Cronista.
Nicolas Piallat es francés y un enamorado de la Argentina. Llegó al país muy joven, con el objetivo de aprender español. Pero, pronto, llegaron las oportunidades laborales y el amor hizo que echara raíces muy lejos de sus orígenes. Hace casi cinco años, asumió como gerente general en la filial de la alemana Knauf, especializada en productos para construcción en seco. Hoy, reconoce que aprendió a lidiar con la inflación y las restricciones para importar insumos.
Desde su oficina en Vicente López, en donde emplea a más de 40 personas, asegura que, a pesar de los vaivenes económicos, la Argentina es un país lleno de oportunidades. Con mucho camino aún por recorrer, sostiene que las construcciones sustentables y más amenas con el planeta tardarán décadas en afianzarse en la región. Además, dice que la empresa, con presencia en más de 90 países, reconoce a diario su trabajo y la fábrica que tiene en Mendoza sobresale por hacer las placas de yeso de la marca más livianas en el mundo.
¿Cómo llegó a la Argentina y a ocupar su cargo en Knauf?
Yo soy ingeniero industrial. En Francia, la carrera es una mezcla de ingeniero con administración de empresas. Siempre me gustó mucho viajar y, para mejorar el español, quería venir a América latina. Vine terminando los estudios solo. Me quedé a trabajar e inicié mi familia acá. Llegué a esta compañía hace casi cinco años porque conocía mucho a Knauf y a quien era su gerente en América latina.
¿En qué países de la región tiene presencia Knauf?
Chile, Colombia, Honduras, la Argentina y Brasil. Tenemos siete plantas en América latina, en cinco países. Acá, tenemos planta en Mendoza, que es la más grande de la región, con fuerte peso en perfiles, placas de yesos y yesos proyectables.
¿Cómo ve al sector de la construcción este año?
La construcción está privilegiada. Cuándo al país le va bien, a la construcción le va más que muy bien. Y, cuando hay crisis económica o financiera, la construcción es un refugio de valor, de oportunidades para inversores privados.
Hoy, tenemos muchas obras que se están iniciando y se habían suspendido en la pandemia. Además, mucha gente volcó sus ahorros en refacción durante la pandemia y continúa esa tendencia. Esto funcionó muy bien en lo que respecta a la construcción en seco porque no hay desperdicios ni suciedad. Se suma, también, que el costo de la construcción en dólares, todavía, sigue siendo una oportunidad. Aunque eso, lentamente, se está frenando. Lo que ven muchos inversores es que, a futuro, el mercado de real estate se va a reactivar.
¿Qué pasa en el mercado con las elecciones?
Las elecciones no están cambiando mucho. Pero sí toma relevancia la realidad financiera y económica del país. Lo privado, las oficinas, se paró mucho. Hay desarrolladores que cambiaron los emprendimientos de oficinas a viviendas. Este mercado se modificó. Hoy, vemos que cada piso tiene una especificación diferente, porque dan llave en mano a cualquier inversor que quiera comprar. eso es muy interesante para las placas acústicas, para las placas de purificador del aire. Se abre un nuevo negocio.
¿Cómo terminó el primer trimestre del año para Knauf?
Al primer trimestre, lo vimos bien. Cada año crecemos. Este año, cumplimos 25 y la planta se inauguró en octubre de 2001, un momento complejo. Pero ese es el ADN de la compañía y, siendo líder mundial, sigue un manejo muy familiar y muy ágil. Hoy, estamos un poco por debajo de lo que había planeado. Pero eso es por las restricciones a las importaciones.
¿Cuánto les impacta el cepo para importar?
Nos impacta mucho en el mix de producto. También, afecta a los costos. Tenemos una forma de trabajar alemana y, con estas medidas, es complicado. A muchos de los productos de valor agregado los fabricamos acá, en Mendoza. No importamos tantos productos terminados. Pero sí los insumos y la materia prima para fabricarlos.
