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El desafío de crear espacios de trabajo saludables y productivos que motiven la presencialidad

La Nación.


El mercado de oficinas avanza y ofrece nuevas propuestas que tienen a los empleados como centro y al layout como protagonista. Una de las propuestas que más llamó la atención de muchas empresas, en los últimos tiempos, son las oficinas saludables y productivas: qué son y cómo funcionan.

Una oficina saludable y productiva se caracteriza por crear un entorno de trabajo que promueva el bienestar físico y mental de los colaboradores que la habitan, y -al mismo tiempo- que fomente la eficiencia y la productividad. Sabido es que cuando bienestar y productividad están alineados se genera un círculo virtuoso.


“Este es un concepto que venimos trabajando en nuestro mercado desde hace más de una década, de la mano de las neuroarquitectura -principalmente- y del estudio de las personas y de su bienestar como puntapié para la selección de una oficina (incluido su interiorismo). Pero, sin dudas, la pandemia aceleró y profundizó el concepto de los espacios saludables y productivos”, cuenta Mariana Stange, CEO de la firma inmobiliaria Mariana Stange Real Estate. Y agrega: “Este tipo de oficinas es un upgrade en nuestro mercado, una evolución que recibimos con alegría y entusiasmo”.


La idea de las oficinas saludables y productivas surgieron en respuesta a la creciente conciencia sobre los impactos negativos de un entorno de trabajo insalubre y tras analizar mucho el desempeño de los empleados. Foto: gentileza Dow Argentina y Newmark Argentina


La búsqueda de estas oficinas es integrar elementos y estrategias que promuevan la salud y el bienestar de sus ocupantes. “La idea de las oficinas saludables y productivas surgieron en respuesta a la creciente conciencia sobre los impactos negativos de un entorno de trabajo insalubre y tras analizar mucho el desempeño de los empleados. Esta idea comenzó a tomar forma en la década del 90, cuando se realizaron estudios y se recopilaron datos sobre los efectos de las condiciones de trabajo en la productividad y la satisfacción laboral”, sostiene Mercedes Balmaceda, directora de Servicios de Sustentabilidad de JLL. Y agrega: “Se empezó a tomar conciencia del impacto que tenía en la salud de los usuarios algunas características de los espacios construidos (tanto precarios como obsoletos). Hoy ya este concepto se modificó y está más alineado a otros aspectos, en especial a los criterios ESG de sustentabilidad (en inglés Environmental, Social and Governance) que son los utilizados no solo para evaluar el valor de una compañía, sino también para establecer sus estrategias”.


Jesica Soledad Amendola, gerente de la división oficinas y locales en Adrián Mercado, explica esta es una tendencia que está en crecimiento. “En los últimos años, la demanda de oficinas saludables y productivas ha aumentado significativamente. Hoy es muy común ver una planta libre con microespacios para cada situación. Es decir, que cada actividad tiene su lugar. En las oficinas actuales se pueden encontrar desde box de llamadas individuales, espacio de recreación, diferentes salas de trabajo, etc.”, cuenta la especialista.


Estos espacios deben ser lo más versátiles posible. Foto: gentileza Dow Argentina y Newmark Argentina

Ahora bien, la gran pregunta es: ¿cómo se crean los espacios saludables y productivos? “Estos espacios deben ser pensados al detalle para que sean lo más versátiles posible. Allí, no deben faltar la iluminación adecuada para cada sector, ni una buena acústica. Además, los espacios deben ser flexibles y deben tener una vinculación con la naturaleza, por ejemplo: el lugar debe tener plantas, flores, jardines verticales, etc”, afirma Amendola. Y amplía Stange: “Para lograr esto se trabaja en equipo tanto con los responsables de capital humano de las empresas como con los asesores inmobiliarios y los arquitectos que armarán el interiorismo. Resulta vital conocer la cultura de la compañía”.


Desde la firma Newmark Argentina le aportan al tema una vuelta más de rosca. “Además de comercializar oficinas, creamos ‘espacios con propósitos’. Este enfoque nos permite pensar y trabajar para generar una experiencia completa que contempla desde que los empleados salen de sus casas hasta cómo llegan al edificio y cómo habitan el espacio y el entorno”, explica Domingo Speranza, CEO de la firma. Y agrega Fernando Novoa, Socio & Director de Oficinas: “Buscamos crear espacios que brinden más que m2 donde realizar determinadas actividades. La idea es crear ecosistemas, que las propiedades interactúen con quienes las visitan, creando sinergia en el interior del edificio. Un edificio de oficinas no tiene por qué ser simplemente un inmueble con espacios de trabajo. Ya hoy en día se incluyen amenidades, experiencias gastronómicas y sociales. La idea es expandir esa vivencia”.


