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“El Rulero” cumplió 40 años: historia, construcción y renovación de uno de los edificios de oficinas más icónicos de la geografía porteña

Infobae.


La Torre Prourban, más conocida como “el Rulero” por su forma cilíndrica, cumplió 40 años desde su inauguración, en 1984 (aunque la construcción terminó en 1983). Ubicada en la estratégica esquina de Avenida del Libertador y Carlos Pellegrini, en Retiro, este edificio de 107 metros de altura se consolidó como un ícono urbano que marca el ingreso a la emblemática Avenida 9 de Julio.


Para celebrar este hito, se realizó un evento especial que reunió a destacadas personalidades del ámbito arquitectónico y empresarial de la ciudad de Buenos Aires e incluye una muestra fotográfica que repasa el proceso constructivo original y las más recientes renovaciones.


Actualmente, hay lista de espera de empresas interesadas en mudarse allí, algo poco habitual en otros edificios. El valor de alquiler, según datos del mercado corporativo, oscila en USD 30 por metro cuadrado.


Operan principalmente empresas financieras, embajadas y oficinas de holdings corporativos, como el Grupo Macri, fundado por Franco Macri, padre del ex presidente Mauricio Macri. En el inmueble operaron y lo siguen haciendo algunas automotrices que también contribuyeron a la fama de “El Rulero”, como FIAT, entre otras.


Trayectoria y cómo se edificó

La historia del edificio comienza a fines de los años 70, cuando la empresa Sideco adquirió el terreno en una esquina privilegiada de la ciudad, apuntando a desarrollar un edificio que reflejara innovación arquitectónica.


La obra se inició a fines de los ´70 (Foto Gentileza: Estudio de Arquitectura MSGSSS)

Según Justo Solsona, uno de los arquitectos a cargo del proyecto y miembro del estudio MSGSSV (que fue premiado por esta obra), la propuesta de un edificio cilíndrico fue seleccionada no solo por su singularidad estética, sino también por sus ventajas estructurales. “La forma cilíndrica permitía optimizar la resistencia al viento, lo que significó un ahorro significativo en la construcción”, destacó a Infobae.


La torre, que cuenta con 27 pisos de oficinas y dos niveles adicionales para equipos técnicos, se construyó con un sistema de “tubo en tubo”. Esta técnica consiste en una estructura doble —una interior y otra exterior— que permite liberar el espacio perimetral para oficinas y maximizar la entrada de luz natural.


La fachada, de hormigón visto, se caracteriza por buñas horizontales y verticales y ventanas cuadradas de gran formato, lo que le otorga su distintiva apariencia robusta y atemporal.

El impacto del “Rulero” en la dinámica urbana

La influencia de la Torre Prourban en la configuración de su entorno es importante para la ciudad, además es uno de los edificios más fotografiados de CABA junto con el Comega y Chacofi II (próximo con “El Rulero”), otros dos iconos del Centro porteño.


Solsona reflexionó sobre cómo el edificio ayudó a transformar la entrada a la Avenida 9 de Julio al establecer un diálogo arquitectónico con otras construcciones en la zona. “A pesar de los cambios en la ciudad, el entorno inmediato de la torre se mantuvo relativamente constante, preservó el carácter que este edificio le imprimió desde sus inicios”.


Desafió su época

La construcción del edificio tomó aproximadamente dos años y medio, un tiempo notablemente corto para un proyecto de esta envergadura, informaron desde el sector inmobiliario.


Solsona recordó que, “a pesar de los desafíos técnicos, Sideco respetó el diseño original durante todo el proceso, aunque se introdujeron ajustes menores, como la inclusión de una escalera de emergencia debido a una nueva normativa municipal”.

El resultado fue un edificio que no solo redefinió el skyline de Buenos Aires, sino que también se convirtió en un referente para futuras construcciones en la zona. Varias filmaciones y películas se hicieron allí

Desde su inauguración, la torre se mantuvo como uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, en parte por su ubicación estratégica que marca la entrada a una de las avenidas más importantes de Buenos Aires.


“Es un edificio que se distingue por su simplicidad y al mismo tiempo por su capacidad de generar un impacto visual significativo”, añadió Solsona.


Modernización y revitalización urbana

En las últimas décadas, la Torre experimentó un proceso de renovación constante para adaptarse a las necesidades sin perder su esencia original. Desde 2019, la gestión estuvo a cargo de Waves in Movement, bajo la dirección de Marcos Villanueva, quien destacó las múltiples intervenciones realizadas en los últimos años para mantener la torre al día. “Nos enfocamos en modernizar las instalaciones, pero siempre con el respeto por el legado arquitectónico de este edificio”, señaló durante el evento de aniversario.


Entre las mejoras más destacadas se incluyen:

  • Reemplazo del sistema de climatización por chillers (enfriadores, se refiere a sistemas de refrigeración utilizados para climatizar grandes edificios, enfría el agua que circula a través de los sistemas de aire acondicionado) más eficientes.

  • Modernización de las baterías de ascensores, con tecnología de llamada anticipada que optimiza la circulación.

  • Actualización integral del sistema de control de acceso para garantizar la seguridad.

Se hicieron modificaciones en la zona de ascensores

  • Restauración y pintura de la fachada, que mantiene su carácter de hormigón visto.

  • Renovación del lobby principal con nueva iluminación y cielo raso, mejora la atmósfera de las áreas comunes.

Estas renovaciones permitieron que la Torre Prourban continúe siendo competitiva en el mercado de oficinas premium de la ciudad, atrayendo a empresas que buscan espacios modernos y funcionales.


Villanueva subrayó la importancia de estos trabajos: “Cada intervención fue pensada para mejorar la experiencia de los usuarios y al mismo tiempo preservar el valor histórico del edificio”.


Más espacios verdes y sostenibilidad

De cara al futuro, se anunció un nuevo proyecto que se pondrá en marcha en 2025: la creación de un espacio verde que rodeará la torre, transformará sus jardines en áreas de uso común más accesibles.


Este proyecto es el resultado de un concurso liderado por la Sociedad Central de Arquitectos (el arquitecto ganador del curso es Pablo Guerra de Mendoza) y busca mejorar la integración del edificio con su entorno, fomentará así el uso de espacios al aire libre en un contexto donde las empresas valoran cada vez más el bienestar de sus empleados.

“El objetivo es que este espacio verde no sea solo un área decorativa, sino un punto de encuentro que incentive la creatividad y el bienestar de quienes trabajan aquí”, explicó Villanueva.


Además, el proyecto apunta a responder a la demanda de empresas que buscan atraer talento ofreciendo entornos laborales más sostenibles y en contacto con la naturaleza.

Área verde y espacios cercanos al ingreso del edificio serán renovados en 2025

El evento de celebración concluyó con una muestra fotográfica. “La Torre Prourban no solo es un símbolo de la arquitectura porteña, sino un ejemplo de cómo un edificio puede seguir transformándose sin perder su esencia”, concluyó Villanueva.


Ficha técnica de “El Rulero”

  • Arquitectura: MSGSSV / Flora Manteola, Javier Sánchez Gómez, Josefa Santos, Justo Solsona, Rafael Viñoly (arquitecto uruguayo que falleció en 2023). También participó el arquitecto Carlos Sallaberry.

  • Proyecto: 1976-1977.

  • Finalización: 1983.

  • Promotor: Creaurban.

  • Superficie total construida: 31.400 metros cuadrados (21.000 m2 de oficinas + 10.000 m2 de estacionamiento).

  • Altura: 27 pisos y dos subsuelos.

  • Superficie de planta: 750 m2.

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