Puntual.
Plasticar es una empresa de Río Cuarto dedicada a la construcción con materiales reciclados. El proyecto nació en el año 2018 de la inquietud de cuatro estudiantes de Arquitectura y Urbanismo en la Universidad de Mendoza con sede en “el Imperio”. Impulsados por la necesidad de abordar la problemática de la contaminación e inspirados en el proyecto holandés Precious Plastic, adaptaron la tecnología para crear ladrillos de plástico, marcando el inicio de un emprendimiento que hoy combina sustentabilidad y diseño arquitectónico. ¿Cómo lo hacen? Convirtiendo residuos en productos atractivos y sustentables.
Inicialmente, Plasticar comenzó fabricando placas y listones de plástico reciclado, destacándose por su primer encargo: un parasol hecho con estos listones. Trabajando en el garaje de una casa, los fundadores lograron construir sus propias máquinas, lo que les permitió poner en marcha la producción. Con el tiempo, la empresa fue optimizando su proceso productivo, externalizando parte de la gestión de residuos para centrarse en la producción. Hoy, la compañía riocuartense no solo se diferencia por su enfoque ambiental y educativo, sino también por integrar un diseño arquitectónico de alta calidad en cada uno de sus productos: utilizan polietileno de alta densidad, polipropileno y poliestireno, plásticos seleccionados por su mayor densidad y resistencia. Cabe destacar que, desde 2020, llevan reciclados entre 4 y 8 toneladas de plástico por año, con un crecimiento constante en su capacidad de producción.
En una entrevista con Puntal, Juan Pablo Tavecchio, socio de Plasticar, comentó cómo fueron los inicios, las diferencias y aprendizajes que tuvieron, y mucho más.
¿Cómo surgió la idea de Plasticar?
Plasticar surge en el año 2017-2018. Éramos cuatro estudiantes de la carrera de Arquitectura y Urbanismo en la Universidad de Mendoza, con sede en Río Cuarto. Estábamos en nuestro último año y, para nuestro proyecto final de carrera, decidimos investigar la problemática de la contaminación tanto a nivel regional como mundial. El desafío que nos propusimos fue investigar de qué forma la arquitectura podía contribuir a esta problemática.
¿Qué encontraron durante su investigación?
Nos encontramos con una problemática muy grande: la contaminación afecta tanto a pequeñas comunidades como a grandes ciudades. Esto nos motivó a investigar cómo utilizar un material que generalmente se desecha, el plástico, para hacer arquitectura. Descubrimos muchas características y propiedades del plástico que nos parecieron fantásticas, ya que es un material dúctil, maleable y duradero. Encontramos el proyecto Precious Plastic de un ingeniero holandés. Este proyecto sube planos de máquinas de reciclaje doméstico a internet, permitiendo que cualquier persona pueda crear sus propias máquinas y centros de reciclaje. Vimos un video en el que el ingeniero mostraba un cubo de plástico reciclado, y nos dimos cuenta de que podíamos crear un ladrillo de plástico. Ese fue el momento en que decidimos enfocar nuestro proyecto en esa dirección.
¿Y cómo lograron llevar esa idea a la práctica?
Con el interés de aplicar nuestros conocimientos y fabricar un objeto útil en el campo de la construcción, comenzamos a crear nuestras propias máquinas. Ganamos un premio provincial, el programa Emprendium de Córdoba en 2018, que nos permitió montar un taller en el garaje de una casa donde vivíamos los cuatro. Adaptamos las máquinas del proyecto Precious Plastic a una escala un poco más grande y obtuvimos nuestra primera extrusora y trituradora de plástico.
¿Cuál fue el primer producto que desarrollaron?
Al principio, fabricamos placas de 40 cm por 40 cm para experimentación. Sin embargo, nos dimos cuenta de que nuestras máquinas funcionaban mejor para crear elementos lineales, como listones. Nuestro primer encargo fue un parasol hecho con estos listones, lo que nos demostró que Plasticar podía ser un emprendimiento viable.
¿Qué tipo de plásticos utilizan para la fabricación de sus productos? Teniendo en cuenta que necesitan un material resistente…
Los plásticos que utilizamos son el polietileno de alta densidad, el polipropileno y el poliestireno. Generalmente, esos tres tipos de plástico los usamos en dosificaciones distintas, mezclados entre los tres. No usamos el resto de los plásticos porque, como saben, existen muchos tipos de plástico y no todos se comportan de la misma forma frente a la transformación y la temperatura. Estos tres tipos de plástico, a medida que fuimos explorando y en nuestra etapa experimental, nos dimos cuenta de que, para obtener un material que sea rígido, que no se quiebre y que tenga las capacidades que necesitamos para crear un elemento constructivo, nos quedamos con las características que nos podían ofrecer estos tres tipos de plástico.
¿Cómo es el proceso de transformación del plástico triturado a los productos que fabrican?