¿Cuál es el stock con el que trabajan? ¿Tuvieron que parar la producción en algún momento?
Hoy, tenemos tres meses de stock. Hemos parado unas líneas pero secundarias. Lo que nos está pasando es que, cada dos o tres meses, se reduce a casi dos días el stock y estamos al límite. En la producción de masilla, tuvimos algunos parates. Pero no en la producción grande. La competencia sí tuvo que parar su planta ocho días y, para nosotros, eso fue una muy mala noticia. Hay ciertos insumos que usamos todas las empresas que producimos estos elementos que son 100% importados y no hay manera de producirlos en la Argentina. Por ejemplo, el cartón viene del exterior. Si no tenés este insumo, no podés trabajar. Es común para la fabricación de todas las placas.
¿Cuánto suben los precios de los insumos y como llevan esos aumentos al consumidor final? Hoy, lo que cambió mucho es la frecuencia de los incrementos. Aumentamos todos los meses por la inflación. Estamos con un nivel de aumento que nos cubre los costos. Lo que pasa es, que con la guerra de Ucrania y Rusia, la energía también aumentó. Además, con las restricciones, nos aumenta mucho el costo por el plazo de pago en el exterior a 180 días. Por más que vos liberes la SIRA, hay un tema que resolver, que es el de los plazos. Eso hace que nos aumenten los precios.
Por eso, hacemos inversión en materia de sustentable en la planta: si no hacemos esas inversiones, vamos a tener costos que van a estar por encima del 150%. Para poder contener eso, necesitamos una planta solar: es una forma de desinflar los costos que son relativos al dólar.
¿Qué inversiones hicieron en materia de ser una planta más sustentable?
Invertimos u$s 2 millones sólo en la Argentina el año pasado. Pretendemos ser una empresa que brinda elementos para construir viviendas buenas, resistentes pero, sobre todo, que la gente lo pueda pagar. Hay que convencer a los compradores de que, si utilizás nuestros productos, a los tres años van a notar un ahorro real en lo que es energía. Es difícil que la gente entienda que, de acá a tres años, no van a tener subsidios
"Yo soy muy optimista. Yo creo mucho en este país. Pero, acá, las cosas van a llevar más tiempo".
¿Estamos más atrasados que otros países de la región en cuanto a la construcción sustentable?
En la Facultad de Arquitectura, se está hablando cada vez más de la construcción en seco. Eso genera arquitectos más conscientes. Si tenés una política que fomente subsidios a quien invierta en construcciones sustentables o ahorros energéticos, si fomentás eso por parte del Estado, se va a construir más. Es una inversión para el Estado, para bajar el consumo de energía: eso permite que no haya cortes de luz, invertir a largo plazo. Es el huevo o la gallina. Si das créditos, se va a dinamizar, se pueden hacer ahorros energéticos. Es una política para mejorar el cotidiano. Construir eso va a llevar muchas décadas. La visión sustentable es eso.
En la Argentina, parece que estamos resolviendo más el día a día que viendo a largo plazo...
Si, yo lo entiendo eso. Formamos entre 3000 y 4000 profesionales por año. Capacitamos la parte técnica, de instalación. Es un trabajo de hormiga. Pero sabemos que, con el paso de los años, eso se va a instalar y la participación de la construcción en seco va a seguir creciendo. Entendemos que, hoy, hay un público que no tiene dinero para terminar una casa si, encima, le ponen productos que aíslan o que mejoran la calidad de vida. Pero, si vos le explicas, el público entiende.
¿Cómo lo ve ese cambio a futuro?
Yo soy muy optimista. Yo creo mucho en este país. Pero, acá, las cosas van a llevar más tiempo. Los conflictos entre la política y los gremios existen en todos lados, se van a resolver. En la Argentina, hay muchos avances sociales. En el casamiento homosexual, fuimos pioneros. Es un país abierto al mundo, es curioso. Hay mucho potencial por el nivel intelectual, lo vemos todos los días. Hay un potencial muy enorme en materia prima. En la década de 1920, era un país importante en el mundo.
