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Los gigantes de la construcción española consolidan su posición como referentes internacionales

El Mundo.


Una de las principales consecuencias de la crisis financiera de 2008 en España fue la súbita caída de la inversión pública. Y entre los sectores más afectados por este descenso destacó el de las infraestructuras, lo que provocó que las grandes compañías pusieran la vista en otros mercados más allá de sus fronteras con el fin de mantener un nivel similar de ingresos o incluso aumentarlo. Y este movimiento, a juzgar por lo sucedido durante los últimos 15 años, ha dado sus frutos, situando a las constructoras españolas entre las más importantes de su negocio a escala global.


Su progresiva expansión hacia el exterior sólo se ha visto frenada, ligeramente, por el repunte de la contratación pública registrado en España en 2022 como consecuencia de la llegada de los fondos europeos Next Generation. Ese año, el número de contratos internacionales de las seis grandes constructoras españolas (ACS, Ferrovial, Acciona, FCC, Sacyr y OHLA), representó, según datos oficiales, el 81,1% del total, frente al 82,3% de 2021.


Un descenso suave que no supone un cambio drástico y que sigue manteniendo la actividad exterior de estas multinacionales por encima del 80%, un dato muy significativo. De hecho, en términos de volumen, se sigue manteniendo la tendencia alcista: estos seis grandes grupos constructores contabilizaron al cierre de 2022 más de 168.400 millones de euros en encargos internacionales, lo que supone un incremento interanual del 4,5%.


«En España, contamos con un alto nivel de formación técnica y profesional en el sector de ingeniería, lo que se refleja en la calidad y la innovación de los proyectos desarrollados», apuntan desde Ferrovial como una de las causas de la contratación de empresas españolas en el extranjero. «Esta excelencia en la ingeniería se complementa con un ecosistema de proveedores altamente cualificados, capaces de adaptarse a las demandas específicas de cada proyecto con eficiencia y flexibilidad».


Este potencial, según Laura Cózar, socia de la consultora Accuracy, especializada en infraestructuras y energía, lo están aprovechando en otros países debido a «la falta de proyectos y los obstáculos normativos, que han provocado que España haya perdido competitividad y dinamismo». Además, añade: «Si uno mira al panorama internacional, en el contexto actual es una anomalía regulatoria que a los contratos de obra pública no se les haya reincorporado la revisión de precios, o que la rentabilidad de las concesiones esté limitada a lo que la Administración considera razonable».


Otro de los motivos a los que apunta Ferrovial es el enfoque integral de las empresas españolas a la hora de poner en marcha proyectos, abarcando «desde la financiación hasta el diseño, pasando por la construcción, la operación y el mantenimiento». Esto contrasta con la concepción que tienen en otros países. Por ejemplo, añaden desde la multinacional, «en Estados Unidos, muchas empresas se especializan exclusivamente en una fase del proyecto, lo que obliga a contratar a múltiples entidades para cubrir todas las necesidades y coordinarlas eficazmente».


UN MERCADO ESTRATÉGICO

Norteamérica es, precisamente, uno de los enclaves fundamentales en la estrategia de expansión exterior de Ferrovial. Concretamente, según afirman, «más del 90% del valor de la entidad, en términos de equity value, procede de activos internacionales, y el 75% del valor de la compañía proviene de proyectos en suelo estadounidense y canadiense».


En Estados Unidos, Ferrovial está ejecutando una de sus obras más ambiciosas, la de la nueva terminal uno del Aeropuerto John Fitgerald Kennedy de Nueva York. En 2022, la compañía compró una participación en la concesión de este proyecto, que prevé convertir la terminal en una de las más sostenibles y avanzadas del mundo. La construcción concluirá en 2030 y, durante todo el proceso, creará más de 10.000 puestos de trabajo (6.000 de ellos, de construcción). Además, gracias a los acuerdos que ya se están cerrando con aerolíneas de todo el globo, se espera que reciba alrededor de 23 millones de pasajeros al año.


Por otra parte, Ferrovial fue una de las compañías seleccionadas para el diseño de la construcción y financiación de un tramo de una línea del Metro de Toronto, en Canadá. La conocida como Ontario Line South Civil comprende un sistema de tránsito rápido y autónomo de unos 6,7 kilómetros que cuenta con siete estaciones, seis de ellas subterráneas.


En opinión de Cózar, la apuesta de Ferrovial por Norteamérica tiene mucho sentido en el actual contexto. Por un lado, Estados Unidos, «gracias a la los dos grandes programas lanzados por la Administración Biden en 2021 -la Ley Bipartidista de Infraestructura y la Inflation Reduction Act- movilizará el mayor monto de inversión en carreteras, agua, internet de alta velocidad y energía limpia en más de un siglo». En Canadá, como recuerda la experta, «más allá de tener un mercado activo de transacciones en el mercado secundario, durante los últimos años ha experimentado un aumento en las inversiones en infraestructura y proyectos de capital, consolidando su posición como un centro importante de construcción y desarrollo».


