Forbes.
Ya se sabe que en el mundo de los negocios el tiempo es dinero, y mucho más en momentos en que la inflación es un fenómeno difícil de domar, pese a alguna desaceleración en los últimos meses. Así, cada vez más se impone en el país la construcción en seco, justamente por las ventajas que proporciona.
Para decirlo de modo sencillo, el Steel Framing es un sistema de construcción basado en un entramado de perfiles estructurales de chapa de acero galvanizada o zincado, que permite un montaje en seco para la construcción de diferentes estructuras, desde casas y edificios residenciales, entrepisos, cerramientos exteriores, comercios, hoteles, centros comerciales, estadios deportivos, clubes, entre otros.
El creciente interés en este tipo de construcción responde esencialmente a que ofrece algunas ventajas en relación a la construcción convencional o húmeda. Hay empresas dedicadas específicamente a la fabricación de perfilería de acero y placas de yeso para estos fines, así como también constructoras enfocadas en el diseño, la ingeniería y la construcción, generalmente “llave en mano”, bajo este sistema.
Los expertos aseguran que las ventajas del Steel Framing son determinantes para explicar por qué cada vez más particulares y empresas eligen la construcción en seco. Pero admiten que “todavía hay que vencer una resistencia cultural”, que privilegia la construcción húmeda, con ladrillos y cemento, porque la consideran más sólida y segura.
“Aunque respecto del Steel Framing existen todavía prejuicios propios de la mentalidad argentina en relación al ladrillo y su seguridad, sus estructuras están ejecutadas en acero galvanizado, cuya durabilidad se calcula en 300 años, y todos los productos que conforman el sistema están aprobados y en algunos casos incluso certificados bajo normas de calidad”, agrega Francisco Pedrazzi, presidente del Instituto de la Construcción en Seco (Incose).
Nuevo escenario
No es una tendencia nueva, de hecho, ya hace más de dos décadas que se utiliza en el país, sin embargo, en la actualidad hay un nuevo giro, que está impulsando este tipo de construcción.
“Hay un cambio de paradigma, potenciado por tres factores que impulsan la construcción en seco:
1) la conciencia de los gobiernos de los principales países sobre el cambio climático, que exige que la construcción tenga menor huella de carbono.
2) La misma conciencia, pero de fondos de inversión, que impulsa los bonos verdes y los créditos de carbono”, asegura Lucas Salvatore, fundador y director de Idero del Grupo Salvatore, líder en diseño, ingeniería y construcción en Steel Framing.
3) “patea el tablero”, y está vinculado a un cambio generacional. Salvatore señala que, así como hoy se están perdiendo algunos oficios y cuesta encontrar un yesero o un tornero, los jóvenes tienen un mayor interés por la sustentabilidad y quieren inmediatez en las cosas. “Nadie va a esperar dos años para que le hagan una casa”, afirma.
La mención no es ociosa. Mientras una estructura de hormigón tarda 12 meses, hoy una estructura en acero tarda 4 meses. Desde el Incose destacan que, en contextos de alta inflación, la construcción en seco permite reducir en hasta un 65% los tiempos de ejecución de una obra, lo que también permite reducir los costos indirectos.
Esto es centralmente debido a que no se necesitan tiempos de secado de hormigón ni revoques, ni hay incidencias climáticas que puedan afectar la marcha de la obra, como por ejemplo días de lluvia. Otra cuestión clave es la facilidad para la aislación térmica y acústica, lo que reduce los costos de energía.
“El Steel Frame provee a la obra una buena eficiencia energética y aislación térmica con lana de vidrio de 10 o 15 centímetros”, explica Juan Yacopino, presidente de la Comisión de Urbanismo y Vivienda del Centro Argentino de Ingenieros (CAI). Y agrega que este tipo de construcción también tiene una menor huella de carbono que el uso de hormigón.
Sustentabilidad a la carta
Desde el Incose sostienen que, en materia de sustentabilidad, el Steel Framing es un aliado clave. Permite hasta un 60 % de ahorro de energía de calefacción y aire acondicionado, pero, además, el acero utilizado es 100% reciclable y se puede recuperar al demoler la obra, al tiempo que la huella de carbono es 47% menor que la construcción húmeda, con nulo consumo de agua en obra y reducido uso de fletes por el menor peso de los materiales utilizados.
Yacopino explica que la construcción en seco es muy utilizada en la Patagonia, en especial Santa Cruz o Chubut, donde las distancias a los grandes centros urbanas son considerables, pero además los tiempos de construcción deben ser necesariamente más cortos por el factor climático. Y agrega que el costo de construir en seco no es tan diferente al húmedo, teniendo en cuenta que “el Steel Frame tal vez tenga un costo 10% menor”.
Al respecto, Lucas Salvatore asegura que el “Steel Frame es más certero en tiempos y en costos, pero requiere más ingeniería”.
En la actualidad, Idero está desarrollando desde casas de 200 m2 hasta el Complejo Belvedere en Nordelta (4 torres de 12 pisos y 35.000 metros cuadrados), pasando por construcciones en barrios cerrados y las Casas Mies, una propuesta premium de vivienda sustentable, moderna, pero a la vez sólida. También tuvo a cargo la construcción e instalación de las pasarelas metálicas del Glaciar Perito Moreno en Santa Cruz, la estructura metálica del Parque Roca y el Polideportivo del Club Hebraica.
“Construimos con alma de acero y eso es así porque hay un cambio de paradigma en el mundo de ir hacia una construcción más sustentable, más rápida, incluso para facilitar las reparaciones”, destacó Salvatore. Y dejó un mensaje sobre lo que puede venir en el sector: “Si vamos hacia una economía más normal, podríamos tener una construcción incluso más eficiente”.
Comments