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Cómo las nuevas tecnologías para la construcción actuarán sobre el ahorro en las economías familiares

Forbes.


En estos días, los usuarios residenciales del AMBA están viendo reflejados en las boletas de luz y gas nuevos aumentos. En este contexto, no solo podemos pensar en intentos de moderar el consumo para pagar montos más bajos, sino también en un futuro de ahorros energéticos


Así, hoy vemos a diario que las nuevas construcciones apelan a tecnologías que ayudan a conservar mejor el ambiente en el interior de las viviendas y a reducir significativamente el consumo. Los paneles solares; la implementación de la geotérmica; el uso de la domótica; los sensores de movimiento son solo algunas de estas herramientas con las que contamos.  


Según la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), el 72% de los proyectos inmobiliarios en el país en estos últimos años están incorporando elementos de construcción sustentable en sus diseños y ejecuciones.


Ahora bien, incorporar elementos no es igual a medir el impacto. Siempre es importante tener una metodología que certifique el menor consumo de agua y energía, avalada por una organización internacional.


Utilizar menos energía tiene implicancias positivas desde el lado económico y el bolsillo de las finanzas familiares. Pero también incorpora como ventaja el cuidado del medio ambiente. 


Esto se pone en relevancia si pensamos que el sector del Real Estate es responsable del 36% del consumo final de energía global, de casi el 40% de las emisiones totales directas e indirectas de dióxido de carbono y de más del 45% de la generación de residuos. 


¿Cómo son entonces estas nuevas construcciones?

Son modelos de fabricación que combinan resistencia, sustentabilidad y alto rendimiento energético. Las casas sustentables también alcanzan un aislamiento acústico del 40%, evitando cualquier ruido molesto del exterior.


Algunas de las herramientas que hoy logran generar ahorros eficientes de energía y de consumo son: 

  • La implementación de geotermia con pisos radiantes y enfriantes, sumados a sistemas específicos para aprovechar la temperatura del suelo por medio de tubos de líquido refrigerante. Esto reduce al máximo el consumo de energía eléctrica.   

  • El uso de la domótica. Es decir, la automatización de las viviendas para transformarlas en espacios inteligentes. Con sensores de Internet de las Cosas (o IoT, según sus siglas en inglés) y redes simples de conexión, las casas pueden cubrir nuestras necesidades con sólo un par de clicks. Desde el celular, se controla la iluminación, se pueden subir y cerrar persianas mecanizadas y regular la temperatura de los ambientes. Con sensores de movimiento se pueden configurar funciones que se activan al detectar gente en la habitación, realizando un ahorro absolutamente eficiente de la energía.   

  • El aislamiento de paredes y techos desde la parte externa de las viviendas.   

  • Casas que cuentan con tanques de recolección de agua pluvial para la limpieza de veredas y estacionamientos.   

  • La instalación de paneles solares, teniendo en cuenta que estas fuentes de energía renovables tienen un rendimiento duradero, conservando más del 70% de su potencia después de décadas de uso.  

  • Las ventanas eficientes de aluminio y PVC, que se destacan por el grado de hermeticidad que tienen debido a la aislación térmica y acústica; a su resistencia y mínimo mantenimiento, lo que ayuda a optimizar la energía consumida en la vivienda.  

  • Los dobles vidrios aislantes.

Uno de los sistemas de certificación ambiental más sólidos en el mercado residencial es Edge, creado por la Corporación Financiera Internacional, dentro del Banco Mundial. Este modelo garantiza un 20% menos de consumo de agua y energía, y 20% menos de consumo de energía en la fabricación de los materiales. A su vez, nos garantiza un proceso en el que se mide efectivamente el menor impacto ambiental.


Sin dudas, todos estos elementos no solo serán herramientas para mejorar las finanzas de la clase media argentina, sino el futuro de construcciones más eficientes, seguras y amigables con el medio ambiente. 

 

*La columna fue escrita por Federico Gagliardo, CEO y founder de Vitrium Capital.

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