Cronista.
Una de las decisiones del Gobierno más objetada por economistas de todo el espectro ideológico es la determinación del equipo económico, a cargo de Luis Caputo, de mantener el dólar oficial "planchado" con un crawling peg mensual del 2%.
Estas "micro devaluaciones", muy por detrás del índice de inflación que cerró abril en un 8,8% y que ya se proyecta en torno a un 5 y 6% para mayo, atrasan progresivamente al tipo de cambio luego del overshooting generado por la devaluación del pasado diciembre.
Aunque no hay consenso entre los especialistas sobre si el dólar ya quedó atrasado o va camino a quedar rezagado, todos advierten sobre la imposibilidad de mantener este esquema por lo que resta del año.
Esta intención fue explicitada por el ahora exjefe de Gabinete, Nicolás Posse, en su presentación ante el Congreso la semana pasada cuando señaló que el plan oficial era sostener el crawling peg al 2% al menos hasta diciembre.
Si bien el Gobierno descartó en varias oportunidades una nueva devaluación, especialistas y consultores dudan de esto. En ese contexto, comenzó a circular en los últimos día una nueva versión de un plan que Caputo y su equipo tienen en mente para resolver esta amenaza y recibir financiamiento.
Se trata de un "mini plan Brady", según precisó un informe de Bull Market, la consultora que pertenece al libertario Ramiro Marra.
¿Qué implica esto? Según el analista financiero Salvador Di Stefano, supondría que "Estados Unidos, Italia, algunos países del grupo de los siete, un probable país árabe y organismos financieros internacionales le den garantías a la Argentina para que salga a colocar un bono al mercado".
Esto bono tendría el "solo objetivo de reforzar las reservas liquidas del Banco Central, con el fin de capitalizar a la entidad y proceder a un esquema de competencia de monedas".
Los viajes del secretario de Finanzas, Pablo Quirno, a Europa y Estados Unidos supondrían, según el informe en cuestión, el primer paso hacia esto, a lo que se suman la gira de Milei al G-7 en Europa en junio.
Además, el broker del legislador liberal asegura que Caputo está trabajando con el FMI un nuevo entendimiento que prolongue el acuerdo vigente hasta el año 2030, con la posibilidad de un desembolso de entre u$s 5000 y u$s 7000 millones.
De esta forma, Javier Milei pondría en marcha una de sus principales promesas de campaña: la dolarización o, en realidad, un esquema un esquema bimonetario de peso vs. dólar.
Además, esto serviría "para reforzar las reservas del Banco Central, y hacer un cambio en su carta orgánica", asegura Di Stefano: "Los bancos tendrían un encaje mayor al actual, con el fin de que no dilapiden recursos y de que el Banco Central, actuando como prestamista de última instancia, no se descapitalice, por ende, se especula en un esquema de altos encajes", detalla.
De aplicarse, el esquema de encajes altos le quitaría a la economía la posibilidad de una multiplicación del dinero a través de los bancos.
De esta forma, Javier Milei pondría en marcha una de sus principales promesas de campaña: la dolarización o, en realidad, un esquema bimonetario de peso vs. dólar.
Para Di Stefano, en concordancia con el informe de Marra, "a partir de allí se trabajaría en dos leyes fundamentales: se prohibiría la emisión de dinero, y se daría curso legal a otras monedas".
El Gobierno apuesta a un esquema de competencia de monedas.
"Como tendríamos pocos pesos, la economía se va a monetizar con los dólares que salgan del colchón, eso se llama la dolarización endógena", marca el analista.
Para Di Stéfano, este modelo "terminaría eliminando la posibilidad de un escenario de alta inflación o devaluación del signo monetario" gracias a la capitalización del BCRA, los altos encajes del sistema financiero y la imposibilidad -por ley- de crear dinero.
Para el llamado "Gurú de la City", este sería un plan "audaz y valiente" que puede salir mal. En caso de que esto ocurra, el Gobierno "tendrá una vida para explicar porque todo lo bueno que se imaginó, finalmente no ocurrió".
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