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Reformas, construcción de casas y ampliaciones en madera ganan en velocidad, confort y eficiencia en el país

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    Equipo OB
  • hace 18 minutos
  • 5 Min. de lectura

Ámbito.


En barrios privados del Gran Buenos Aires, en localidades costeras y en la Patagonia, la construcción con madera se consolida como una opción eficiente, sustentable y adaptable. Lo que hace una década era una alternativa marginal hoy gana espacio en proyectos residenciales, ampliaciones y remodelaciones. La tendencia se afianza entre familias jóvenes que buscan confort, rapidez y menor impacto ambiental.


En la Costa Atlántica, la Mesopotamia y el sur argentino, los sistemas en seco con estructura de madera se multiplican. La Cámara Argentina de la Madera (CADAMDA) estima que la demanda crece de manera constante y que el sector ya atraviesa una etapa de expansión estructural.


“Hace pocos años no se veía ninguna casa en construcción estilo wood frame (es un sistema de construcción en seco basado en una estructura de madera tratada que forma un entramado de vigas y paneles aislantes, lo que permite levantar viviendas sólidas, eficientes y rápidas de ejecutar) en los barrios cerrados; hoy se puede estimar que al menos una o dos cada cien ya son de este tipo”, afirmó Germán Gómez Picasso, de Reporte Inmobiliario.


El presidente de CADAMDA, Daniel Vier, señaló que “la madera es un material estructural eficiente, sostenible y con un confort incomparable”. A su criterio, el impulso actual no responde solo a una tendencia ecológica global. “En Argentina representa una oportunidad estratégica para agregar valor local, dinamizar la economía regional y responder con eficiencia a la demanda habitacional. Es fundamental fortalecer la articulación entre Estado, industria y academia para avanzar en normativa, formación técnica y financiamiento que permitan escalar estas soluciones a nivel nacional”, expresó.


Confort térmico y eficiencia energética

En un país donde calefacción y refrigeración explican cerca del 40% del consumo energético residencial, el uso de materiales aislantes es clave. La madera, por su estructura celular, actúa como aislante natural térmico y acústico. Un muro de madera de 10 centímetros puede aislar hasta 3,6 veces más que el ladrillo y 5,7 veces más que el hormigón.


Esa propiedad se traduce en hogares naturalmente frescos en verano y templados en invierno, con ahorros energéticos de hasta 30%, según la zona climática. En regiones de temperaturas extremas, como la Patagonia o la Costa Atlántica, ese diferencial permite reducir la dependencia de equipos de climatización.


“La madera es el único material de construcción que se renueva con el tiempo y mejora la calidad de vida de las personas”, agregó Vier. “Argentina tiene el potencial para liderar una transición hacia viviendas más eficientes, accesibles y respetuosas del ambiente”.


Construcción rápida, limpia y adaptable

Los sistemas de entramado de madera permiten reducir de manera notable los plazos de obra. A diferencia de la construcción húmeda tradicional, las viviendas wood frame o CLT (madera laminada cruzada) se levantan con menor generación de residuos y sin interrupciones por condiciones climáticas.


“Una casa de 125 m2 cubiertos se construye desde el movimiento de suelo hasta la entrega en unos tres meses y cuesta entre u$s87.000 y u$s113.000, según terminaciones y diseño”, explicó Eduardo Serantes, gerente comercial de B3. “El sistema tiene ventajas como la rapidez, la reducción de costos y el menor impacto ambiental. Además, es más limpio y genera menos desperdicio”.


El wood frame es el método más utilizado en el mundo y el que predomina en más del 90% de las viviendas del hemisferio norte. Su adopción crece también en Argentina, donde se combina con tecnologías como el CLT, capaces de soportar edificaciones de varios pisos.


Seguridad y mitos sobre el fuego

A diferencia de lo que se suele creer, la madera estructural tratada es más resistente al fuego que otros materiales de construcción. “Comienza a quemarse desde el exterior hacia el interior, pero conserva su capacidad portante durante un tiempo prolongado, lo que facilita la evacuación y reduce riesgos”, indicó Serantes.

Por su comportamiento térmico y su capacidad de mantener estabilidad estructural en altas temperaturas, la madera presenta ventajas frente al acero, que se deforma antes de alcanzar el punto de ignición. Además, tiene menor impacto ambiental en su proceso de producción.

Nuevos barrios y casos modelo

El uso de la madera se expande en proyectos de escala media y alta. En San Matías, un barrio privado de Escobar, se construye una vivienda unifamiliar de 350 m2 con vigas multilaminadas de 4x20 metros, diseñadas y ejecutadas por Maderera Newton con apoyo de Cadamda.


“En el frente del quincho, con un apoyo de siete metros, brindan una estructura sólida y estable. En el área del living comedor, las vigas multilaminadas soportan el entrepiso con un apoyo de 6,20 metros, garantizando seguridad y durabilidad”, detalló Vier.


El valor del metro cuadrado varía entre u$s900 y u$s2.000, según de la calidad, terminaciones y ubicación. En urbanizaciones cerradas, donde cada reglamento establece límites de superficie, altura y diseño, el sistema en seco permite ajustar los tiempos de entrega sin resignar estética.


Madera industrial y técnicas modernas

El entramado de madera se compone de bastidores verticales sobre superficies horizontales que conforman la envolvente del edificio. A partir de allí se integran instalaciones y terminaciones interiores. También avanza el uso de paneles SIP (Structural Insulated Panels), formados por dos placas de madera unidas por un núcleo de espuma rígida de poliestireno o poliuretano.

Estos paneles pueden resistir hasta 18 toneladas de carga a la compresión, lo que los hace aptos para pisos, paredes y techos. Su estructura ofrece mayor solidez que la mampostería y mantiene un excelente aislamiento térmico.


En Argentina, las viviendas en wood frame utilizan principalmente madera de pino o eucalipto tratada, en listones de 2x4 o 2x5 pulgadas. La estructura se rigidiza con placas de OSB (Oriented Strand Board, en español tablero de virutas orientadas) y se complementa con capas aislantes internas y externas que garantizan eficiencia energética tipo A.


Tendencia con proyección regional

El auge de la construcción en madera no se limita a Buenos Aires. En provincias del Litoral y la Patagonia, el material es parte del paisaje y gana protagonismo en desarrollos turísticos y viviendas familiares. En Misiones, Corrientes y Entre Ríos, donde existe abundante oferta forestal, el desafío pasa por industrializar la materia prima y fortalecer la cadena de valor.


“Es un segmento en crecimiento sostenido, a pesar de las dificultades”, aseguró Vier. “Hasta hace pocos años, la madera no era considerada un material estructural relevante. Hoy responde a la necesidad de construir viviendas más eficientes, rápidas y sostenibles”.


El sector también enfrenta el reto de superar resistencias culturales. Aunque persiste la preferencia por el ladrillo, los datos muestran una adopción gradual del sistema en seco. La combinación entre confort, velocidad y eficiencia energética ubica a la madera en el centro de la nueva etapa de la construcción argentina.

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