Todo esto influye en que otro de los gigantes españoles de las infraestructuras, OHLA, haya intensificado también su presencia en territorio norteamericano. De hecho, la compañía ha cerrado en Estados Unidos un contrato de 2.210 millones de euros para ejecutar el proyecto ferroviario de Purple Line, en Maryland. El objetivo, tal como señalan desde la firma española, es «transformar el transporte en la región de Washington DC, al añadir un servicio de tren ligero con un sistema de tránsito interconectado que evitará el desplazamiento de 17.000 vehículos diarios».


EUROPA Y LATINOAMÉRICA

En lo que respecta a la situación del mercado europeo, Cózar no es tan optimista. Principalmente, por «la falta de proyectos greenfield (construcción desde cero) en sectores clásicos como transporte y agua». Pese a ello, compañías españolas como la citada OHLA siguen encontrando oportunidades interesantes en el Viejo Continente.


Sin ir más lejos, recientemente ha llevado a cabo el Proyecto Ski, un nuevo trazado ferroviario desde la salida sur de los túneles del Follo Line hasta el sur de la ciudad de Ski, en Noruega. En total, 3,5 kilómetros de recorrido, con 13,6 kilómetros de vías, 40 desvíos y una infraestructura diseñada para que los trenes alcancen velocidades de hasta 250 kilómetros por hora.


Otro mercado en el que se siguen fijando las empresas nacionales es el latinoamericano. Sacyr, que experimentó un notable ascenso del peso de su cartera internacional en 2022, pasando del 80,6% al 85%, inició ese mismo año la gestión de la Ruta 78, llamada también Autopista del Sol, en Chile. La carretera, que une las ciudades de Santiago y San Antonio, es una de las más importantes del país. La constructora ha invertido 900 millones de dólares en su ampliación y modernización, de la que se beneficiarán 1,7 millones de personas.


FCC también aumentó su actividad exterior en 2022, cerrando pedidos en el extranjero por más de de 40.000 millones de euros. El mercado latinoamericano jugó un papel clave a la hora de conseguir esta cifra, con proyectos como el túnel Guillermo Gaviria Echeverri (también conocido como Túnel del Toyo), en Colombia, cuya excavación finalizó el pasado mes de octubre.


Este túnel, con cerca de 10 kilómetros de extensión, es el más largo de América y tiene como objetivo comunicar toda la región de Antioquía: desde su capital, Medellín, situada en el interior, hasta la zona costera del Golfo de Urabá. Gracias al trabajo de cerca de 2.000 personas, se han construido 18 túneles, 30 puentes y 17 kilómetros de vías. FCC, además de tener un papel protagonista en estas obras, ha desarrollado otras actividades complementarias, como el revestimiento y la pavimentación de diferentes tramos.

Pese a ser posiblemente el más mediático, ese no ha sido el único proyecto desarrollado por la empresa española en Latinoamérica. Sin ir más lejos, FCC ha sido una de las entidades implicadas en la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en Callao (Perú).



Al margen de todas estas oportunidades de negocio que las multinacionales españolas siguen encontrando en suelo latinoamericano, Cózar opina que la salud de este mercado no es comparable a la de sus vecinos del norte, principalmente, por la «inestabilidad política generalizada». Incluso aquellos países con una mayor fortaleza institucional, como Chile y Colombia, se han visto afectados por esa inseguridad. Como muestra de ello, recuerda Cózar, «los 15 arbitrajes frente al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) de empresas españolas contra estados de esa zona».


UN VALOR SEGURO

Más allá de las peculiaridades de cada mercado, todo lo relacionado con las infraestructuras que favorezcan a la descarbonización continúa siendo un valor seguro para las constructoras. Como también remarca Cózar, «todas las economías han reaccionado al impacto del cambio climático poniendo en marcha planes estratégicos que tienen detrás políticas industriales y económicas que exigen movilizar volúmenes muy significativos de capital». Incluso en el caso de tecnologías inmaduras, como el hidrógeno verde, «las administraciones están dispuestas a asumir el riesgo».


Un claro ejemplo de esta apuesta global por la consecución de la neutralidad climática es la cartera de proyectos internacionales energéticos de OHLA. En total, entre las obras ya ejecutadas y las que se encuentran actualmente en construcción, cuenta con 2.300 megavatios (MW) de potencia instalada, energía suficiente para abastecer a un millón de hogares al año.


El grueso de esas iniciativas se concentra en España, donde OHLA gestiona cerca de 1.800 MW, con instalaciones fotovoltaicas y plantas termosolares en provincias como Sevilla, Badajoz, Zaragoza o Cáceres. Otro mercado en el que su actividad energética es muy relevante es el latinoamericano, donde acumula otro buen número de proyectos. A destacar, el parque fotovoltaico La Jacinta Solar, en Uruguay, con 65 MW de potencia.


De cara al corto y medio plazo, las previsiones de los expertos indican que las infraestructuras seguirán siendo una apuesta rentable en todo el mundo. Los datos que manejan en Accuracy sostienen que «los fondos de este sector seguirán ofreciendo retornos de doble dígito y una diversificación cada vez mayor». Además, concluye Cózar, «esta expansión ofrece a los inversores una gama más amplia de oportunidades para acceder a un sector resiliente y con potencial de crecimiento».

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