El Litoral.
Las primeras siete personas, entre ellas seis mujeres, rindieron el sábado pasado para obtener la certificación universitaria de oficios de construcción con tierra expedido por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Facultad Regional Santa Fe. Se trata de la primera certificación de este tipo del país y, en esta instancia de arranque, se evaluaron los saberes en la técnica "quincha", que es uno de los métodos utilizados para edificar con esta materia prima tradicional, económica y accesible.
Agustina Ferreyra, de San José del Rincón, fue una de las participantes de este primer grupo. Tiene 30 años y desde hace 8 años que se dedica "de oficio" a la construcción con tierra. "Empecé de manera autodidacta, fui preguntando, mirando, estudiando y aprendiendo. Una vez que arranqué el camino, se me empezaron a abrir puertas, no solo en lo laboral, sino también en lo académico: desde diplomaturas, hasta talleres intensivos", comentó.
Para obtener la certificación de oficio, los interesados participaron de una evaluación y recibieron un documento que convalida los conocimientos que ya tenían previamente. Santiago Cabrera, docente investigador de la UTN Santa Fe del Grupo Tierra Firme y certificado en el Oficio de Adobe y Bloques de Tierra Comprimida (BTC) en Europa, fue quien tuvo a su cargo la evaluación. "Una particularidad para esta instancia es que fueron convocadas personas que ya sabíamos que tenían una trayectoria en la edificación con quincha y todas aprobaron con la mejor categoría, entre 80 y 100", indicó a El Litoral.
Se eligió esta técnica en primer término porque es la más utilizada en el litoral santafesino para la construcción del rancho islero. "La quincha es una estructura de madera que aguanta el peso del techo y luego se embarran las paredes. Se realiza una especie de entramado de cañas o madera y se rellena con barro y paja. Después se las revoca por fuera, también con barro y paja", explicó Cabrera. Y señaló que la idea es hacer esta certificación a medida que vaya surgiendo la demanda, por lo que adelantó que la segunda a evaluar será la técnica de "tapia" o tierra apisonada.
Garantías
Uno de los objetivos de este proceso es dar garantías a quienes contratan a constructores con tierra sobre los saberes que detentan estos trabajadores y asegurar así la calidad de la edificación. Pero hay otros: "Lo que nosotros intentamos promover con esto, primero, es la reivindicación de los conocimientos de la gente que ya tiene esos saberes. Segundo, es garantizar a las personas que contraten, que esos trabajadores ya saben construir con tierra porque en el mundo de la informalidad, es lo más difícil: saber si esos constructores realmente tienen oficio o no. Y el tercer objetivo es que las personas que trabajan con tierra, si tienen que contratar ayudantes, además de enseñarles, puedan motivar a sus propios trabajadores a que obtengan esta certificación", amplió el docente investigador de la UTN.
Comentó, además, que "desde Santa Rosa de Calchines hasta Colastiné Sur, debe haber más 100 casas construidas con tierra, que consiguieron permisos municipales de diversas maneras. Como eso depende de cada municipalidad, hay algunas que son más rigurosas que otras con las condiciones". Y recordó que desde noviembre del año pasado, la ciudad de Santa Fe aprobó el Nuevo Código de Habitabilidad que permite edificar con tierra "por lo cual no tendría que haber ningún inconveniente para poder pedir un permiso de obra nueva con este material".
En ese marco, "desde la UTN proponemos esta certificación a personas que ya saben construir con tierra. No les enseñamos ni capacitamos, simplemente, convalidamos los conocimientos de aquellos que ya saben el oficio y hacemos entrega de un certificado universitario que tiene validez nacional", amplió.
El lugar que merece
Ferreyra, por su parte, destacó que para ella la certificación es un paso más con miras a poner a la construcción con tierra "en el lugar que se merece; viene siendo largo el camino para mostrar que la tierra es un material noble, para poner sobre la mesa la discusión que esta tecnología sí puede competir con los demás sistemas constructivos".
La joven, que trabaja de forma independiente en este oficio, consideró que esta certificación que otorga la UTN es "una herramienta muy buena" tanto para formar equipo con alguien idóneo como para contratar a alguien que ya tenga documentado un piso de conocimiento en este hacer. "Además saca a la construcción con tierra de ese lugar del boca en boca, del 'te contrato porque trabajaste con fulanito de tal', y genera un piso más neutral para la contratación de personal y para uno poder legitimar ese conocimiento", destacó.
Cómo fue la evaluación
Hubo tres etapas evaluatorias: teórica, práctica y luego una entrevista oral. "En el teórico podíamos elegir si era oral u escrito y teníamos que responder 15 preguntas: mezcla de tierra en general, el armado de la estructura del muro, revoques de tierra, higiene y seguridad. La segunda parte, que era práctica, consistió en preparar material de relleno para el interior del muro en unos bastidores que estaban montados, y después de eso fue la preparación de los revoques", contó la participante.
"Una segunda etapa fue de trabajo en equipo; nos evaluaron las condiciones de trabajo en la grupalidad. La tercera instancia fue individual y nos hicieron preguntas en defensa de nuestro accionar en la parte práctica", agregó la constructora, quien aprendió el oficio en todos los rubros pero lo que más le gusta hacer es trabajar con la madera y dedicarse a las cuestiones estructurales.
Antecedentes
En 2018 se realizó la primera certificación de oficios de construcción con tierra en Europa. "Yo fui a capacitarme en la construcción de bloques de tierra comprimida en Europa y en España certifiqué en esta técnica", comentó Santiago Cabrera, docente de la UTN Santa Fe.
"En 2021 volví a viajar para certificarme en la construcción en adobe. Yo fui un trabajador mediocre siendo doctor en ingeniería y los albañiles que estaban al lado mío se sacaban todos diez. Porque la metodología es convalidar al oficio, no al conocimiento teórico sobre el tema. Al que sabe hacer. En 2022 vino a Santa Fe María Brown, encargada de promocionar este tema en España. Ella brindó un curso taller y dio el empuje para desarrollar en Santa Fe criterios propios para la evaluación", amplió.
"Los europeos tienen desarrollados todos los módulos para evaluar otras técnicas, pero la quincha en Europa no existe -agregó-. Encaramos desde la UTN Santa Fe la tarea de redactar ese módulo en consonancia con los trabajadores que construyen. Se trabajó con tres o cuatro constructores con tierra del litoral. Le planteamos a los constructores ¿Qué tiene que saber un albañil para ser contratado en una bioconstructora? Desde la UTN sistematizamos este proceso y los módulos de evaluación fueron construidos con el aporte de los bioconstructores de la región".
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