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Nuevo Código Urbano de Yerba Buena: cómo se planifica la ciudad que viene

  • Foto del escritor: Equipo OB
    Equipo OB
  • 3 oct
  • 3 Min. de lectura

LG.



Yerba Buena contará en poco tiempo con su nuevo Código de Planeamiento Urbano, que busca ordenar el crecimiento de la ciudad, regular las construcciones y preservar el perfil residencial y verde que sus habitantes demandan. La norma, que ya fue aprobada por el Concejo Deliberante,  está a la espera de la promulgación oficial.


La arquitecta Isabel Salas López, coordinadora del proyecto, explicó a LA GACETA que el nuevo código “deja atrás el esquema de unidades ambientales y avanza hacia una sonificación integral, con parámetros claros para cada sector: alturas máximas, retiros, densidades y una proyección vial que ordenará la expansión del municipio”.


Por su parte, Esteban Auad, secretario de Planeamiento y Obras Públicas, destacó a LG Play que el gran desafío es “garantizar la continuidad de las calles y la conectividad de Yerba Buena con las comunas vecinas”. 


Uno de los puntos centrales del nuevo código es la definición de una red vial estructural que prevé no solo la continuidad de calles norte-sur, sino también la obligatoriedad de dejar paso público cuando los lotes lindan con ríos o canales. Además, se crean parques lineales y áreas de protección ambiental para preservar bosques nativos y forestaciones existentes, integrándolos a la ciudad como corredores verdes.

“Queremos que el verde que hoy rodea Yerba Buena se conserve y se incorpore al trazado urbano, que no se pierda con las nuevas urbanizaciones”, dijo Salas López.


Límites a los barrios cerrados

Otro cambio significativo es la limitación al crecimiento de urbanizaciones cerradas. “Ningún emprendimiento podrá superar los 250 metros de lado sin abrir calles de conexión, y el perímetro deberá tener frentes hacia la vía pública, no muros ciegos”, precisó Auad. De esta manera, se busca evitar el efecto de “calles encajonadas” y promover mayor integración urbana.


El código también incorpora incentivos para favorecer la construcción de viviendas en el casco céntrico y desalentar el predominio exclusivo del uso comercial. “El que construya residencias tendrá más metros cuadrados autorizados que el que opte solo por comercios. Incluso se fomenta la refuncionalización de las casas tradicionales para que convivan con nuevos usos sin perder identidad”, explicó Salas López.


Alturas máximas y densidad controlada

Con respecto a la edificación en altura, el nuevo código fija un límite general de planta baja más cuatro pisos, con excepción de algunos tramos de la avenida Perón. “La idea es que todos los edificios estén en perímetro libre, rodeados de verde, sin medianeras ciegas. Eso preserva la calidad ambiental y la escala de Yerba Buena”, señaló Auad. 


Tanto Salas López como Auad reconocieron que el crecimiento urbano debe ir acompañado de obras de infraestructura, especialmente en materia de agua potable. “No podemos pensar una ciudad detenida, pero sí necesitamos que los entes provinciales y privados avancen con sus inversiones. La gran limitante hoy es el agua, y ahí está puesto el foco de la gestión”, afirmó la arquitecta.


Participación ciudadana

El nuevo código fue diseñado a partir de talleres participativos con vecinos e instituciones. De esas instancias surgieron las ideas fuerza: una ciudad verde, residencial, tranquila, deportiva y con calidad ambiental.

“Ese es el mandato ciudadano: crecer sin perder identidad. El código es la herramienta para que Yerba Buena siga siendo un lugar donde los vecinos quieran quedarse y las nuevas generaciones encuentren oportunidades para vivir”, concluyeron.

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