La vivienda, en general, es central para el crecimiento de un país. El consumidor final va a ser el que exija materiales más sustentables. Pero eso hoy no existe. Todavía, no tenemos el etiquetado energético. Hay mucha capacitación para hacer en los municipios. Eso lleva tiempo, no sólo para generar leyes, sino para aplicarlas.
El consumo de placas por habitantes, en Chile es seis o siete veces más alto. Esto te muestra que acá hay mucho potencial, una oportunidad. Ya se sabe que nuestros productos traen beneficios.
¿Hoy están perdiendo rentabilidad?
En general, no tenemos grandes ganancias. Tenemos pérdidas. Pero porque tenemos muchos productos que se destacan ante la competencia. Para mantener los precios competitivos, muchas veces, tenemos pérdida.
¿Cuánto crecieron en facturación?
Estamos teniendo entre un 8% y un 10% de crecimiento por año en facturación.
¿Cuánto se exporta?
Se exporta el 30% de lo que se produce, a Chile, Paraguay y un poco a Brasil.
¿Cuánto más podría crecer la empresa en la Argentina sin las complicaciones que genera el cepo?
No es sólo el cepo: hay otros factores que también influyen. Es necesario tener acceso a los créditos para que el sector crezca. Antes, había muchas empresas medianas que miraban a Uruguay, Bolivia y Paraguay por la estabilidad económica. Hoy, los grupos apuestan a que, en tres años, el mercado se va a reactivar.
¿Cómo ve el mercado de oficinas? ¿Se empezó a dinamizar en los últimos meses?
Sí, el tema oficinas es uno de los sectores importantes con los que trabajamos. Cayó a su nivel más bajo en los últimos 20 años. Entonces, ahora, empieza la recuperación. Es un sector muy particular. Al tener el negocio diversificado, no nos afecta tanto y eso nos da la posibilidad de seguir creciendo.
¿Cuál es el nicho que más crece?
La refacción es lo que impulsa el negocio. El sector privado impulsa el negocio con desarrollos premium, sobre todo. En las provincias, algunos proyectos de hospitales o escuelas. Pero el que más empuja es la vivienda privada.
¿Cómo hacen para competir con Durlock, es una marca muy instalada?
Nosotros, en volumen, competimos. Pero nos diferenciamos porque tenemos un mix en productos de valor agregado y premium. En este sector, nosotros somos líderes. En la compañía, respetamos la red, no vendemos directo a las constructoras. Vendemos a las distribuidoras, que hacen un trabajo muy importante. Trabajamos mucho la generación de demanda con los profesionales.
Pretendemos tener la máxima cantidad de productos acá en el país. Tener todo fabricado acá nos evita los problemas del cepo, nos da una protección de empresa a largo plazo. Nosotros somos propietarios de la cantera. Trabajamos con un plan de extracción a 10 años. La calidad de piedra es importante. La capacitación de los profesionales, a eso apuntamos. Es una empresa transparente, nuestros clientes son empresas familiares. Hacemos lo que decimos y decimos lo que vamos a hacer.
¿Cómo le explica a la casa matriz lo que es trabajar en la Argentina con estos números inflacionarios?
Hace 25 años que conocen y vieron el desarrollo del negocio en el país. La planta de Mendoza es una de las mejores del mundo. Hacemos placas realmente livianas, pero resistentes. Es algo muy difícil y tenemos la placa más liviana de la marca Knauf en el mundo. Están muy orgullosos y valoran mucho el trabajo que hacemos acá. Realmente, hay mucha confianza por lo que hacemos. Les explicamos la economía del país pero, igualmente, ven que las cosas funcionan. Tenemos un desarrollo grande, confían en el país.
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