Mejorar la identidad y la relación con los demás y los espacios físicos que habitamos, ya sean salvajes o creados por humanos, es el objetivo de Snøhetta, un estudio noruego que diseña desde museos, observatorios, gráficos y casas de muñecas que persiguen este propósito. Recientemente, apostó por otro ambicioso proyecto en Hong Kong: una granja urbana que trae espacios verdes y de relax al corazón de la ciudad más densamente poblada del planeta.
Su objetivo es llevar la tranquilidad del campo a las bulliciosas junglas de concreto. A pesar de que las personas que viven en grandes ciudades tienen muchas ventajas, como más posibilidades de encontrar trabajo o mayor oferta cultural, hace unos años un estudio alemán reveló que quienes nacen y son criados en estos lugares tienen un riesgo de por vida más elevado de trastornos de ansiedad y del estado de ánimo.
Con esto en mente, el estudio de arquitectos buscó ofrecer espacios que ayuden a desacelerar la constante adrenalina y ansiedad que genera vivir en una de las ciudades más grandes del mundo.
En 2017, New World Development encargó a Snøhetta diseñar casas club residenciales llamada The Pavilia Farm para así crear un espacio verde relajante en medio de la ajetreada vida de la gran ciudad. Su objetivo era proporcionar un espacio donde las personas pudieran interactuar, compartir experiencias y disfrutar de la agricultura urbana en un jardín común. Dos de las tres casas club están terminadas y acaban de abrir, mientras que se espera que la última casa esté terminada a fines de 2023.
Las tres casas club llevan el nombre de The Tea House, Sky House y The Farm House. En esta última, personas de todos los grupos de edad y posiciones sociales podrán compartir la experiencia de plantar, nutrir y comer de su huerta de 26.000 m².
Rodeadas de montañas y conectadas con el río Shing Mun, Snøhetta creó las casas club estrechamente integradas con la naturaleza. Otro de sus objetivos, además de unir a las personas con la naturaleza, es unirlas entre ellas, por lo que una propiedad colectiva crea espacios que no son de nadie y de todos a la vez.
Cada casa tiene su particularidad. En el caso de The Tea House, el agua es el elemento principal. El edificio tiene una piscina cubierta por un lado y una cascada por el otro. En contraste con su energía meditativa, The Farm House es un lugar de reunión. Rodeada por la granja urbana y sus productos, se convierte en la pieza central del club.
FUENTE: LA NACIÓN.
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