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Litio: 140 mil argentinos ya trabajan en la industria dentro del país

Perfil.


Es sabido que la industria minera del litio y el cobre son actividades pujantes que incorporan a la carrera a los principales países productores del mundo. Según el último relevamiento de la reconocida consultora Grant Thornton, se estima que en Argentina la producción total de litio pasará de las 30.000 toneladas alcanzadas en 2022 a la cantidad de más de 110.000 toneladas en 2030.


Lo cierto es que el litio en particular desempeña un rol fundamental en el camino iniciado hacia la transición energética y la sostenibilidad. En ese sentido, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), anticipó que según un escenario de desarrollo sostenible de la Agencia Internacional de Energía, la demanda de litio se multiplicará por 42 hacia el año 2040.


El mapa del litio y el rol de Argentina

Dentro de la industria que explota el “oro blanco” tan codiciado, Argentina ocupa el segundo lugar a nivel global entre los países que tienen mayor cantidad de reservas de litio, después de Bolivia que conserva el liderazgo. A su vez, el país se posiciona en el cuarto lugar del ranking mundial de los principales productores. En la cima de la lista se encuentran Chile, Australia y China.


Las estimaciones de expertos del sector pronostican en base al explosivo desarrollo del país dentro de la industria global, que Argentina registrará un fuerte aumento en la producción los años venideros. En ese sentido, proyectan que para el 2030, Chile y Australia, que en la actualidad alcanzan una producción conjunta de casi el 70%, pasarán a representar aproximadamente el 35-40% de la producción mundial de litio.


Mientras Argentina continuará en su camino de desarrollo y marcado crecimiento productivo, con la base del fuerte impulso y potencial que generan las provincias de la Puna para el sector.


Los datos oficiales que aporta el Ministerio de Economía, dan cuenta numerosos proyectos de litio en el país, Tres en etapa de producción ubicados en Jujuy y Catamarca, a la vez que otros seis están en fase de construcción en las provincias de Salta y Catamarca. Asimismo, el país también tiene 20 proyectos en etapa de exploración avanzada y 22 en diversas fases de desarrollo y exploración en Salta, Catamarca, Jujuy, San Juan y Río Negro.


Rápido crecimiento y boom laboral

En este contexto de explosivo desarrollo, con un crecimiento anual del 23%, se da también un boom en la generación de fuentes de empleo en Argentina. De hecho, la industria del litio en el país da empleo directo a 38.500 personas. En paralelo, genera entre 80.000 y 100.000 puestos de trabajo indirectos. Salta es una de las provincias argentinas que registró un crecimiento constante y progresivo dentro de la industria, con requisitos concretos para impulsar que la mayor cantidad de puestos de trabajo sean ocupados por residentes locales.


Precisamente por el potencial y la destacada importancia alcanzada por la industria del litio en Argentina, el impulso de proyectos de extracción de litio es una prioridad. Estos desarrollos de litio también tienen relevancia fundamental por el impacto en otras industrias y en la matriz energética global. Según las estimaciones de especialistas, la producción total de litio en el país registrará un aumento significativo, pasando de 30.000 toneladas en 2022 a más de 110.000 toneladas para 2030.


Inversiones y planificación

Pese a la importancia de la industria, ciertos aspectos obstaculizan el avance más fluido. Tal es el caso de la planificación, las inversiones, los permisos necesarios y la organización de una planta de producción de litio. Todo lo cual requiere de una coordinación en detalle que puede demandar entre 6 y 8 años para poder alcanzar la etapa operativa. Por otra parte, la producción misma es posible que necesite 1 año, en los casos que se aplica el método convencional de evaporación en estanques.


Cabe señalar que en busca de acelerar la producción de litio, la industria comienza a explorar vías alternativas. Así, el país se va en un camino de transición, para reemplazar los métodos de producción más tradicionales basados en aluminio, electrólisis y solventes por otros conocidos como de “producción directa”. Desde la consultora Grant Thornton Argentina, destacan que “existen tres empresas en China y una en Argentina que ya están desarrollando esta tecnología”.


Actividad sin regulación nacional

Es indudable la importancia que la industria del litio tiene en Argentina y el mundo. No obstante, es importante recordar que se trata de una actividad que pese a su gran potencial a futuro, aún no tiene regulación nacional. En ese sentido, es la propia Constitución Nacional la que pone en cabeza de las provincias la regulación de sus recursos naturales. Esto implica que cada provincia puede regular el uso y disposición del litio.


Es el Código de Minería (Ley 24.585) que a nivel nacional regula sobre la adquisición, explotación y aprovechamiento de minerales. Por su parte, la Ley de Inversiones Mineras (Ley 24.196) es la normativa que reglamente sobre los beneficios tributarios en diferentes etapas del proyecto. Ambas normas, dan la base y marco legal para que las provincias establezcan sus propias regulaciones locales.


Desde Grant Thornton Argentina precisan que “Salta estableció sus propios Juzgados de Minas y cuenta con la Dirección de Minería Provincial para brindar seguridad jurídica a los proyectos en la provincia”.


El camino hacia la transición energética comenzó y el litio cumple un rol crucial para mutar hacia un mundo libre de carbono. El aporte es fundamental para la industria del transporte, precisamente porque la fuente de energía más eficiente para los vehículos eléctricos son las baterías de litio.


En esta transición hacia la movilidad eléctrica, el papel del litio es clave. Se estima que para 2030, casi el 45% de los automóviles serán eléctricos. Por consiguiente, este se presenta como el desafío para Argentina: desarrollar infraestructuras eléctricas y sistemas de suministro de agua suficientes en regiones de la Puna para impulsar la producción. Eso en pos de asegurar el avance de la industria en el país, en un contexto de creciente competencia a nivel global.

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