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La ciudad europea que organiza un operativo para “llevarse de a uno a cada uno de sus edificios”

La Nación.



En la ciudad sueca de Kiruna (creada hace unos 125 años), muy próxima al Ártico, se está planeando un éxodo de grandes magnitudes. Allí, desde hace un tiempo, las autoridades idearon un plan para vaciar la urbe. El traslado, como afirmaron los funcionarios, será gradual y organizado. Está previsto mudar edificio por edificio. La idea es no hacerlo a las apuradas, pero a la vez, tampoco es cuestión de perder tiempo. El proyecto lleva varios años y tiene como principal responsable a la mayor y más moderna mina subterránea de hierro del planeta, dirigida por la empresa minera LKAB.


La compañía afirmó que en las cercanías se descubrió la que podría ser la mayor mina de tierras raras del Viejo Continente. Este territorio tendría unos “585 millones de toneladas de mineral, con al menos un millón de toneladas de óxidos de praseodimio o neodimio”, según se dio a conocer en varias notas periodísticas. Se trata de minerales necesarios para la fabricación de vehículos eléctricos.


Según Ebba Busch, Ministra sueca de Energía, Comercio e Industria, la explotación minera de las tierras podría comenzar recién en 10 o 15 años y esto representaría la electrificación y la autosuficiencia de la Unión Europea, de China (la mayoría de los países europeos al día de hoy dependen de Pekín para obtener materiales de tierras raras) y de Rusia. Los especialistas sostienen que el yacimiento podría ser de gran ayuda para la construcción de turbinas eólicas, productos vitales para la transformación sostenible que impulsa Europa.


Las denominadas tierras raras son esenciales en la producción de aparatos electrónicos, electrodomésticos, nanotecnología, iluminación, pantallas de cristal líquido y teléfonos inteligentes, entre otros. Según algunos reportes, existen yacimientos de tierras raras en varios países europeos, sobre todo en los escandinavos.


Las autoridades sostienen que el éxodo será un movimiento planificado, que buscará generar el menor impacto posible. El nuevo destino, ubicado a unos tres kilómetros de la actual ciudad, está siendo planeado con todos los principios sustentables que deben tener en cuenta las nuevas ciudades. Pero tendrá algunas características singulares como por ejemplo que en vez de crear nuevos inmuebles, se trasladará “edificio por edificio, muro a muro”, sostuvieron los funcionarios. Pero esto no se trata de una declaración de campaña política, sino que se trata de una afirmación literal. Por ejemplo, en el caso de la iglesia luterana local, un edificio construido en 1912 y declarado monumento histórico, será trasladado parte por parte.


Los ciudadanos -actualmente, unos 23.000- están felices con la determinación, ya que el inmueble forma parte de la identidad de esa comunidad. Pero según se dejó saber, los vecinos de Kiruna pidieron para la nueva ciudad que se está proyectando que tenga más zonas peatonales y espacios verdes para poder realizar actividades al aire libre.


La próxima urbe, que tendrá unos 450.000 metros cuadrados de edificios residenciales, públicos, comerciales y de ocio, estará operativa en 2035. La nueva Kiruna prestará principal atención al medio ambiente y ofrecerá edificios más sustentables. Además, prevé brindar una serie de soluciones para la movilidad sostenible. Con relación a este tema, para 2030, Suecia espera reducir en un 70% las emisiones de dióxido de carbono procedentes del transporte.


Según los especialistas, el descubrimiento de la mayor mina de tierras raras de Suecia cambiaría el paradigma de transformación que estaba llevando adelante esa región, acelerando los plazos de la transición energética.

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