top of page
Foto del escritormatias rusiñol

Se subastan 14 containers desde US$1000: se pueden convertir en casas, bares o multiespacios

La Nación.


En un mundo que busca constantemente nuevas formas de aprovechar recursos y reducir la huella de carbono, la práctica del upcycling (reciclado en castellano) ha llevado la transformación de simples containers de carga a nuevos usos cotidianos y creativos. Una vez dedicados exclusivamente al transporte de mercancías en el comercio exterior y transporte marítimo, ahora se erigen como protagonistas en el escenario del diseño contemporáneo y la arquitectura sostenible.


Estos containers, construidos con acero corrugado o aluminio, no solo son robustos y duraderos, sino que desafían las inclemencias del tiempo, haciéndolos ideales para proyectos arquitectónicos innovadores. Su capacidad para resistir condiciones adversas los convierten en la elección perfecta para aquellos que buscan soluciones creativas y sostenibles ya sea como vivienda o como emprendimiento comercial o espacio personal.


La magia reside en la versatilidad de estos bloques metálicos. Pueden apilarse, unirse o separarse para dar vida a viviendas con diseños únicos, así como tienen la capacidad de crear estructuras personalizadas y adaptables a diferentes necesidades.


La construcción con containers no solo beneficia el tiempo, sino también el bolsillo. La reducción en la cantidad de mano de obra y materiales necesarios disminuye los costos totales del proyecto, convirtiéndolos en una opción atractiva para aquellos con presupuestos ajustados.


Quien cuente con un terreno amplio puede darle nueva vida a los containers en desuso de múltiples maneras y de acuerdo a su tamaño puede ser una casa de fin de semana, una casa de huéspedes para los padres mayores o los hijos jóvenes, una primera casa para alguien que se muda solo, un espacio de guardado tipo baulera. Y dentro de los usos comerciales pueden convertirse en un local de ropa o en un bar, en oficinas, un taller de pintura o cerámica, un espacio de yoga, un lugar donde dar clases o actividades y así infinidad de usos de todo tipo.


Un universo de posibilidades

A pesar de la velocidad y eficiencia inherentes al proceso de construcción utilizando estas estructuras metálicas, es esencial destacar que las viviendas resultantes no solo mantienen su estética y comodidad, sino que llevan el diseño a otro nivel. Esta práctica ha inspirado una miríada de proyectos innovadores en todo el mundo, y un ejemplo concreto se encuentra a escasos 45 minutos de la bulliciosa Capital Federal: el paseo comercial Quo en la localidad de Maschwitz (en la Panamericana ramal Escobar, bajada Del Viso).


Este rincón gastronómico y comercial al aire libre, meticulosamente construidos a base de containers apilados, entremezclados con la frescura de aires de campo. Estas construcciones albergan locales de todo tipo, desde bares, restaurantes, tiendas de decoración, e incluso casas de ropa y de diversos servicios.


Otro emprendimiento que se inspiró en este fenómeno del reciclaje es SuiteBox, una empresa argentina que se especializa en la construcción de casas modulares hechas con containers. Los 30 m² construidos por SuiteBox significan el rescate de casi cinco toneladas de acero que, de lo contrario, habrían sido desechadas.


Construidas en primera instancia en un galpón, se elimina la necesidad de supervisión constante en el lugar de la obra. Los tiempos de entrega se agilizan, los costos se reducen y la flexibilidad en la ubicación de la vivienda se vuelve una realidad. Además, la seguridad no se ve comprometida, ya que los cerramientos de las viviendas se realizan con la misma chapa de los containers, brindando un nivel de seguridad que se asemeja a un “bunker” o “tanque de guerra”.


Estas casas modulares no conocen límites en cuanto a diseño y tamaño. Desde estructuras compactas de 30 m², que aprovechan un solo container, hasta espacios expansivos de hasta 180 m², demuestran que la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano en la construcción de hogares para el futuro.


Un tercer ejemplo de reutilización de containers es el negocio de guardado que creó Juan Basombrío, U Store. Comenzó hace 15 años y hoy, junto con un socio, maneja una operación que incluye 450 contenedores y 5200 metros cuadrados de espacio de guardado en tres ubicaciones en Buenos Aires (San Telmo, Don Torcuato, Escobar y Pinamar).


Juan busca satisfacer las necesidades de almacenamiento de manera innovadora y efectiva. La operativa de este sistema es simple pero efectiva. Ofrecen contenedores marítimos de 35 metros cúbicos, brindando a los clientes un espacio amplio y seguro. Los contenedores son alquilados por el tiempo necesario, y los clientes tienen el control de sus pertenencias con la flexibilidad de dejar o retirar elementos según lo necesiten. Además, la custodia de los contenedores está a cargo de la empresa, garantizando la seguridad de los objetos almacenados.

U-Store en Pinamar es el último destino que sumó la empresa a su oferta de espacio de guardado de alquiler temporario


Cómo participar de la subasta de containers

Quienes quieran aventurarse y emprender en el mundo de la transformación creativa, el Banco Ciudad, en colaboración con la AFIP a través de la Dirección General de Aduanas (DGA), presenta una oportunidad única. El 30 de noviembre a partir de las 12 horas, se llevará a cabo una subasta online en el sitio https://subastas.bancociudad.com.ar, ofreciendo 14 lotes con un precio base de $1.049.850 cada uno.


Estos containers, destacados por su capacidad de apilamiento, reducido impacto ecológico y asequibilidad, son objeto de deseo para aquellos que aspiran a promover un estilo de vida más sostenible o buscan opciones económicas pero visualmente atractivas para emprender. Desde pequeños locales hasta casas de fin de semana, las posibilidades son infinitas.



Comments


bottom of page