Entre noviembre de 2020 e igual mes de 2022 cerraron 2.054 empresas del sector inmobiliario en la Argentina. Para los expertos, la retracción es consecuencia directa de un largo período de retroceso en la cantidad de operaciones de compra-venta, principalmente en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). También incidió la implementación de la Ley de Alquileres.
En detalle, según datos publicados por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), en 2020 había 33.133 inmobiliarias en todo el país. Un año después, la cantidad de empresas registradas ya había bajado a 31.646 y en el anteúltimo mes de 2022 ya eran solo 31.079.
Lo llamativo, es que el sector inmobiliario fue a contramano de la tendencia general. Los datos estadísticos de la SRT indican que entre 2021 y 2022 abrieron 15.609 empresas en todo el país. Casi todos los sectores contribuyeron a esa recuperación, incluidos algunos que son claves para la economía, como la industria manufacturera y el comercio.
Por qué cerraron
Si bien el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) terminó el 2022 con cuatro caídas mensuales consecutivas, los números generales del año reflejaron una recuperación general del 5,2% en 2022, escenario que concuerda con la recuperación de más de 15.000 empresas a nivel nacional.
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Son las proyecciones más optimistas: la actividad podría evitar una caída mayor siempre que la inflación no se acelere aún más y los salarios puedan sostener el nivel de consumo. Qué dicen, del otro lado, los pronósticos más sombríos
¿Por qué las firmas del sector inmobiliario no pudieron acoplarse a la recuperación general que se dio desde la salida de la pandemia? La respuesta puede encontrarse en dos grandes factores: el desajuste que generó la implementación de la llamada Ley de Alquileres y la fuerte disminución de la cantidad de contratos de compra-venta.
Hubo una leve recuperación de las operaciones de compra-venta en los últimos meses. (Gettyimages)
En lo que respecta al primer punto, es importante recordar que la nueva normativa entró en vigencia el 30 de junio de 2020. A partir de entonces la actividad de contratos de alquiler se resintió mucho y la oferta de inmuebles disponibles en el mercado cayó estrepitosamente.
Alejandro Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina, explicó que desde que la ley entró en vigencia hubo un “achique” de la estructura de las oficinas de las empresas inmobiliarias. “A la Ley de Alquileres se sumó la eliminación de los honorarios profesionales en CABA. Todo eso repercutió en las empresas”, sostuvo.
Según el referente del sector, para que exista un cambio de tendencia es fundamental que se haga “al menos una cirugía menor” en la normativa. “Se debería retrotraer la duración del contrato de tres a dos años. Además, la actualización debería ser como máximo cada seis meses y a la fórmula de actualización se le debería anexar el Coeficiente de Variación Salarial”, opinó.
En lo que respecta a la reducción de la cantidad de operaciones, Bennazar sostuvo que la actividad cayó con fuerza en los últimos cinco años, lo que puso en jaque a muchas empresas de todo el país. “Lo positivo, es que desde diciembre se viene notando una recuperación. Ese mes superamos la cantidad de escrituras registradas en diciembre de 2018. Eso no dio muchas expectativas”, subrayó.
También José Rozados, presidente de Reporte Inmobiliario, se refirió a la “fuerte caída” en la cantidad de escrituras y operaciones de compra-venta. “Son pocas las empresas que se dedican solo a administrar alquileres. Casi todas las firmas inmobiliarias se sustentan con las operaciones de compra-venta”, subrayó.
De acuerdo con Rozados, un repaso de lo ocurrido en CABA en los últimos años permiten entender qué pasó con la actividad general, dado que la mayor parte de la caída se registró en esa jurisdicción. Además, más de la mitad de las inmobiliarias del país están en Ciudad de Buenos Aires.
El presidente de Reporte Inmobiliario indicó que en 2017 se firmaron 63.394 escrituras de compra-venta en CABA; un año más tarde el tamaño de mercado se redujo a 55.892 operaciones y en 2019 cayó en picada a 33.411. “En solo dos años el mercado se achicó a la mitad”, subrayó.
En 2020 hubo aún menos operaciones, pero se debe tener en cuenta que ese fue un año particular por la irrupción de la pandemia. “En 2021 y 2022 el mercado tendió a estabilizarse cerca de las 33.000 operaciones de compra-venta en CABA, un número que está muy lejos de lo que conseguimos en 2017. Tantos años de retracciones y malos resultados llevaron a que cerraran cientos de inmobiliarias”, lamentó Rozados.
El escenario que describió el experto en el sector inmobiliario coincide con los datos de la SRT. Según las estadísticas oficiales, en 2019 había 22.028 empresas inmobiliarias en CABA (no hay datos desglosados de años anteriores). Un año más tarde se registraron solo 20.947 compañías (1.081 menos), en 2021 fueron 19.857 y en 2022 se contabilizaron 19.291 firmas. Es decir que, de punta a punta, la Ciudad perdió 2.737 inmobiliarias.
“Ahora se está viendo el reflejo de una actividad que se contrajo casi a la mitad desde 2017 hasta hoy. Eso repercutió en los cierres posteriores. Hay una correlación entre el cierre de empresas y la caída de la actividad”, aseguró.
Para Rozados, es difícil proyectar crecimiento para el 2023, teniendo en cuenta la inestabilidad política por el año electoral y la gran incertidumbre económica. “Es difícil que se den las variables que se necesitan para que haya estabilidad. Con esta inflación es imposible instrumentar créditos hipotecarios razonables para que la gente compre propiedades”, alertó.
Fue mucho más optimista Bennazar, quien a raíz de la recuperación que se ha dado en los últimos meses, considera que “el 2023 será bisagra” y que “desde el 2024 en adelante el nivel de actividad crecerá de forma considerable”.
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