La Nación.
Bajo el nuevo escenario regulatorio que entró en vigor a principios de septiembre en la ciudad de Nueva York, la oferta de alquileres a corto plazo en Airbnb se ha reducido drásticamente. Según Inside Airbnb, un grupo de vigilancia que monitorea la plataforma de reservas, el número de anuncios de alquiler a corto plazo disminuyó en más del 80 por ciento, pasando de 22.434 en agosto a solo 3227 el 1 de octubre. Sin embargo, solo 417 propiedades obtuvieron la autorización necesaria para operar en la ciudad, lo que sugiere que la gran mayoría de los alquileres a corto plazo no cumplen con los requisitos.
Como resultado de este control, surgió lo que algunos medios estadounidenses describen como un “mercado negro” para alquileres a corto plazo en la ciudad. Lisa Grossman, portavoz de Restore Homeowner Autonomy and Rights (RHOAR), un grupo local que se opuso a la nueva ley, compartió con la revista Wired un aumento en la actividad de alquiler a corto plazo en plataformas menos conocidas y en redes sociales, como Facebook. Según Grossman, “la gente está recurriendo a la clandestinidad en busca de opciones de alquiler”.
Esta lucha contra los alquileres a corto plazo tuvo un profundo impacto en el mercado de alquileres vacacionales en la ciudad. Quienes solían utilizar Airbnb ahora recurren a sitios como Craigslist, Facebook, Houfy y otros para buscar huéspedes o lugares para alojarse, evitando los controles y regulaciones de la plataforma. Se espera que esta tendencia resulte en un aumento de los precios hoteleros debido a una mayor demanda.
Las nuevas regulaciones llevaron a que un buen número de publicaciones pasaran a ofrecer estadías de 30 días o más, evitando así la necesidad de cumplir con los requisitos de registro de alquileres temporarios. Según datos proporcionados por AirDNA, una empresa especializada en inteligencia de alquileres temporales, a pesar de que la oferta en Airbnb en Nueva York se redujo significativamente, el 94 por ciento de los anuncios restantes se inclinan hacia estadías más largas, cumpliendo con los estrictos requisitos que permiten seguir operando como alquiler a corto plazo.
Otro problema con el que se enfrentan los usuarios de Airbnb es que las nuevas regulaciones requieren que, para que alguien pueda publicar su departamento a corto plazo en la plataforma, solo puede recibir dos huéspedes como máximo y el anfitrión debe estar presente en la unidad durante su estadía. En consecuencia, muchos anuncios que ofrecían departamentos completos ya no cumplen con las regulaciones, a menos que se consideren viviendas Clase B, que son categorías como hoteles, pensiones y clubes, que tienen ciertas excepciones. Es por esta razón que algunos anfitriones, para eludir las restricciones, comenzaron a publicar sus propiedades como “exentas” de las regulaciones o incluyen información en la descripción del anuncio que sugiere que no están sujetos a las normativas. Esto permitió que sigan ofreciendo alquileres temporarios a pesar de las nuevas reglas.
En cuanto a los alquileres del “mercado negro”, es decir, fuera de Airbnb, la búsqueda se extendió a grupos en Facebook o al sitio web Craigslist, conocido por anuncios clasificados. En este último, los anuncios suelen especificar los precios por semana o por noche. Un detalle interesante es que Wired reportó que hay anuncios en Craigslist que ofrecen una propiedad con un precio semanal o por noche, pero luego ese mimso alquiler también está listado en Airbnb, aunque en esta plataforma la propiedad solo se puede reservar por un período mínimo de 30 días. Esto plantea preocupaciones tanto para los huéspedes como para los anfitriones, ya que podrían estar expuestos a riesgos sin la protección que brindan las plataformas más grandes.
La ciudad de Nueva York es solo un ejemplo de cómo las ciudades están abordando la cuestión de los alquileres a corto plazo. Los defensores de las regulaciones argumentan que liberan unidades de vivienda para los residentes locales, mientras que los pequeños propietarios ven afectados sus ingresos flexibles.
Tras la implementación de estas nuevas regulaciones, Airbnb está reorientando su enfoque lejos de Nueva York, que solía ser su mercado más grande. Brian Chesky, el CEO de Airbnb, reveló recientemente que la compañía está buscando expandir sus horizontes hacia el alquiler de viviendas a largo plazo, así como incursionar en sectores como alquiler de autos y restaurantes emergentes. Además, están centrando su atención en París, que se erige como su mercado principal y será la sede de los Juegos Olímpicos de Verano de 2024.
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