Por Oscar Bercovich para Dbiz.
En el proceso de preparación para una maratón, la clave radica en definir un objetivo claro, elegir el lugar adecuado, comprender el terreno y comenzar a estudiar y entrenar. Sorprendentemente, la transformación de una empresa sigue un camino similar: demanda también un equilibrio entre el aprendizaje, la reflexión, el entrenamiento, el descanso, la recuperación y, por supuesto, el desafío de superar los límites establecidos
¿Cómo transformar una compañía? ¿Cómo encabezar una metamorfosis empresarial? La respuesta se asemeja a correr las barreras corporales al mismo tiempo que se desafían las normas establecidas en cualquier estructura. La transformación empresarial, al igual que la preparación para una carrera, requiere una cuidadosa planificación, ejecución disciplinada y una comprensión precisa de cuándo apretar el acelerador y cuándo descansar.
Tanto en el escenario deportivo como en el corporativo, la transformación implica desviar los límites físicos y mentales, aún entendiendo que existen cuestiones seteadas de la misma manera desde hace tiempo. En este paralelismo, hay cinco ejes de valor (y de similitudes) a tener en cuenta entre la vida profesional y personal:
● Nuevas alturas: para transformar una compañía o terminar una maratón hay una sola ruta y se trata de convertirse en una versión completamente nueva. La base es el trabajo disciplinado y metódico; tomar las riendas y avanzar hacia lo alto.
● Planificación rigurosa: es imperiosa la definición de un objetivo claro, y estudiar a dónde y cómo empezar a prepararse. Las respuestas suelen aparecer en una planificación cuidadosa. Ningún cuerpo o estructura corporativa puede sostener el estrés de un challenge constante. El trabajo diario es importante, pero también la cabeza fría para aprender que no todo se hace de la noche a la mañana.
● Mantener el ritmo: aunque llueva, truene o salga el sol, la perseverancia es todo. Para una maratón se necesita constancia y en el mundo empresarial es esencial la estrategia sostenida a lo largo del tiempo con equipos que realmente sepan lo que hacen. Los planes cumplidos a rajatabla acercan los resultados que deseamos.
● Disfrutar del proceso en el contexto que toque: ser feliz en el paso a paso de llevar a una empresa hacia metas ambiciosas y cuando se superan los kilómetros o el timing mapeado. El objetivo de éxito no debe ni puede ser solamente lograrlo, sino gozar de la adrenalina de una montaña rusa con curvas, bajadas y subidas.
● Soportar el dolor: es imposible negar la relación del dolor con los procesos de cambios. Las transiciones generan llantos, enojos y festejos. Resulta crucial encontrar el equilibrio entre exigirse y relajar. Detectar cuándo no se le puede pedir más al cuerpo o a los colaboradores. El dolor es parte del crecimiento y gestionarlo es un arte tan o más vital como la capacidad de adaptarse.
Más allá de estos puntos de unión, existe una gran diferencia. Mientras las compañías se ponen a prueba regularmente, las carreras ocurren en un día puntual. En cualquiera de los casos, el disfrute es la base para el logro de objetivos tangibles. La recompensa será la habilidad de superar lo que aparezca y llegar a destino. Saber cuándo avanzar y cuándo frenar. Mantener tensión y energía disciplinada para llegar a la meta.
*Oscar Bercovich es CEO de UNIBER y fundador de Metrocubico Internacional. Es licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Tucumán y magíster en Administración Pública por la Columbia University Nueva York (USA) y por la Escuela de Ciencias Económicas y Políticas de Londres (LSE - Reino Unido).
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