Para esto la gente de Newmark se vale de las investigaciones de mercado que realiza, reparando no solo en los datos duros sino también en los testimonios de los ocupantes de los inmuebles. “Evaluar esta información nos permite ofrecerle soluciones a los clientes, que se transforman en ideas, proyectos y propuestas innovadoras“, cuenta Speranza.


Un diseño para cada función

Desde Newmark afirman que no es lo mismo diseñar espacios para una start up poblada de jóvenes que para una empresa con un staff cuya edad promedio es de 50 años. Tampoco es lo mismo hacerlo para una empresa con un equipo de cinco profesionales que para una organización con más de 100 empleados. En cada caso hay que conocer los intereses, deseos y necesidades de la dotación.



Según Balmaceda, existen estudios que confirman que la calidad del aire interior tiene un impacto significativo en el confort, la productividad y la salud de los trabajadores a corto y largo plazo. “Bajos niveles de calidad del aire pueden aumentar en un 20% el ausentismo”, comenta.

Una oficina saludable que promueve el bienestar y la productividad debe tener:

Buena iluminación natural: aprovecharla al máximo con ventanas amplias y espacios de trabajo bien iluminados, algo crucial para el bienestar y la productividad.

Ventilación adecuada: el aire fresco contribuye a mantener la concentración y la salud general.

Gestión del ruido: utilizar materiales acústicos y considerar la disposición del mobiliario y el diseño del espacio para minimizar el ruido porque puede ser una distracción y afectar la concentración.

Zonas de descanso y relajación: áreas dedicadas para el relax, reducir el estrés y mejorar el foco.

Espacios que fomenten de la actividad física: sectores para estiramientos, áreas para realizar ejercicios ligeros, fomentar caminatas y uso de escaleras.

Acceso a alimentos saludables: no solo diseñar amplias cocinas con comedor para los equipos, sino acercar alimentos saludables y nutritivos para promover una dieta equilibrada.

Hay que conocer los intereses, deseos y necesidades de la dotación para poder hacer la mejor ambientación. Foto: gentileza Dow Argentina y Newmark Argentina

Mobiliario ergonómico: promover una postura saludable y reducir el riesgo de lesiones con sillas y escritorios ajustables.

Incorporar espacios inclusivos y diversos: que los colaboradores neurodivergentes cuenten con alternativas para alcanzar su máximo potencial. Espacios donde trabajar de manera concentrada, con pocas distracciones y colores adaptados a evitar la fatiga visual.


Balmaceda cuenta que existen varias certificaciones globales, como las llamadas WELL y Fitwel. Los que eligen este tipo de oficinas suelen ser empresas que tienen un alto compromiso con sus empleados y con el medio ambiente. “Cada vez son más compañías las que reconocen la importancia de crear entornos de trabajo saludables que promuevan el bienestar de sus colaboradores y no solo un espacio específico”, coinciden Stange y Balmaceda.


Algunas industrias y tipos de empresas parecen estar más predispuestas a adoptar prácticas como las empresas tecnológicas, las de bienestar y salud, las de servicios profesionales, las empresas socialmente responsables y sostenibles, las orientadas a la creatividad. Firmas de estos rubros comprenden que el bienestar de los equipos no solo mejora la autoestima y la satisfacción, sino que también contribuye a la productividad y la retención de talento.


Haciendo hincapié en este último punto existen dos factores que son muy tenidos en cuenta por las compañías y que colaboran con la generación de los “espacios de trabajo saludables”: el apoyo emocional y mental a través de programas como asesoramiento o talleres para manejar el estrés y mejorar la resiliencia. Cada vez son más las empresas que cuentan con psicólogos, coaches y councelors dentro de sus equipos de capital humano. Así como la promoción de una cultura que valore el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el respeto y el apoyo entre colegas. Este punto es un capítulo muy importante y valorado por los colaboradores.


Según Amendola, el acondicionamiento de este tipo de oficina tiene un costo aproximado que ronda entre los U$S800 y los US$1000 por metro cuadrado.

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