LN.
La comunidad del sector inmobiliario está profundamente consternada por la sorpresiva pérdida, a los 61 años. de un hombre reconocido por su profesionalidad, entusiasmo y buena energía: Jorge D‘Odorico, titular de la inmobiliaria homónima que nació en el barrio porteño de Caballito a principios de los ochenta.
Jorge era el menor y “más mimado” de cinco hermanos que heredaron de su padre su pasión por las propiedades, que arrancó en el barrio de Villa Lugano. Jorge se descompensó mientras corría por los bosques de Palermo, una actividad que hacía con frecuencia. Fue trasladado al hospital Fernández, pero los profesionales no pudieron reanimarlo.
Jorge lideraba junto a su hermano Luis la inmobiliaria homónima, empresa que se convirtió en una de las más importantes de Caballito, hoy expandida a otros barrios con foco en Palermo y Belgrano. Además, desde mayo era el secretario de la Comisión Directiva del Automóvil Club Argentino (ACA), una responsabilidad que había encarado con mucha ilusión como todo lo que hacía en su vida. Desde 2008 formaba parte del club, donde había asumido diferentes cargos en la Comisión Asesora de Bienes Raíces, la Asamblea de Delegados y la Comisión Directiva.
Jorge D'Odorico junto a su mujer, Valeria, disfrutando de una de sus pasiones, el tenis
Compañero de la vida de Valeria, su mujer y la madre de sus dos hijos, “luz de sus ojos”, Martín y Lucas, Jorge era un hombre reconocido por sus amigos y allegados por su empatía, energía, alegría y su sonrisa permanente. “Gracias por regalarme la posibilidad de compartir este momento con mi hijo Martín. Esto para mi es una gran emoción”, se despidió del último Summit organizado por LA NACION a principios de julio de este año, al que asistió con su hijo mayor. “Es un emprendedor”, reforzaba con emoción, haciendo referencia a Guardian Capital, empresa dedicada al asesoramiento financiero fundada por su hijo mayor.
“Estaba muy feliz, le pedimos una foto a Eduardo”, recuerda Norberto Lepore, fundador de la inmobiliaria homónima, quien arrancó su carrera profesional con Jorge casi al mismo tiempo. “Nos conocimos a los 20 años. Éramos competidores, pero pronto nos volvimos amigos”, agrega con emoción, recordando que eran los más “chicos” del grupo de inmobiliarios. “En aquel momento el más fuerte del barrio de Caballito era Toselli Fuentes y nosotros lo mirábamos desde lejos, hasta que crecimos y más de una vez nos confundían, venían a la oficina y me decían D´Odorico”, sigue la charla con LA NACION Lepore.
Jorge D´Odorico, junto a Eduardo Costantini y Norberto Lepore en el evento de LA NACION
Fanático de los deportes, especialmente del tenis, “Jorge no se perdía ningún Roland Garros”, recuerdan sus amigos de “Históricos”, el grupo de WhatsApp formado por brokers inmobiliarios con vasta trayectoria que van desde Carlos D´Odorico –hermano de Jorge- y Armando Pepe hasta Chiche Ginevra, Jorge Toselli y Roberto Guichon, entre otros referentes que disfrutan de encontrarse una vez por mes.
“Estoy destrozado, era un tipo fuera de serie, con ganas de vivir”, reflexiona Armando Pepe, y recuerda que Jorge formaba parte como miembro de la agrupación política que fundó: Futuro Inmobiliario. “Era un optimista nato, nunca lo vi sin una sonrisa”, lo describe Jorge Antúnez Vega, una de las personas del sector más cercanas a Jorge y con una relación personal entrañable incluso entre las familias. De hecho, ambos fueron testigos de casamiento y Antúnez Vega es el padrino de su hijo Martín.
Durante los noventa y parte de los 2000, Jorge también fue parte del capítulo argentino de Fiabci, una organización global que representa a los profesionales del sector inmobiliario. Un espacio que le permitió compartir experiencias con colegas en destinos como Paris, Chicago y Suiza, por nombrar sólo algunos.
“Fue un padre ejemplar, muy preocupado por sus hijos y su educación”, recuerda Antúnez Vega, quien por última vez se lo cruzó en el evento de Arte BA organizado por Zonaprop hace poco más de un mes, y ahora a punto de embarcar su viaje a Buenos Aires desde Punta del Este, para despedir a su amigo.
Recordado por su inolvidable sonrisa, su chispa, su alegría, fuerza y su capacidad para disfrutar cada momento de su vida, sus colegas recuerdan cuando en una fiesta de máscaras organizada semanas antes de la pandemia fue el conductor maestro de ceremonia en la que animó y desestructuró cada uno de los momentos con sus chistes y comentarios.
“Era un hombre muy empoderado siempre dispuesto a participar”, finaliza el referente inmobiliario Roberto Guichon, consternado, recordando cada una de las anécdotas compartidas en los viajes cuando era presidente mundial para las Américas de Fiabci.
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