El proceso de transformación comienza captando el plástico y clasificándose en nuestro taller. Luego, lo lavamos y procedemos a triturarlo en pequeñas partículas. Una vez clasificado y triturado, lo introducimos en nuestras extrusoras, donde se moldea e inyecta en nuestros moldes para fabricar los productos.
¿Podrías explicar cómo han optimizado el proceso de gestión del residuo a lo largo del tiempo?
Al principio, realizamos todo el proceso productivo en nuestras instalaciones, pero con el tiempo nos dimos cuenta de que la gestión del residuo era una tarea compleja y decidimos enfocarnos más en la producción. Actualmente, compramos la materia prima ya triturada a otros emprendedores que se dedican exclusivamente a la gestión del residuo. Trabajamos en colaboración con cooperativas o emprendedores para la captación, clasificación, lavado y triturado del material, adquiriéndolo en grandes cantidades ya preparado. Sin embargo, seguimos recibiendo material en bruto para fomentar la concienciación y permitir que la gente clasifique sus residuos y los lleve a nuestro taller. Procesamos una pequeña parte del material captado nosotros mismos, pero la mayor parte la tercerizamos a estos emprendedores para su triturado y preparación.
¿Cuál crees que fue el momento más importante de Plasticar?
El momento más importante de Plasticar, en mi opinión, es el día de hoy. Desde que comenzamos en 2018, hemos experimentado un crecimiento constante. Nuestra pequeña empresa ha crecido significativamente; ahora contamos con tres máquinas para procesar nuestra producción de listones y hemos ampliado nuestro equipo contratando personal. Además, hemos adquirido un conocimiento invaluable a lo largo de estos años, lo cual nos ha fortalecido como equipo. Creo que Plasticar representa hoy en día una marca registrada de sustentabilidad y una identidad fuerte, enfocada en hacer arquitectura de manera amigable con el medio ambiente. La respuesta positiva de la sociedad hacia nuestro emprendimiento ha sido increíble desde el inicio
¿Qué desafíos enfrentaron al principio cuando construían sus propias máquinas y montaban su taller en el garaje de una casa? ¿Pensaron en dejar todo en algún momento de ese proceso?
Los desafíos que enfrentamos en Plasticar los obtuvimos a la larga cuando Plasticar pasó de ser una investigación a ser una pequeña empresa. Al principio, estábamos muy entusiasmados con el desafío de crear prototipos de escala uno a uno y desarrollar materiales con plástico reciclado. No lo tomamos como un desafío, sino como un aprendizaje constante. Esa etapa experimental fue muy enriquecedora a nivel de conocimiento. A medida que evolucionamos hacia una pequeña empresa, surgieron desafíos propios del emprendimiento: problemas financieros, meses con bajas ventas, pero siempre con la convicción de que estábamos innovando y avanzando en la dirección correcta.
¿Cómo se diferencian de otros emprendimientos similares? ¿Cuál es la clave?
La principal diferencia de Plasticar con otros emprendimientos similares radica en dos aspectos clave. En primer lugar, nuestra fuerte orientación hacia la concientización ambiental. No solo somos una empresa, sino que también nos preocupamos profundamente por la problemática ambiental global. Promovemos la educación ambiental a través de charlas en colegios y participación en eventos para compartir nuestra experiencia. Esta acción constante de informar y educar es fundamental para nosotros. En segundo lugar, nos diferenciamos porque diseñamos nuestros productos desde la perspectiva arquitectónica. Esto nos permite ofrecer un nivel de diseño y calidad superior, adaptado a estándares arquitectónicos rigurosos. Mientras otros emprendimientos se centran principalmente en la fabricación y venta de materiales, nosotros integramos el diseño arquitectónico en cada paso de nuestro proceso
¿Cuáles son los planes para el futuro?
Los planes para el futuro y nuestros objetivos los vemos como desafíos a adquirir y enfrentar. Si miramos hacia atrás en el tiempo y observamos dónde estamos hoy, siempre hemos estado en crecimiento. Hemos apostado duro por este emprendimiento y lo hemos mantenido a lo largo del tiempo, a pesar de las dificultades económicas. Creemos firmemente que en el futuro habrá una necesidad creciente de emprendimientos como el nuestro para gestionar la enorme cantidad de residuos generados a nivel regional y mundial. Nuestros planes incluyen aumentar la producción, procesar cada vez más plástico con el tiempo, e implementar estos materiales en numerosos proyectos de arquitectura. Además, tenemos como meta crecer como empresa, responder eficientemente a los pedidos que recibimos y proporcionar oportunidades laborales significativas. Nuestra aspiración a futuro es establecer nuestra propia red de recuperadores urbanos. Queremos que puedan recolectar plástico de la sociedad, mejorando y dignificando sus condiciones de trabajo. Aún tenemos mucho trabajo por delante, pero creemos que estamos en el camino correcto.
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