemas de ahorro de agua.
Las terrazas se integran como extensión del living. Las aberturas de piso a techo y las barandas de vidrio permiten mayor entrada de luz y mejor conexión visual con el exterior. En los balcones se impone el uso de decks sintéticos por su durabilidad y bajo mantenimiento.
Los jardines también evolucionaron. Se combinan con pisos drenantes, sistemas de riego automatizado y especies que demandan menor consumo hídrico. La idea es reducir el impacto ambiental y facilitar el mantenimiento.
En el interior, los dormitorios incorporan materiales térmicos y acústicos para mejorar el descanso. La iluminación LED integrada en placares, los sensores de temperatura, la domótica básica y las cerraduras electrónicas se vuelven cada vez más frecuentes.
También gana espacio la tecnología invisible: conectividad de alta velocidad, energía solar para servicios comunes, control de acceso remoto y monitoreo de consumos. En los edificios nuevos, estas soluciones ya no son un plus, sino parte de la norma.
Cuánto cuestan y cómo se financian las viviendas
En los desarrollos de alta gama dentro de la Ciudad de Buenos Aires, el valor del metro cuadrado parte desde los u$s3.700 en unidades de dos y tres ambientes, con proyecciones que superan los u$s4.000 hacia 2027. En barrios con mayor potencial de crecimiento, como la zona sur de CABA, el precio arranca desde los u$s2.600 por m2.
Las unidades disponibles van desde los 52 hasta los 103 metros cuadrados, con precios iniciales cercanos a los u$s90.000 en pozo. En varios proyectos, se ofrece la posibilidad de tomar posesión con un anticipo del 30% y pagar el saldo en cuotas en pesos, equivalentes al valor de un alquiler (y se espera por las hipotecas divisibles).
Los planes incluyen hasta 50 pagos mensuales ajustables, con condiciones que buscan facilitar el acceso sin esperar a completar el valor total de la propiedad.
Un nuevo paradigma habitacional
La vivienda actual no se define por una estética ni por una tendencia aislada. Se construye desde el entendimiento profundo del usuario, se adapta a su forma de vivir y anticipa sus necesidades. Cada decisión —desde un revestimiento hasta la ubicación de una ventana— tiene el objetivo de mejorar la experiencia de habitar.
Peña Fiorda concluyó: “Cuando un proyecto parte de una estrategia clara, se convierte en algo más que una obra. Es una respuesta concreta a una forma de vida. Y eso, en el tiempo, lo vuelve valioso”.
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