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El inversor retail y la concentración del mercado

  • Foto del escritor: Equipo OB
    Equipo OB
  • 17 feb
  • 4 Min. de lectura

El Economista.


Hace unos días leí un artículo muy interesante sobre el origen de la "cultura norteamericana" y el mismo lo vinculaba directamente con la "vida en la frontera". En tal sentido, recordemos que EE.UU. comenzó como trece colonias ubicadas al noreste del continente para luego expandirse principalmente hacia el oeste, lo cual hizo que durante prácticamente todo el Siglo XIX tuviera una frontera en constante desarrollo/movimiento. 


Y en relación a ello, un dato estadístico muy llamativo que recoge el artículo es que se registraba "mayor variedad de nombres en la zona de frontera" -es decir, en los nuevos municipios/condados creados en dicha zona- que en los "municipios/condados con mayor antigüedad" -es decir, en los más alejados de la zona de frontera, o más bien, en los más poblados y afianzados-.



¿Por qué comento lo anterior, aparentemente sin ningún tipo de conexión con el título del presente artículo? Bueno, una pista de ello lo brinda el hecho de que tanto el acrónimo FAANG como el término Magnificent 7 sean a esta altura prácticamente "vox populi", estando el común de las personas medianamente familiarizado con los rudimentos de los negocios que el grupo de los FAANG/Magnificent 7 desarrolla.  


Los datos del mercado

Yendo a términos bursátiles, la capitalización del grupo FAANG -Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google- representa alrededor del 10% del S&P 500 mientras que la capitalización de las Magnificent 7 -Facebook, Amazon, Apple, Google, Tesla, Microsoft y Nvidia- alcanza casi el 35%.


Consecuentemente, mientras este grupo de 8 empresas representa en términos nominales tan sólo 1,6% del S&P 500 -8/500-, en paralelo ostenta casi el 35% del share de capitalización. Un tremendo desbalanceo que grafica a las claras el proceso que se viene profundizando en los últimos años: el de la "excesiva concentración en pocas empresas", o dicho de otro modo, el de la "excesiva repetición de las mismas".


Naturalmente, esta concentración se ve reflejada en el volumen de trading. Según el portal TradingView, en el top-10 de posiciones más comercializadas, actualmente 6 corresponden a las Magnificent 7: lidera Nvidia seguido de Tesla y Facebook.


Recapitulando, desde hace años que el acceso al mercado financiero se viene "ampliando" -otros dirían "democratizando"- mediante la aparición de numerosas plataformas online, las cuales permiten al inversor más retail acceder en forma directa a la compraventa de activos financieros. 


En línea con ello, puede observarse como, si bien tras la Gran Crisis de 2008 el volumen del mercado de acciones se contrajo considerablemente, merced de estas facilidades tecnológicas, en conjunto con la reaparición de la confianza del inversor en los instrumentos bursátiles, ya para el año 2017 el mercado de acciones se encontraba recuperado, alcanzando nuevos registros máximos en volumen. 

Naturalmente, esta nueva realidad/dinámica del mercado financiero favorece la concentración de mercado. 


En primer lugar, porque la incorporación directa del inversor retail al mercado financiero ya no le implica pasar por el tamiz -en otras palabras "sugerencias/recomendaciones"- del broker sino que él mismo ejecuta las órdenes de compraventa. Consecuentemente, este inversor retail deja de actuar "determinado o influenciado" por el broker -el cual muchas veces actúa cumpliendo con el mandato corporativo de vender tal o cual posición a sus clientes- para empezar a actuar "autónomamente". 


Ahora bien, dicha autonomía tiene ciertos límites porque para poder actuar de tal modo el inversor debería actual con total discernimiento, intención y libertad. A tal respecto, está fuera de discusión que la intención y libertad se respetan en su decisión pero, ¿cuán claro es su discernimiento? Y esto es lo que nos lleva al principio del artículo.


En un mercado con una fuerte presencia de analistas y brokers contratados por instituciones financieras es natural que hubiese una cierta discrecionalidad, e intencionalidad, de parte de éstos para recomendar posiciones en su beneficio -muchas veces más que en beneficio del propio cliente-, lo cual no obstaba a que también se realizasen valiosos análisis sobre verdaderas oportunidades. 


En tal sentido, vale recordar que Benjamin Graham (autor del clásico "The Intelligent Investor"), Philip Fisher (autor del clásico "Common Stocks & Uncommon Profits"), Peter Lynch (autor de "One Up on Wall Street"), o mismo Warren Buffett o Charlie Munger, entre muchísimos otros, no fueron catedráticos ni académicos sino operadores reales del mercado, los cuales no sólo legaron grandes enseñanzas sobre cómo valuar compañías e interpretar los movimientos del mercado sino que también efectivamente encontraron grandes oportunidades de inversión para sus clientes, muchas veces en compañías y sectores alejados del foco de interés coyuntural. 


En otras palabras, a lo que voy es que al estar obligado el inversor retail a pasar por el broker naturalmente quedaba sujeto a una mayor posibilidad de recibir un advice informado, de determinado rigor técnico, lo cual si bien no era una garantía de éxito le permitía al menos tomar una decisión con mayor respaldo.


Ahora bien, y como adelantáramos, la directa inmediación de los inversores retail con el mercado financiero trae como consecuencia la pérdida de relevancia/preponderancia de aquellos actores -analistas serios- sobre este universo de inversores, llevando así a que sean más bien guiados por la moda o el FOMO (por "Fear of Missing Out"), o peor aún, por "influencers financieros", prescindiéndose del rigor técnico en la toma de decisiones. 


Consecuentemente, la pérdida de relevancia de estos analistas serios no sólo priva de fundamento a la toma de decisiones -es decir, de un "real discernimiento"-, sino que también reduce sensiblemente la elección de verdaderas oportunidades, las cuales muchas veces surgen de ver y analizar más allá de los "trending tickers o sectors", o como referimos al principio del artículo, de indagar en aquellos espacios "fronterizos" o "alejados del mainstream", todo lo cual termina reforzando el proceso de concentración.  


En fin, lo dicho se trata de un movimiento que en la presente época, por las innovaciones tecnológicas principalmente, se da con mayor fuerza, lo cual no obsta a que un futuro, como todo movimiento pendular de la Historia, se arribe a un camino medio en el cual lo mejor de ambos mundos -autonomía para operar más investigación profunda de empresas y sectores fuera del mainstream- pueda ser efectivamente reunido en la figura del inversor retail. 


En el mientras tanto, citar a Buffett o Lynch parecerá como apelar a un "recuerdo del pasado" como así referirse a Michael Burry sonará como estar mencionando a un "outsider", soslayándose así la realidad de que inversores y analistas ilustres como ellos nos han permitido conocer un panorama de valor muchísimo más amplio, es decir, mucho más variado. 


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