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Cierra otro banco y EE.UU. trata de evitar el efecto contagio tras la caída del Silicon Valley BANK

Fuente: La Nación.


Finalmente, el gobierno de los Estados Unidos anunció ayer que protegerá a los depositantes del Silicon Valley Bank (SVB) que colapsó el viernes y que también se hará cargo de aquellos del Signature Bank de Nueva York que fue cerrado ayer.


En una resolución conjunta, la secretaria del Tesoro, Janet L. Yellen, el presidente de la Junta de la Reserva Federal, Jerome Powell, y el presidente de la Compañía del Fondo de Seguros de Depósitos (FDIC), Martin J. Gruenberg, resolvieron que “los depositantes tendrán acceso a todo su dinero a partir del lunes 13 de marzo, y que el contribuyente no asumirá las pérdidas asociadas con la resolución de Silicon Valley Bank”.



También anunciaron una excepción de riesgo sistémico similar para el Signature Bank, de Nueva York, que fue cerrado hoy por su autoridad de constitución estatal. “Todos los depositantes de esta institución serán reintegrados. Al igual que con la resolución de Silicon Valley Bank, el contribuyente no correrá con pérdidas”, dijeron.


Más allá de esto, aclararon que “los accionistas y ciertos tenedores de deuda no garantizados no estarán protegidos, la alta dirección también ha sido eliminada y cualquier pérdida del Fondo de Seguro de Depósitos para respaldar a los depositantes no asegurados se recuperará mediante una evaluación especial de los bancos, según lo exige la ley”.


Finalmente, la Junta de la Reserva Federal anunció que pondrá fondos adicionales a disposición de las instituciones de depósito elegibles para ayudar a garantizar que los bancos tengan la capacidad de satisfacer las necesidades de todos sus depositantes.


“El sistema bancario de EE. UU. se mantiene resistente y sobre una base sólida, en gran parte debido a las reformas que se realizaron después de la crisis financiera que aseguraron mejores salvaguardas para la industria bancaria. Esas reformas combinadas con las acciones de hoy demuestran nuestro compromiso de tomar las medidas necesarias para garantizar que los ahorros de los depositantes permanezcan seguros”, cerraron.


SVB registró el jueves pasado la mayor retirada de depósitos de un banco en la historia reciente de Estados Unidos. En diez horas desaparecieron de sus libros de contabilidad US$42.000 millones, o más de un millón de dólares por segundo. Hasta ahora, la mayor fuga de depósitos de un banco se había producido en 2008, cuando los clientes de Washington Mutual reclamaron cerca de US$16.700 millones en diez días.


La FDIC garantiza cualquier depósito bancario hasta los US$250.000. Pero los clientes del SVB eran, en su inmensa mayoría, empresas –casi todas del sector tecnológico, desde Roku hasta el gigante de la comunicación Discovery–, que tenían custodiados en el banco fondos de volumen mucho mayor y que dependen de ese dinero para hacer frente a sus gastos rutinarios, incluidas las nóminas salariales de sus trabajadores. Al 31 de diciembre de 2022, el banco contaba con US$175.000 millones en depósitos y unos activos valorados en un total de US$209.000 millones.


El organismo regulador había adelantado el viernes que a lo largo de esta semana los depositantes no asegurados recibirían un adelanto proporcional de sus fondos. El resto, presumiblemente, tendría que aguardar a la liquidación de los activos del banco, un proceso que puede ser largo y no garantiza que los acreedores puedan recuperar todo su dinero.


Buena parte de las compañías afectadas son startups, el nicho en el que se había especializado Silicon Valley Bank. Dado que en Estados Unidos es frecuente que las empresas paguen a sus empleados quincenalmente, estas compañías afrontan la posibilidad real de no poder cumplir con sus obligaciones salariales este mismo miércoles, el día 15.


A lo largo de este fin de semana, los responsables de varias de ellas imploraron ayuda a las autoridades a través de las redes sociales, ante la precaria situación en que podrían quedar. “Las verdaderas víctimas de la caída de SVB son los depositantes: las startups que tienen de diez a cien trabajadores, que ya no pueden pagar salarios, tendrán que dejar a su gente en paro técnico o despedirla el lunes”, apuntaba a través de su cuenta de Twitter Garry Tan, director financiero de Y Combinator, una incubadora de ese tipo de compañías.


“El colapso de SVB puede parecer un problema del 1% que solo impacta a la élite tecnológica. No es verdad. Esto perjudica a pequeñas empresas creadas por gente que trabaja duro y paga hipotecas modestas en el medio del país”, escribía desde Ohio en la misma red social la emprendedora Lindsey Michaelides, fundadora de la startup Strongsuit.

Con información de El País y agencia AFP

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