La Nación.
Las oportunidades de invertir en real estate y refugiarse en ladrillo no existen sólo en la Argentina, también hay opciones en el exterior, en ciudades de España. En una zona cercana a Madrid se da una ecuación singular que promete potencial: el desembarco de los centros logísticos de grandes empresas genera oferta laboral y, como consecuencia, hay españoles que miran las afueras de las grandes urbes para mudarse. Además, hay otra variable que se agrega a la fórmula: existen nuevos proyectos inmobiliarios en los que se puede invertir en estos lugares, para quienes busquen generar rentabilidad comprando una propiedad y ofreciéndola en alquiler.
España es un país que, además de que cada vez atrae a más argentinos para mudarse, está transitando una “expulsión” de sus ciudadanos de los centros de las grandes ciudades hacia las afueras. Este fenómeno, en parte se explica por el golpe que está sufriendo el mercado de alquileres español con poca oferta y altos precios, con valores que se incrementaron 13,2% durante los últimos 12 meses, según el portal inmobiliario español Idealista.
“La Ley por el Derecho a la Vivienda Nro. 12/2023, del 24 de mayo de 2023 provocó la desaparición de la oferta por la desconfianza de los propietarios, que retiraron sus inmuebles del alquiler tradicional y muchos los volcaron al temporario, de hecho ha habido un aumento del 55% interanual de ellos”, explica Enrique Abatti, presidente de la Cámara de Propietarios de la República Argentina y referente mundial de ese mercado, alegando que es una situación lógica, dado que España recibe anualmente unos 50 millones de turistas, por lo que se trata de un negocio rentable.
Esta situación generó una escasez de oferta de alquiler en las grandes ciudades de ese país (según medios inmobiliarios especializados, en el último año, la oferta de alquileres permanente se ha reducido un 17%) y un crecimiento de las áreas aledañas. “Se han creado incluso ciudades dormitorios, lugares que están en las afueras de las grandes ciudades, donde mucha gente va a vivir, porque el que quiere alquilar no tiene donde mudarse”, señala Abatti.
Un caso de una zona en las afueras de las grandes urbes que protagoniza crecimiento es Guadalajara: la ciudad en la que viven más de 91.000 habitantes, ubicada a 50 km del aeropuerto de Madrid, que ocupa una extensión de 234 km² y es una zona en la que diferentes compañías han realizado fuertes inversiones.
Con cinco millones y medio de metros cuadrados en depósitos, Guadalajara se convirtió en uno de los centros logísticos más importantes de España. En 2023 desembarcaron siete empresas, entre ellas DB Schenker, uno de los almacenes de comercio electrónico más grandes de España, que cuenta con 48.000 m² y que tiene a la marca Adidas como su principal cliente. Esta movida generó una demanda de empleo para los españoles y un dinamismo en el mercado inmobiliario por la necesidad que tienen los trabajadores de vivir en el área donde trabajan. Todos factores que se conjugan y pueden incentivar a los inversores a apostar por negocios en esas latitudes.
En este contexto, los desarrolladores miran oportunidades en las periferias de Madrid. “Decidimos comprar terrenos allí hace ocho años, ya que notamos que las grandes urbes se habían expandido en el mundo, pero todavía no lo habían hecho en España”, asegura Gustavo Menayed, CEO de Grupo Portland, el argentino que adquirió 156 parcelas en Cabanillas del Campo (municipio localizado en las afueras de la ciudad de Guadalajara) para construir 159 casas; 76 de ellas forman parte de la primera etapa del emprendimiento que estará listo en ocho meses.
Se trata de townhouses de 165 m², con jardín y garajes, que se venden por un ticket de €250.000. “A 10 minutos de allí, en el Corredor del Henares, las casas valen el doble”, señala Menayed y agrega que “son propiedades que puede adquirir la gente que va a trabajar a la zona, pero también inversores, ya que son inmuebles con demanda: se alquilan por entre €1000 y €1700 mensuales, en un negocio que gestiona la misma desarrolladora”.
Respecto al potencial de la zona, el empresario detalla que tiene una población de más de 10.000 habitantes, sobre la autopista A2. En ese sentido, señala que el proyecto salió a la venta hace un mes y medio y ya se concretaron el 50% de las compras a gente local. “Mi visión fue comprar ahí, en urbes no tan aproximadas, para que el trabajador adquiriera su casa a un valor más accesible”, explica Menayed.
El pueblo fantasma que se transforma
Por la misma zona, pero en otra arteria de Guadalajara, se ubica Valdeluz, un municipio a 64 kilómetros de Madrid que por mucho tiempo quedó olvidado. La zona se proyectó para contar con urbanizaciones de alto nivel, incluso para tener una estación del tren AVE de alta velocidad en la ruta que conecta la ciudad de Madrid con Barcelona. Sin embargo, terminó con construcciones abandonadas que la convirtieron en un “pueblo fantasma”, luego de una de las mayores crisis económicas que sufrió el país europeo.
“Es una ciudad, que poco a poco se va rearmando. De hecho, compramos dos construcciones a medio terminar en las que estamos avanzando con un proyecto que sumará 144 unidades”, detalla Menayed, que también apostó por esta área en las afueras de Madrid.
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