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El gobierno de Luis Arce le cedió el control del litio boliviano a China y Rusia

Infobae.


Después de largas indecisiones y contradicciones, el gobierno de Luis Arce firmó contratos con dos empresas chinas y una rusa para explotar los yacimientos de litio de Uyuni y Pastos Grandes, considerados los más grandes de la región.


La noticia llegó después de que los voceros del partido de gobierno, comenzando por Evo Morales, dijeran que la visita que hizo en abril pasado a Sudamérica la señora Laura Richardson, comandante del comando sur del ejército de Estados Unidos, fue para mostrar el interés de la “potencia” en el litio boliviano.


El gobierno de Arce estuvo titubeando, y lo está haciendo todavía, acerca de sus alianzas internacionales, sobre todo porque se declara socialista, pero necesita tener buenas relaciones con Estados Unidos para el momento en que deba renegociar la deuda externa.


En medio de estas indecisiones, Arce repite con frecuencia sus homenajes a Carlos Marx y al socialismo, porque aspira a ser el nuevo líder del Movimiento al Socialismo (MAS).


Ahora, por lo menos respecto del tema litio, parece haber tomado una decisión firme, a favor de imperios más lejanos, aunque sigue mostrando contradicciones.


El gobierno de Evo Morales destinó 900 millones de dólares a un proyecto que debía crear una tecnología propia para la extracción e industrialización del litio a cargo de una empresa estatal, pero fracasó. Miles de piscinas de evaporación fueron compradas, en vano.


Las decisiones del gobierno del MAS sobre el litio que siguieron estuvieron llenas de titubeos y contradicciones entre ideológicas y tecnológicas.


Se trata de la explotación de los lagos salados de la cuenca hidrográfica cerrada del altiplano, que contienen 21 millones de toneladas de litio. Las aguas del río Desaguadero, que surgen del lago Titicaca, van por el altiplano hacia el sur, en su curso se juntan con otras, y se estancan, formando verdaderos mares de sal. Son ríos que van a dar a la mar… de sal.


Pero las contradicciones del gobierno siguen. En enero pasado, Arce firmó un contrato con el consorcio chino Catl Brump & Cmoc (CBC), pero hace una semana el ministerio de Hidrocarburos informó que no fue un contrato, sino solamente un acuerdo para que el consorcio realice un estudio de factibilidad para la explotación directa del litio.


La aclaración de Hidrocarburos fue en respuesta a un diputado de la oposición que preguntó por qué el contrato no fue sometido al parlamento para que lo apruebe o rechace, como dicen las leyes.


Ahora, de pronto, el presidente Arce dice que fue definitivamente un contrato lo que firmó con aquel consorcio chino, que invertirá 1.400 millones de dólares en la explotación directa del litio.


Pero que, además, ha firmado contratos con otra empresa china, la Citic Gouan, y una rusa, la Uranio One Group, que invertirán conjuntamente otros 1.400 millones de dólares en la extracción e industrialización del litio.


Eso sí, aclaró el presidente: también participará en el negocio la estatal Yacimientos Bolivianos de Litio (YBL), aunque no aclaró en qué aportará esta empresa, aparte de ceder al consorcio los salares.

Por alguna confusión, el presidente dijo que los depósitos de litio de Bolivia son una riqueza minera “no renovable”, aunque se trata de lagos que convierten en sal el flujo permanente de agua que llega del norte.


También dijo Arce que ahora, con estos contratos, espera que lleguen otras empresas extranjeras para participar en la industrialización del litio, empresas que deberán asociarse, de todos modos, con la estatal YLB.


El método de la “explotación directa” fue elegido como la solución para un problema que hay en los salares bolivianos: el grado de evaporación es muy bajo, precisamente porque se trata de lagos. En cambio, en los yacimientos de Argentina y Chile la evaporación es mayor, lo que acelera el proceso de explotación.


Arce dice que la economía boliviana no puede apoyarse solamente en el gas natural, aludiendo a las exportaciones de ese combustible que comenzó a hacer Bolivia en 1971, pero que se están acabando conforme se terminan los yacimientos descubiertos por anteriores gobiernos.


La perspectiva de que en enero próximo Argentina deje de comprar el gas boliviano porque se está acabando, y lo reemplace con el de Vaca Muerta, es el dolor de cabeza de los economistas bolivianos, pero por el momento el presidente la ignora.


El sueño del litio viene a reemplazar en Bolivia al gas natural, que reemplazó al estaño, que reemplazó a la plata. Un país muy extractivista.

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