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Adm.

Pese a los desequilibrios, los empresarios miran oportunidades

La Gaceta.


El dólar a $ 400 la unidad en el mercado informal. Una economía que se encamina hacia otra recesión, cuando no a una caída. La inflación no detiene su marcha y todo parece indicar que cerrará este año electoral en torno de un 105%, según las mediciones de consultoras y analistas. La reputación de la Argentina está por el piso y se evidencia en el Riesgo País, que ayer cerró en 2.376 puntos básicos, una alza del 7% en lo que va del año. Las reservas siguen en estado crítico, pero ahora se apuntalaron porque la agroindustria liquidó U$S 573,9 millones y, así, se acumularon U$S 668 millones en la tercera etapa de dólar diferencial, más conocido como “dólar agro”, ofrecido a los agroexportadores en $ 300 la unidad. Por eso, las reservas internacionales del Banco Central mostraron una mejora de su monto bruto que subió a U$S 37.537 millones. Con este escenario macroeconómico, ¿puede haber optimismo respecto del desenvolvimiento de la economía y de los negocios?

Aunque suene increíble, la respuesta es afirmativa y ayer fue explicada en el panel “El rol del empresario y el escenario de las economías regionales” en el marco del Foro económico del NOA (FENOA), organizado por la Fundación Federalismo y Libertad. De la charla participaron Enrique Cristofani, presidente del Santander Río, Sebastián Budeguer, CEO del Grupo Budeguer, y Álvaro Simón Padrós, ministro de producción de Tucumán. Los dos primeros coincidieron en un concepto: convertir los desafíos en oportunidades. Simón Padrós, en tanto, expuso que el Estado debe ser un facilitador para que las producciones de las economías regionales generen valor agregado y, a su vez, le den un mayor impulso a la generación de empleos genuinos. Su charla giró en torno de lo que denominó “la industrialización de la ruralidad”. Destacó, además, la potencialidad productiva tucumana. “La última guía de la oferta exportable exhibe 190 productos locales que se exportan a 150 países”, indicó. Budeguer, en tanto, invitó a mirar el vaso medio lleno, porque, a su entender, las economías regionales están llenas de oportunidades, particularmente en sectores como la minería, la agricultura, la ganadería, el turismo y la vitivinicultura, entre otros. Pero, a la vez, advirtió que es fundamental poner el foco en el capital humano de la región, con el fin de retener el talento, así como mejorar paulatinamente la infraestructura para darle mayor logística y conectividad para que la producción llegue más rápido a distintos mercados.

¿Cuál es el rol que deben tener los empresarios? Desde su experiencia Budeguer enumeró que lo primero es convertir los desafíos en oportunidades, buscando desarrollar ventajas competitivas y no a través de subsidios. Paralelamente, el sector privado debe interrelacionarse con el Gobierno, con la comunidad, con el medio ambiente, con la cadena de valor y con los colaboradores, puntualizó. A su turno, Cristofani resaltó que la Argentina “tiene la mejor oportunidad de crecimiento en décadas, pero para que eso se materialice, es necesario contar con una macroeconomía ordenada, sin déficit fiscal”. Frente a esa realidad, el empresario expresó que los hombres de negocios tienen que tener un rol más protagónico en el diseño de las políticas públicas. El CEO del Santander agregó que el país cuenta con un stock de capital humano importante que lo diferencia de otros países. “Eso se evidencia en la cantidad de unicornios que han surgido y en la explosión que ha tenido la economía del Conocimiento, que exporta unos U$S 8.000 millones, en los que hay empleados que se ocupan en otros países sin haber pasado por alguna empresa radicada en la Argentina”, detalló. El segundo activo que observa pasa por los recursos naturales y los precios internacionales. “El mundo está buscando los alimentos y la energía que el país produce y eso nos pone en una ventaja comparativa interesante”, explicó.

Finalmente, Cristofani focalizó en el tercer aspecto que hace crecer el optimismo empresarial sobre un cambio en el humor de la economía: el capital financiero del sector privado. “Los argentinos tenemos más de U$S 300.000 millones como capital. Si miramos el pasivo, el ahorro realizado en décadas es importante y no lo hemos aprovechado porque, básicamente, siempre se tiende a alimentar el déficit fiscal”, planteó. Según sus cálculos, en 100 años de histórica económica, la Argentina permaneció un 90% de ese tiempo en el terreno del desequilibrio fiscal. Advirtió que la emisión es la causa estructural de tanta inflación y aclaró que el bimonetarismo no tiene que ver con la dolarización.

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