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Una empresa que produce revestimientos y pinturas para la construcción desembolsó US$10.000.000 para una nueva planta

La Nación.


La empresa argentina Ancaflex, dedicada a la producción de pinturas y revestimientos para la construcción, desembolsó US$10.000.000 en la apertura de una nueva planta en General Rodríguez, provincia de Buenos Aires. La inversión, advirtieron desde la compañía, “tiene como misión incrementar la capacidad productiva y brindar un mejor servicio”. La facturación para este 2024, en tanto, está proyectada en unos US$11.250.000.


Con esta apuesta, la firma pretende aumentar la producción de de 2.750.000 kilogramos a más de 4.700.000 kilogramos de productos mensuales. Todo en el marco de un ubicado en un complejo de 11.500 metros cuadrados en el polo industrial de la mencionada localidad bonaerense, que duplicará el tamaño de la actual fábrica. “En la inversión también se implementan diferentes métodos de energías renovables con la que se generará alrededor de un 30% del total de la energía necesaria”, informaron.


“En su nueva planta, Anclaflex produce revestimientos clásicos y de diseño, pinturas, enduidos, impermeabilizantes, micropiso cementicio, niveladores de superficies para pisos y paredes y construcción en seco”, detallaron y agregaron: “Permite al mismo tiempo la integración completa de los procesos productivos de la empresa, abarcando desde la adquisición de materias primas hasta la distribución del producto final”.


La empresa familiar emplea por ahora a unas 140 personas. “La mudanza a la nueva planta representa un hito que potenciará nuestro plan de producción”, expresó Emiliano Bonfiglio, CEO de Anclaflex, y siguió: “Con esta obra crearemos nuevos puestos de trabajo e impulsaremos el mercado local. Es importante resaltar nuestra plena confianza en el talento de nuestro equipo para crear productos que cumplan con los más altos estándares de innovación”.


La historia de Ancaflex

Una vista de la planta de la empresa

En el 2001, en medio de la crisis económica, Alfonso Bonfiglio, con 55 años, se encontró desempleado después de haber sido líder de un conglomerado de empresas belgas en el país. Con el panorama laboral desolador, y animado por la necesidad de reinventarse, decidió lanzarse a emprender junto a sus dos socios, Ricardo Flores y Pedro Guida, y creó Anclaflex con una inversión inicial de lo que entonces eran $50.000. Con escasos recursos, alquilaron un modesto garaje en Villa Adelina y, después de numerosos intentos y utilizando máquinas encontradas en chatarrerías, desarrollaron una masilla para placa de roca de yeso que resultó ser su primer producto exitoso.


Según informaron, la empresa creció de forma ininterrumpida en el mercado local, con una serie de inversiones realizadas. Hoy, entre la Argentina y Uruguay, cuentan con una red de 650 distribuidores de los cuales 20 están comercializando sus productos bajo el modelo de Anclacentros.


“La idea es continuar abriendo más puntos de venta bajo nuestro sistema de Soft Franchising para llegar a todo el país e incluso a Uruguay, Paraguay y Bolivia, que son nuestros países objetivo inmediato. La exportación siempre fue parte de nuestro plan estratégico. Desde el primer momento lo hacemos y nos concentramos en países limítrofes y de América del Sur”, destacó Bonfiglio.

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